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Juan Sutil, empresario y presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC):

"Chile puede soportar un sueldo mínimo superior al actual, la gran mayoría ya lo gana"

El líder gremial profundiza en su propuesta y también dice que una Constitución maximalista preocupa a los empresarios.
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Por Mauricio Ávila C.

Juan Sutil sabe que lo que diga tiene impacto. Por eso aprovechó su discurso en la Enade (Encuentro Nacional de la Empresa), hace dos semanas, para lanzar su propuesta de la necesidad de fijar un ingreso mínimo garantizado que apunte a disminuir la desigualdad del país. Y tuvo repercusión. "Hasta el ministro de Hacienda hizo comentarios", comenta el presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) sacando cuentas positivas de la cobertura que obtuvo su idea en los medios de comunicación.

-Ya pasados unos días, ¿se ha avanzado algo?

-La verdad es que la propuesta que yo hago es para entrar en la discusión del tema. Hubo respuesta de sectores amplios bien diferentes de la sociedad que la recogieron con entusiasmo. A mí me parece que es una propuesta busca ayudar especialmente a aquellas personas que tienen muchas más aflicciones, muchas necesidades, para que podamos ayudarlos a través de estas transferencias, de este mecanismo que muchas veces es mucho más eficiente que muchos programas sociales que son muy costosos. El Estado tiene muchos programas en que la mayoría de los recursos se van en gastos de administración y a las personas no les llegan más del 10 o 20%. Pero cuando estás hablando de una trasferencia directa como ésta los recursos llegan directamente a la persona que lo necesita. Es importante usar bien estos recursos, pero también debe ir acompañado de un esquema de beneficios sociales que sea progresivo. Lo planteo porque no puede ser que una familia que está en el decil 20 al pasar al 30 o 40 pierde inmediatamente sus beneficios.

-Por mil pesos más o menos entra al siguiente tramo y queda fuera.

-Evidente. Yo creo que eso también es un tema que amerita entrar a ser discutido y encontrar las soluciones, porque si no, hay incentivos negativos a no querer más ingresos por no perder esos beneficios. Siempre va a haber gente que va a decir que esto significa desincentivar el trabajo, pero lo que estoy diciendo es una cosa distinta. Esto, aplicado a la informalidad, sería un incentivo a que la gente exija trabajar formal. Segundo, no tendría una pérdida inmediata por mil pesos más o menos, como dices tú, sino que iría perdiendo beneficios a medida que la persona va siendo más autovalente. Hoy hay un incentivo negativo, tanto para el empleado como el empleador, de imponer por el mínimo, y eso es malo, hay que corregirlo y fiscalizarlo.

-Pasar a la formalidad es uno de los objetivos.

-Evidente, por eso es que la manera de obtener estos beneficios es a través del trabajo formal y ese trabajo formal también tiene que tener la posibilidad de que la persona que va creciendo en sus ingresos, no pierda todos sus beneficios de un día para otro. Y eso dice relación en cuanto a beneficios en educación, salud. Por ejemplo, quienes tienen el Fonasa A y B tienen cero copago y luego el C y el D que tienen 10 y 20. Entones, al final, ¿cómo haces para exigirle que se le imponga por lo que corresponde? Pienso en los garzones, por ejemplo, que no tenían cómo certificar su sueldo real si imponían por el mínimo y las propinas eran dos o tres veces más que eso. Pienso, aunque esté contra de la lógica económica o de muchos economistas, que Chile puede soportar una sueldo mínimo superior al actual, porque la gran mayoría ya lo gana. Lo que pasa es que la informalidad no lo muestra.

-¿En qué monto piensa?

-En la discusión del Congreso y el Poder Ejecutivo por el IFE (Ingreso Familiar de Emergencia), definió un ingreso de niveles de 100 mil pesos por miembro del grupo familiar. Yo creo que debiera tener cierta relación con eso. Obviamente mientras más alto mejor, pero debe estar de acuerdo a la capacidad de recaudación del Estado y al equilibrio fiscal. No sacas nada con resolver el problema en el corto plazo y, finalmente, no sostenerlo en el tiempo. Debe tener gradualidad. Una buena manera de resolverlo es mejorando todos los servicios que da el Estado en salud, educación, pensiones. Hay un trabajo grande que hacer.

NUEVA CONSTITUCIÓN

-¿Cómo siguen los empresarios el proceso constituyente?

-Lo vemos como una oportunidad, pero también como una situación que podría tener preocupaciones. Una oportunidad, porque si logramos tener un buen proceso, pensando en un Chile del futuro que quiera avanzar hacia un país con desarrollado, con más unidad y equidad, un país más justo, yo creo que la inmensa mayoría del mundo empresarial lo ve de manera positiva. Ahora, si quieres volver hacia atrás, a una constitución maximalista, llena de compromisos que no se pueden cumplir, como en otros países latinoamericanos, y además con una situación que te puede llegar a un extremo político, por supuesto que lo vemos con preocupación, porque dejas de tener un terreno fértil para emprender, para que haya libertad, sólida democracia, instituciones sólidas.

-¿Es Eduardo Sichel el candidato de los empresarios, como dijo Evelyn Matthei?

-Los empresarios tienen muchas opiniones y variados candidatos. Hay empresarios a los que les gusta un candidato de centroderecha, a otros les gustan de centro o de centroizquierda. Es la naturaleza del empresario. Yo pienso que no es un comentario correcto el que hace la alcaldesa, porque probablemente Sichel puede ser candidato de algunos empresarios, pero no de todos.

-¿Cómo han sorteado la pandemia los empresarios?

-Es evidente que las empresas han logrado sobrellevar la pandemia con mucho éxito. Primero tienes el sector minero que los ha llevado con mucho éxito en la protección y cuidado de las trabajadores y trabajadores. Después, la construcción, que ha sido suficientemente eficiente para seguir avanzando primero en las obras públicas. No se detuvo nunca. En seguridad se hicieron cosas muy buenas. Muchos trabajadores se sentían más seguros en su lugar de trabajo que en el transporte público o incluso que en sus propias casas. Llegamos a perder dos millones de empleos y hemos ya recuperado 860 mil. La actividad industrial, la pesca, la agricultura, que se han logrado desarrollar y atender las necesidades de la población, y además atender sus niveles de exportación para traer recursos al país. Lo que hay que lamentar es que ha castigado a algunas áreas como el comercio, el turismo y los servicios en una forma muy dura y ahí hay problemas y hay que buscar la manera de resolverlo. Es muy doloroso que esos sectores tan importantes hayan tenido que pagar ese costo tan elevado por la protección de todos los chilenos.

Opinión

Ley de eficiencia energética ¡al fin!

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En el mundo de la energía, hay tres hermanos: el mayor, Fósil, quien permitió la revolución industrial; es a quien le toca hacer el "trabajo sucio" y lo hicimos trabajar demasiado. En los últimos años tomamos consciencia de que sus métodos no han sido lo más adecuados y está pronto a jubilarse.

El segundo hermano es Renovable. Es la estrella en ascenso, todos lo quieren porque es limpio, eficiente y glamoroso. El tercer hermano es Eficiente; es el más cercano a Renovable, y se complementan de maravilla. Sin embargo, es el hermano discreto, trabajador y de bajo perfil; el que escapa de las fotos y que es difícil de conocer; tiene que entrar en confianza antes de mostrar lo virtuoso que es.

Pese a lo poco conocido que es, Eficiente es tan importante que, a nivel mundial, contribuirá en mayor porcentaje a la reducción de emisiones de GEI que Renovable; en Chile gracias a él podríamos cubrir un 35% de la meta de carbono neutralidad. Y en Japón, donde fue reconocido por ley hace 40 años, es tan poderoso que se necesita poco más de la mitad de energía para producir una unidad de producto respecto del país que lo sigue en eficiencia, lo que tiene gran impacto en la productividad. No olvidemos que la energía es entre 10 y 15% de los gastos totales de una empresa.

Finalmente, según la Agencia Internacional de Energía, a 2040 el mundo tendrá un 60% más de edificaciones, un 20% más de población y el doble de PIB, lo que aumentará significativamente la demanda por energía. Adivinen quién puede conseguir que todas esas demandas adicionales se cubran sin requerir más energía… Sí, ¡Eficiente!.

Sin embargo, por su personalidad introvertida, Eficiente es poco conocido y difícil de encontrar y por eso, en todo el mundo, se apoya su trabajo con leyes de eficiencia energética, que aceleren los cambios culturales y su conocimiento, como la que acaba de ser aprobada en nuestro Congreso. Esta ley nos permitirá conocerlo y visibilizarlo, y él nos ayudará a ser un país más limpio; más productivo y; que mejore nuestra calidad de vida, pues la ley institucionalizará la Eficiencia Energética como una política de Estado; facilitará que grandes empresas hagan permanentemente una buena gestión de energía; incentivará la llegada de vehículos más eficientes y de cero emisiones; informará a las personas al momento de comprar su vivienda sobre el consumo de energía de éstas; fomentará el buen uso de la energía en las instituciones del Estado y; permitirá regular el hidrógeno como un combustible.

Ha sido un largo proceso, pero la aprobación unánime en el Congreso de la Ley de Eficiencia Energética, junto al acuerdo con el proyecto de las ONGs ambientales, el empresariado y la Academia, nos muestra que podemos, como país, conversar y generar amplios acuerdos en torno a iniciativas que fomenten el desarrollo sostenible.

Ignacio Santelices, Director de la Agencia de Sostenibilidad Energética