Protocolo de prevención de covid en las playas
El ministro de Bienes Nacionales, Julio Isamit, junto a la Subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza han dado a conocer el protocolo y la guía de recomendaciones para el uso de las playas durante la temporada de verano que se iniciará dentro de un mes, en el contexto de la pandemia de covid 19. Al respecto, han señalado que el uso de mascarillas, el distanciamiento de un metro entre las personas, cinco metros entre un grupo y otro, y el uso de alcohol gel en las manos, son medidas fundamentales para disminuir la posibilidad de contagios.
Las autoridades han expresado que, de acuerdo con el protocolo que se ha elaborado, las personas que concurran a las playas sólo pueden estar sin mascarilla cuando no estén en movimiento y se encuentren a dos metros o más de otras personas, pero deberán mantener el distanciamiento físico con su grupo familiar y otros que estén en esos lugares. Se ha llamado a preferir deportes individuales o grupos pequeños de personas que se conozcan. Si se utilizan objetos, deben desinfectarse antes y luego de su uso, evitando compartir artículos de playa, especialmente en el caso de los niños.
A quienes administran las playas se les ha planteado que para evitar contagios, deben mantener cerrados los espacios donde puedan producirse aglomeraciones y clausurar equipamientos, como juegos infantiles, máquinas de ejercicio y otros que impliquen contacto directo. Asimismo, deben mantener visibles las señales sanitarias que promuevan la distancia física, limpiar frecuentemente superficies de uso público y asignar equipos que monitoreen el cumplimiento de medidas entre visitantes. Sin embargo, algunos alcaldes de comunas costeras de nuestra región han manifestado su preocupación acerca de cómo se fiscalizarán estas disposiciones, ya que los municipios no tienen la capacidad de hacerlo.
Si bien la temporada de playas se inicia a mediados de diciembre de cada año, cuando se instalan salvavidas, se abre la temporada de baño y se realizan los controles por parte de la Armada, para que se cumplan medidas de seguridad esenciales, es evidente que tras un prolongado confinamiento de más de ocho meses y aprovechando el buen tiempo a lo largo del país, las familias optan por ir antes a las zonas costeras. Sin embargo, es necesario que los usuarios no relajen las medidas de prevención y consideren que sólo desde mediados de diciembre las playas autorizadas tienen salvavidas. Chile tiene muchas playas solaneras y otras que son aptas para el baño, pero en la temporada oficial. Estas últimas son aquellas que reúnen las condiciones naturales de fondo parejo, pendiente suave, fondo arenoso, sin restos de construcciones submarinas, oleaje suave, escasa corriente, sin remolinos y sin algas. De entre éstas, las playas habilitadas cuentan en verano con un concesionario (ya sea una municipalidad o un particular) que proporcione el personal de salvavidas y su equipamiento necesario.
Es necesario recordar que durante la temporada pasada 312 bañistas se accidentaron en playas de todo el país, el 73% de ellos en lugares no habilitados para nadar. Quince personas murieron ahogadas, por lo que es necesario entender la responsabilidad colectiva e individual que les cabe a los visitantes, para evitar los riesgos que conlleva ingresar al mar cuando no se cumplen las precauciones mínimas de seguridad, sobre todo en estos meses previos a la apertura oficial de funcionamiento, que hacen la diferencia entre la vida y la pérdida de ella, o tener que lamentar graves accidentes.
De ahí que es necesario asumir una conducta de respeto de los letreros que indican que no se puede bañar porque aún no está dada la infraestructura que les permita tener seguridad. Es importante insistir en el llamado a la prevención y al autocuidado en estos días para prevenir los contagios con covid 19, porque, finalmente, la mejor prevención es la que cada uno de nosotros está dispuesto a asumir, para beneficio propio, de sus familias y de la sociedad.
Además de la necesidad de prevenir el covid-19, hay que recordar que la temporada pasada 312 bañistas se accidentaron en playas del país, el 73% de ellos en lugares no habilitados para nadar. Quince personas murieron ahogadas, por lo que hay que actuar con responsabilidad individual y colectivamente.