El mausoleo del emperador Augusto es abierto después de años abandonado
Se trata de la mayor sepultura circular del mundo, en que el líder militar fue enterrado junto a su familia y entorno social, en un compromiso con la ciudad histórica.
Augusto, el primer emperador de Roma, ordenó construir un gigantesco mausoleo para su dinastía hace alrededor de 2.000 años, con materiales nobles y una arquitectura que hasta Benito Mussolini codició. Ahora, la magnánima infraestructura abrirá sus puertas al público en marzo, tras décadas de abandono y una ardua restauración, anunció ayer la capital italiana.
Como "una jornada histórica" tildó ayer el anuncio la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, quien consideró que el mausoleo de Augusto es un lugar que representa "el corazón del romanismo".
"Es un regalo que devolvemos a Roma, a Italia y al mundo entero", dijo Raggi a los pies del "Ara Pacis", el altar que conmemora el periodo de paz que siguió a las victoriosas campañas del primer emperador romano.
El mausoleo permaneció abandonado por décadas, sólo con la protección y el escondite de la maleza en pleno centro histórico, hasta que en 2017 comenzó la restauración mediante fondos públicos y la empresa telefónica TIM.
El 1 de marzo se iniciarán las visitas al monumento histórico, aunque las reservas para el tour empezarán este lunes 21.
MAYOR SEPULCRO CIRCULAR
El mausoleo, hoy en ruinas, era colosal: alcanzaba una altura de 45 metros, y con sus 87 metros de diámetro sigue siendo el sepulcro circular más grande del planeta.
Además, en su centro, custodia otro edificio cilíndrico en el que se depositaron las cenizas de Augusto, de su gens -concepto de la antigua Roma con que se designaba a la unión de varias familias de clase alta, como una tribu -, y de su familia. De hecho, aún se puede ver la lápida de su sobrino Marcelo.
El inmueble fúnebre, asimismo, tiene una connotación política, ya que Roma en el año 27 a.C dejó la república para ser regida por emperadores.
Augusto, en aquel contexto, accedió al poder tras ganar cinco guerras, siendo la última y más decisiva la batalla naval de Accio, frente a las costas helenas, contra Marco Antonio y Cleopatra, la reina de Egipto.
Los romanos temieron entonces que el famoso militar trasladara la capital del imperio a Egipto, por lo que Augusto, tras su triunfo, una de las primeras cosas que ordenó fue la construcción de su mausoleo, en el Campo Marzio, sector de Roma donde fue cremado su tío Julio César, y donde el historiador Tito Livio situó el ascenso al cielo del mítico fundador de la urbe, Rómulo, convertido en el dios Quirino.
La restauración del monumento fúnebre fue cuestionada por diversos profesionales de la construcción al mezclar materiales modernos con los originales de la obra, aunque las autoridades romanas subrayaron que esto permitirá a los visitantes ingresar al lugar con mayor comodidad, junto a ubicar en contexto el desarrollo de la infraestructura y descubrir además los numerosos restos antiguos que permanecían bajo tierra.
INTERÉS DE MUSSOLINI
El panteón de Augusto es el ejemplo del uso polivalente que los restos de la capital italiana han tenido a lo largo de los siglos. El último emperador sepultado en su interior fue Nerva, a finales del primer siglo de nuestra era, y después el lugar cayó en desuso, siendo sus mármoles, metales y esculturas depredados y usados para la reconstrucción de la ciudad en el siglo XVI.
Luego, en el siglo XVIII, el lugar fue ocupado por la familia Correia, de Portugal, quienes lo terminaron arrendando al empresario español Bernardo Matas para organizar corridas de toros. A fines del siglo XIX el Estado italiano adquirió su propiedad, y convirtió al mausoleo en un auditorio con una cúpula de cristal y acero en el que se daban conciertos, pero al llegar Benito Mussolini al poder, durante las primeras décadas del siglo pasado, expresó la idea de ser enterrado en el lugar.
Cuando la cabeza del régimen supo que el auditorio escondía los restos de la sepultura de Augusto, mandó a derribarlo para despojarlo de cualquier añadido posterior o moderno, dejando a cielo abierto gran parte de la construcción original, debido a que la guerra quitó importancia a la arqueología.
1 de marzo comenzarán las visitas guiadas al monumento fúnebre. Reservas (gratis) se abrirán el lunes en mausoleodiaugusto.it.
US$5 millones costó la restauración del mausoleo del emperador, cifra que se eleva a cerca de US$10 millones al rehabilitar su entorno.
El mausoleo, hoy en ruinas, era colosal: alcanzaba una altura de 45 metros, y con sus 87 metros de diámetro sigue siendo el sepulcro circular más grande del planeta.