Cuando el cambio de nombre se convierte en un cambio de vida
La nueva normativa ha permitido a 131 personas de la Región rectificar sus partidas de nacimiento y con ello, hacer calzar sus documentos con su identidad. Luciano, uno de los primeros en realizar el trámite, cuenta cómo todo ha mejorado desde que recibió su nuevo carné de identidad.
Por Alma Canales Silva / alma.canales@diarioelsur.cl
Luciano tiene 30 años comenzó su transición de género en 2018. Nunca se sintió como Nadia. Fue una decisión difícil. Su familia es súper conservadora. Su mamá y parientes por ese lado lo apoyaron más. El tratamiento hormonal tenía que acompañarse de otras cosas. Una de ellas fue la identidad.
Hizo cambios en Facebook para transparentarlo, oficializar ante el mundo que su género era masculino, Luciano. Pero también requería la parte legal. Un documento que ratificara en la legalidad el género con el cual se siente identificado desde que tiene memoria.
"Antes de la ley yo estaba tramitando de forma antigua, con abogados, a través del tribunal, el cambio de nombre registral. Eso demoró un montón porque justo fue el estallido social. Hablé con Paola, que era mi abogada y me dijo que iba a ser más rápido a través de la ley en el Registro Civil. En el mes de diciembre de 2019, cuando se promulgó la ley, fui al segundo día al Registro Civil y en marzo tenía en la mano mi carné de identidad", relata Luciano.
Él es una de las 131 personas que en la Región del Biobío se acogieron a la Ley 21.120 que Reconoce y da protección al derecho a la identidad de género, vigente desde el 27 de diciembre de 2019. Gracias a este normativa han podido rectificar su partida de nacimiento, lo que les ha permitido desde contar con documentación nueva hasta aparecer en las listas de curso con el que, hasta hace un año atrás, sólo era su nombre social.
Un año de cambios
Hasta el 26 de diciembre de 2019 la forma de modificar la partida de nacimiento era a través de las cortes de Apelaciones.
La abogada Paola Laporte -quien fue presidenta de Movilh Biobío y ahora participa en la Fundación Vanguardista Divergente, Fudavi-asesoró a varias personas que quisieron recurrir a esta fórmula. "Utilizábamos un resquicio legal, así que todo quedaba al arbitrio del juez. En 2015 las personas trans iban a Santiago a hacer el trámite, pero después lo hacíamos en Concepción, porque tuvimos buena acogida", recuerda.
Agrega que el trámite tomaba unos ocho meses, desde que se hacía la presentación ante el tribunal hasta que se obtenía el fallo. Ahora la ley fija un plazo de 45 hábiles para que el Registro Civil se pronuncie.
"Este ha sido un avance bien grande", reconoce Laporte.
En este primer año de vigencia de la normativa, 2.201 personas han cambiado su nombre y sexo registral en el Servicio de Registro Civil e Identificación a lo largo del país. Del total, 131 rectificaciones son de la Región del Biobío. De ellas, 86 transitaron de sexo femenino a masculino y 45 tenían sexo inicial masculino y transitaron a femenino.
Para realizar el cambio primero hay que solicitar una hora. El día agendado la persona debe asistir con dos testigos. Esto aplica para personas solteras y mayores de 18 años, pues los menores de edad y quienes tienen vínculo matrimonial vigente deben hacer el trámite vía judicial.
Este cambio puede hacerse dos veces y no es necesario haber iniciado un tratamiento para la transición de género. También está abierto para extranjeros, pero para aquellos que tienen inscrito su nacimiento en la oficina de Santiago del Registro Civil e Identificación y deben contar con permiso de residencia definitiva en Chile.
Álvaro Vega, director (s) regional del Registro Civil, manifiesta que la pandemia ha hecho del 2020 un año complejo. No obstante, afirma que pese a todas las dificultades han logrado avanzar en los procesos.
Para ello, agrega, se realizaron capacitaciones a los funcionarias antes y durante esta nueva normativa, además de la entrega de material informativo, instructivos con los procedimientos en 42 oficinas de la región donde puede hacerse el trámite.
Una vez rectificada la partida, la persona puede solicitar su nueva documentación. Vega explica que "la persona tiene derecho a ser reconocida e identificada conforme a su identidad de género, una vez realizada la rectificación establecida por esta ley, en todos los instrumentos públicos y privados que acrediten su nombre de pila y sexo. Asimismo, las imágenes, fotografías, soportes digitales, datos informáticos o cualquier otro instrumento con los que las personas figuren en los registros oficiales deberán ser coincidentes con dicha identidad corresponda con el nombre de pila y sexo registral".
Sobre los procesos para menores de edad y personas con vínculo matrimonial vigente, Paola Laporte comenta que también han avanzado rápido. "Pensamos que se iban a demorar más en fallar los casos de menores mayores de 14 y menores de 18 años porque requieren acompañamiento, pero no se han demorado tanto", reafirma la abogada.
Aunque no maneja la cifra local, cuenta que a nivel nacional se han hecho 81 rectificaciones a través de tribunales.
En el caso de quienes tienen vínculo matrimonial vigente, una vez que el tribunal falla este se disuelve, pues en Chile no está permitido el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Experiencia
Luciano partió su trámite en la Corte de Apelaciones de Concepción. La situación se veía lenta, pero la Ley de Identidad de Género estaba pronta a salir. Así que espero. El 28 de diciembre del año pasado fue al Registro Civil de Talcahuano a pedir hora. Se la agendaron para el 25 de enero.
"Esperamos aproximadamente unos 20 minutos, entramos a una sala privada, como cuando las personas se van a casar por el civil y estaba sólo el ministro de fe. Estaban mis dos testigos, yo y mi novia, que me estaba acompañando. Me tomaron una declaración, se indicó que uno puede cambiarse el nombre hasta dos veces en el año y fue todo rápido, muy emotivo. No nos demoramos nada", recuerda. Su nuevo documento estuvo en marzo.
"Yo andaba súper ansioso. Veía regularmente en la página del Registro Civil cuánto faltaba para mi carné. Además me estaba cambiando de trabajo y no podía presentar mis papeles antiguos. Igual me frustré varias veces, pero llegó el día. Cuando fui a buscar mi carné de identidad fue uno de los días más felices de mi vida porque era yo ante la sociedad primero y luego ante la ley. Fui solo porque mi polola no me pudo acompañar porque estaba trabajando. Afuerita del Registro Civil me cayeron unos lagrimones de felicidad. Mi familia, por el lado de mi mamá estaban muy felices", relata.
Luciano dice que después de eso se le abrieron muchas puertas de oportunidades que antes no había tenido: "Me pude titular como ingeniero en gestión logística del Instituto Virginio Gómez con mi nombre, porque justo en marzo me entregaban mi título profesional, así que fue un año de muchas cosas buenas, a pesar de todo lo que estamos viviendo".
Antes
Luciano menciona que siempre tuvo apariencia masculina, "así que no me costó nada ingresar al Programa Trans, los siquiatras que me evaluaron dijeron que estaba listo, que por qué me había demorado tanto, pero el tema familiar por el lado de mi papá fue el tope. Al final opté por ser feliz yo y no hacer feliz a los demás y comencé mi proceso, acompañado de mi novia, de la familia de mi mamá que fueron un pilar fundamental".
Antes de todo esto tuvo varias complicaciones, pues su nombre legal no se condecía con su apariencia. "En el banco, a veces, no me creían, así que me pedían otro documento o la huella. Por eso me daba mucha vergüenza hacer diligencias. En ese tiempo me volví una persona súper insegura por eso mismo, porque no estaba en auge el tema trans, así que a la gente le daba lo mismo si uno se sentía mal. Ahora se ve mal discriminar a una persona trans y muchas entidades han cambiado su forma de actuar. Tampoco era penado por la ley discriminar. Lo pasé mal varias veces. Llegué al extremo de no entrar al baño en lugares públicos. Fue complicado", reconoce.
Lo que más le complicó fue manejar, o mejor dicho, los controles vehiculares: "Fue lo más difícil, sobre todo cuando estaba en tratamiento de hormonas y ya había cambiado el tono de mi voz, cuando me hacían revisión. Creo que el cuerpo de Carabineros no estaba muy capacitado para eso. Fueron momentos muy complicados así que decidí no conducir. ".
Hace poco cambió la licencia. No tuvo que hacer todo el proceso de nuevo. Sólo le dieron un duplicado con el cambio de nombre. En la municipalidad de Hualpén, donde hizo el trámite, se portaron un siete, afirma.
También tuvo que solicitar otros documentos nuevos, como el pase escolar o las tarjetas bancarias. "Estoy muy contento con el banco que tengo porque siempre tuvieron buena disposición para ayudarme. Con quien me costó mucho y finalmente me fui, fue la compañía de teléfono. Me hicieron un montón de atados por cambiar mis datos personales. Ahí quedé decepcionado", cuenta.
Agrega que aunque ahora anda más tranquilo, igual porta en su mochila el certificado que avala su cambio registral. La prueba física de que ahora es en el papel quien siempre fue en el interior: Luciano.