Confianza en el proceso de vacunación
Biobío fue una de las primeras regiones donde se inició el proceso de vacunación contra el covid-19 y un total de 2.057 funcionarios de la salud que trabajan en unidades de pacientes críticos o de alta criticidad en 13 recintos públicos y privados de la Región ya fueron inoculados con la primera dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech que Chile adquirió para contener el avance del coronavirus.
El proceso se inició el 25 de diciembre con el despacho de las vacunas ya preparadas y listas para cada uno de los centros de salud regionales. Estas cajas llegaron ese día a cada región priorizada con la distribución de las dosis ya realizadas en la capital para cada UTI regional y -de este modo- el proceso de vacunación en cada una de las zonas se realizó con rapidez y seguridad.
Que Chile ya haya iniciado este proceso es una muy buena noticia, pero evidentemente todavía insuficiente para pensar que la pandemia está superada. Para que eso ocurra debe inocularse un alto porcentaje de la población y todavía pasarán varios meses para avanzar en esa línea. En el intertanto, es muy importante insistir en la seguridad de las vacunas y minimizar los temores de la comunidad, enfrentando con especial intensidad a quienes con liviandad intentan sembrar dudas en torno a la seguridad e inocuidad del proceso.
Hay que recordar que la vacunación es una forma sencilla, inocua y eficaz de protegernos contra enfermedades dañinas antes de entrar en contacto con ellas. Las vacunas activan las defensas naturales del organismo para que aprendan a resistir a infecciones específicas, y fortalecen el sistema inmunitario.
Cuando nos vacunamos, no solo nos protegemos a nosotros mismos, sino también a quienes nos rodean. A algunas personas, por ejemplo -las que padecen enfermedades graves, o las embarazadas- se les desaconseja vacunarse contra determinadas enfermedades; por lo tanto, la protección de esas personas depende de que los demás nos vacunemos y ayudemos a reducir la propagación de virus como el SARS-CoV-2.
La inmunización evita entre dos y tres millones de muertes anuales por enfermedades como la difteria, el tétanos, la tos ferina, la gripe y el sarampión. En la actualidad, hay vacunas para prevenir más de 20 enfermedades potencialmente mortales y se ha trabajado a una velocidad sin precedentes para convertir a su vez al covid-19 en una enfermedad prevenible por medio de esta fórmula.
Tras vacunarnos, nuestro sistema inmunitario produce anticuerpos, como ocurre cuando nos exponemos a una enfermedad, con la diferencia de que las vacunas contienen solamente microbios (como virus o bacterias) muertos o debilitados y no causan enfermedades ni mayores complicaciones.
En esta materia resulta fundamental la responsabilidad de los líderes de las más diversas esferas y sobre todo aquellos que tienen una mayor posibilidad de exposición pública. Esto, para no tratar de sembrar dudas infundadas ni menos elaborar intrincadas y absurdas teorías de la conspiración en torno a este proceso, que solo contribuyen a aumentar la desinformación sobre un tema en el que se requiere de alto compromiso ciudadano y la adhesión muy mayoritaria a la inoculación, labor que seguramente se intensificará en los próximos meses.
La evidencia científica es abundante y también la forma en que ha sido posible avanzar en el proceso de validación de las vacunas contra el covid-19, donde pese a la premura se han debido seguir todos los protocolos y fases consideradas por las acreditadoras internacionales y, en el caso de Chile, el Instituto de Salud Pública, que aprobó el uso de la vacuna de Pfizer/BioNTech tras un exhaustivo análisis que se extendió entre el 27 de noviembre y el 16 de diciembre.
Hay muchos países donde el problema está hoy en que no cuentan con los recursos para adquirir las dosis para vacunar a su población. No es el caso de Chile, que rápidamente ha podido contar con dosis para iniciar un proceso que requiere de responsabilidad y amplio respaldo.
En esta materia resulta fundamental la responsabilidad de los líderes de las más diversas esferas y sobre todo aquellos que tienen una mayor posibilidad de exposición pública. Esto, para no tratar de sembrar dudas infundadas ni menos elaborar intrincadas y absurdas teorías de la conspiración en torno a este proceso.