Paolo Murillo confirma su calidad como guitarrista en "Mira cómo toco"
Instancia dirigida por Valentín Trujillo tiene al penquista en la última etapa del certamen al que postularon más de 150 músicos chilenos.
Con 28 años, jóvenes y maduros, a la vez, Paolo Murillo es hoy uno de los guitarristas más respetados en el medio musical chileno. Algo que, en parte, también se ha extendido al ámbito internacional, en base a la apertura de fronteras a la globalidad que ha posibilitado la tecnología e internet.
De una u otra forma, también la actual emergencia sanitaria, que hizo al artista penquista perfeccionar sus métodos de ejecución y profundizar más en el estudio de la música en cuanto a sus formas, melodías, ritmos y acordes.
Con una vida desarrollada en Santiago desde 2016, año de su traslado a la capital, las vueltas del destino hizo que Murillo viva la pandemia en la casa familiar de su Concepción natal. Ello, lo explica, dado que en el centro santiaguino la velocidad y calidad de internet baja considerablemente, por la cantidad de usuarios presentes al mismo tiempo.
"En el centro de Santiago no hay muy buen internet", sentencia el guitarrista, quien actualmente ocupa gran parte de su tiempo en clases a distancia.
Entonces fue mejor venirse, señala, estancia que se ha extendido durante los últimos casi 10 meses. "Todo el día estoy haciendo clases", ilustra quien por jornada suma cinco alumnos, con un promedio mensual entre 20 y 30.
"Además he realizado algunos talleres en el Teatro Biobío, para la Municipalidad de Chiguayante y masterclass", acota el músico autodidacta, quien comenzó a tocar guitarra a los 13 años.
En este tiempo, Murillo ha desarrollado gran talento respecto a las seis cuerdas, reflejado en sus tres disco solistas: "Chileno" (2013), "Sin conexión" (2015) y "Justo en la infancia" (2017).
"Me faltan buenas ideas en cuanto a la expansión con los instrumentos para sacar algo nuevo, aunque nunca puedo decir que no. Va a depender de cómo me sienta", responde sobre la posibilidad de una nueva producción disquera (las suyas siempre han llamado la atención desde la perspectiva de la técnica "fingerstyle", que apunta a tocar bajo, melodía y armonía al mismo tiempo).
MEJORAR CADA DÍA
Ahora si una próxima producción disquera no aparece en el horizonte de Paolo Murillo, sí le interesa ahondar en las formas de enseñar guitarra a sus pupilos. Con este fin cuenta que tiene prácticamente listo un libro sobre armonías, en el cual comenzó a trabajar en marzo pasado, y ya tiene prácticamente listo. "Es un método original que te permite analizar la música en colores, por decirlo de alguna forma. O sea ver cuáles son los acordes que están alrededor de una nota en particular. Lo que propongo es que pertenece a un color y de cómo cambiarlo, oscurecerlo o aclararlo según las tonalidades. Pienso que es un método de análisis musical bien efectivo de tono, melodías y acordes", indica, reconociendo que la pandemia (y el encierro) lo motivó a llevar a cabo una idea que le rondaba hace ya un tiempo.
En ese mismo afán de navegar por la música, es que en octubre pasado mandó un video para participar en el concurso de ejecución "Mira cómo toco" organizado por la SCD, con la dirección de Valentín Trujillo.
Luego de que el tema enviado por Murillo -"El Chinchinero", composición original de cuatro minutos lanzada en 2015- hace una semana le avisaron que estaba entre los cinco finalistas de un total de 150 postulantes. Este miércoles es la final presencial sin público en la SCD Bellavista.
Con dos versiones anteriores realizadas del certamen, cuenta que participó en la primera como juvenil llegando a la final. "Fue complicado intentarlo por segunda vez, pero lo hice, porque igual quise ver cómo me iba, pensando que soy muy autocrítico y siempre puedo hacerlo mejor. Ahora lo voy a intentar con este tema, al que le agregué una parte pensando en sorprender", dice, reconociendo que le tomó el peso cuando le avisaron que estaba en la final.
"Pase lo que pase ahora es un súper buen reconocimiento estar entre los cinco finales, quizás reafirma que uno llegó a un cierto nivel, lo cual es considerado por otros músicos como uno destacado de Chile", señala, quien es parte de la banda de Carlos Cabezas.
-Eres el único guitarrista en la final (se suman dos violinistas, un vibrafonista y un acordeonista).
-Soy súper consciente de aquello de que elegir al mejor instrumentista es algo que no se puede medir. Todos percibimos distintos, porque mientras a algunas personas les gusta la ejecución, otros optan por la técnica o las armonías. Entonces todo es válido, siendo muy subjetivo, pero igualmente es muy bonito ser finalista de un concurso de esta naturaleza.
2016 es el año que se traslada a Santiago, donde hoy es parte de la banda de Carlos Cabezas, Cigarbox Man y López.