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Aseguran que ventas durante la cuarentena no llega ni al 20% de lo habitual

Locales del borde costero dicen que delivery es insuficiente

Las localidades de Tumbes, Lenga y Coliumo se encuentran en comunas que la semana pasaron nuevamente a cuarentena. Comerciantes pidieron más ayuda a las autoridades.
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Por Juan Pablo Peralta Sepúlveda

La pandemia ha golpeado fuerte a los locales gastronómicos del borde costero en el gran Concepción, más aún a partir desde el jueves 14 de enero, cuando se inició nuevamente un proceso de cuarentena para cinco comunas.

La mayoría de los locales en Tumbes, Lenga y Coliumo ha recurrido al delivery para sobrevivir mientras esperan que el avance en el plan Paso a Paso les permita recibir nuevamente a los clientes. Aun así, aseguran que no han podido recuperarse y que con esta modalidad sus ventas no superan el 20% de lo normal.

Adaptación

Los locales tuvieron que reinventarse y adaptar su funcionamiento a los nuevos tiempos, tal como lo comentó Miriam Sanhueza, exdirigenta del Sindicato de Algueras de Caleta Tumbes y trabajadora del Restaurante Ritamar: "Cuando estábamos en fase 2 trabajábamos solo para llevar, después el alcalde nos autorizó para instalar de 2 a 4 mesas frente a los locales, y ahora que estamos en cuarentena volvemos a retroceder todos. Estamos funcionando como delivery y que el cliente venga a buscar su pedido con su permiso justificado, por tanto, el negocio está abierto pero solo para llevar".

La Presidenta de Locatarios de Caleta Lenga, Sonia Rodríguez, comentó que "estamos desde marzo con todos los locales cerrados, solamente estamos vendiendo afuera en unos carritos donde entregamos delivery para que la gente venga a buscar y llevar, porque lamentablemente acá no todos los locatarios tienen vehículo para repartir directamente a las casas, por eso muchos optaron por sacar sus carritos y vender así".

En Caleta Coliumo las cosas no son muy diferentes. Ricardo Villagra, dueño de la cocinería La Picada del Loro, comentó sobre el difícil momento por el que atraviesan que "no trabajamos desde marzo, no pudimos trabajar en fase 2 porque la terraza que tenemos es pequeña, no alcanza más de tres mesas. Tenemos unas cabañas que fueron nuestro sustento en este tiempo, pero con la cuarentena no podemos seguir con ellas tampoco".

Efectos económicos

Según Sonia Rodríguez, "estamos vendiendo máximo un 20% de lo que vendíamos. Últimamente se vende prácticamente para que la gente tenga el sustento diario". Además, relató que los locatarios están desesperados porque hay algunos locales que ni siquiera venden. "Nunca vivimos una crisis igual, ni siquiera para el terremoto", dijo.

En Caleta Tumbes las cosas no parecen mejor, tal como contó Miriam Sanhueza: "Antes de la pandemia vendíamos el 100% de los productos diarios, pero ahora bajó mucho, yo podría decir que hemos vendido un 5% de lo que tenemos. Antes esperábamos mucho estas fechas, por vacaciones de los niños y turistas que venían a la zona. Nosotros desde marzo a noviembre del año pasado no trabajamos, y en diciembre recién dos días antes de Navidad empezamos a funcionar, hay muchas personas que quedaron sin trabajo, garzones, cocineros, etc. Acá nosotros teníamos 25 personas trabajando, y ahora solo quedamos 4, contando al jefe".

Para el popularmente conocido "Lorito" en Coliumo los efectos económicos han sido fuertes. "En este minuto no sabemos qué hacer, no tendremos la cocinería ni las cabañas. Acá todos los que tenemos locales somos de familia de pescadores, yo dejé la pesca para dedicarme a esto, y ahora ni siquiera tenemos la opción de trabajar en eso. Con las cabañas teníamos para pagar las cuentas, y estamos preocupados porque vienen más por pagar", expuso Villagra.

Ayudas y costos

Sonia Rodríguez contó que la situación es caótica para los dueños de locales porque deben seguir pagando a los trabajadores, cotizaciones y la patente. El municipio les repactó el monto en dos pagos, pero de todos modos hay que cancelar, lamentó.

"Desde el gobierno nos vinieron a entregar un set para poder atender, pero nosotros no podemos atender público. Entonces pienso que toman medidas que no vienen al caso, esa plata que invierten deberían ocuparlas en otras cosas que si sean necesarias para el momento", señaló Rodríguez.

En Caleta Tumbes, Miriam Sanhueza declaró que "desde el municipio al inicio nos entregaron una caja de mercadería, pero más que eso nada. El alcalde como hace dos semanas atrás nos autorizó para poner mesas fuera del local, pero llegó la cuarentena. Ahora supimos por la prensa que iban a apoyar a los locatarios pequeños, pero no ha venido nadie a hablar con nosotros aún y estamos esperando".

Demandas

Sonia Rodríguez mencionó que además del tema económico están preocupados porque las personas no respetan la cuarentena y se van a disfrutar de la playa. Para evitar que esto se repita en Lenga, pidió a las autoridades "que haya vigilancia estable no que solo se den vueltas en el sector, la gente ya sabe los horarios de Carabineros para vigilar, entonces igual vienen a la playa. Estamos desesperados, acá la mayoría de los locatarios somos adultos mayores, entonces más nos complica la vida".

Miriam Sanhueza dijo que tienen todos los implementos para cumplir con los protocolos, pero acusó que "los implementos los costeamos los dueños de los locales y no hubo apoyo de ninguna entidad, gastamos mucho dinero, pero es necesario por lo que está pasando".

Ricardo Villagra, en tanto, sólo pidió una cosa: "No pido nada más que nos den una opción de trabajo, que nos digan que podemos hacerlo con las medidas de seguridad necesarias".

Durante la fase 2 del plan Paso a Paso los locales con terraza podían atender a público, pero ahora en fase 1 sólo pueden despachar productos.

Asociación Nacional de Importadores celebró el balance positivo de comercalización

Motocicletas: el 6,2% del total de ventas 2020 fue en Biobío

La Región está entre las que concentraron el interés por estos vehículos a nivel nacional. El miedo a los contagios y menores costos de mantenimiento en relación al automóvil explican el fenómeno.
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Por Angelo Echeverría

Marcos Romero, quien vive en Tomé, luego de años de comprar motos de segunda mano, en julio del año pasado tomó la decisión de comprarse una Honda CB190R. "De verdad fue una buena inversión. Aparte de que me sirve para ir al trabajo puedo salir de paseo, la mantención me sale menos costosa que la de un auto, la sensación de manejar es distinta y se evitan los tacos", asegura el joven.

Su testimonio da cuenta de los positivos resultados que tuvo la industria de las dos ruedas el año pasado, pese a la pandemia, aunque el alza comenzó en 2019. El mercado acumuló un total de 31.876 unidades comercializadas en 2020 en comparación a las 31.031 vendidas el año anterior (2,7% de alza). Biobío está entre las regiones con mayor demanda, junto con la Metropolitana, Valparaíso, Maule y O'Higgins.

Según la Asociación Nacional de Importadores de Motocicletas (ANIM), entidad que agrupa al 73% de los actores de esta industria, informó que, en términos acumulados, desde enero a diciembre del año recién pasado, se comercializaron 1.984 unidades en la zona, lo que significa un incremento del 15,3% en relación al 2019, cuando se vendieron 1.721 motos nuevas.

Los diez modelos con mayor demanda del periodo fueron: Honda CB125F Twister, seguido por la Honda CB190R. El tercer puesto lo ocupa Yamaha FZN-150. Al momento de hablar de compañías líderes, en la primera posición se sitúa la Importadora Imoto S.A. con 24,1% de participación.

En cuanto al total de motos comercializadas en términos geográficos, el 57,5% se sitúa en la Región Metropolitana, seguida por un 7,8 % en Valparaíso, un 6,2% en Biobío, 5,8% Coquimbo, Maule con 5,7%, Araucanía 4,1% y O'Higgins con 3,6 % de participación.

Balance

Cristián Reitze, presidente de la ANIM, indicó que "a pesar de esta realidad, este medio de transporte pudo revertir el contexto con cifras alentadoras lo que nos llena de optimismo. Este resultado, es la respuesta del gran esfuerzo de quienes integran este mercado, y principalmente, el reconocimiento de las personas que ven en las motocicletas una alternativa de menor costo tanto al momento de adquirirla como de mantenerla. Se trata de un vehículo que acorta los tiempos de traslado y contribuye a mantener la distancia social en momento en que debemos cuidar con mayor fuerza nuestra salud".

Respecto a si éste fenómeno se dio producto de la pandemia, Reitze estimó que en parte así fue, "porque la pandemia generó una secuencia de sucesos que indirectamente fortalecieron la preferencia por las motocicletas. El miedo al contagio directo en el transporte público, por una parte; y las cuarentenas, que provocaron un aumento explosivo del delivery en motocicletas, lo que a su vez ayudo a compensar el desempleo".

El presidente de ANIM detalló que no hay un patrón general en cuanto al mantenimiento, pues éste depende de cada marca, que tiene sus diferentes programas de mantención cada "x" kilómetros recorridos y hasta los 100 mil km.

"Seguir la pauta de mantención recomendada por los fabricantes es importante para mantener la motocicleta en perfectas condiciones de funcionamiento", recomendó.

1.984 unidades nuevas se comercializaron el año pasado en la Región del Biobío.

Otro de los factores que incidió en el interés por los vehículos de dos ruedas es el auge de los delivery, a propósito de las cuarentenas y restricciones.