Desde que se encontraba en educación básica en el colegio Inmaculada Concepción, el Teatro se volvió una de las actividades favoritas de Paulina Rubio Sainturat (41). Le ayudaba a canalizar toda la inquietud y energía que desbordaba durante sus primeros años de educación, lo cual complementaba con el deporte, específicamente con el vóleibol.
"Mi mamá era profesora de ese colegio y me puso ahí para tenerme cerca. Me llevaba súper bien con todo el mundo, tenía buenas notas, pero era inquieta y desordenada. Cuando tenía 8 o 9 años las profesoras me pedían que les hiciera show, que les cantara y bailara, para cansarme", recuerda entre risas Rubio, quien hoy se desempeña como jefa de Comunicaciones de Essbio.
Si bien su interés por las tablas se mantuvo en el tiempo, cuando llegó el momento de decidir qué hacer con su vida, no había instrucción formal en Teatro en nuestra zona y la opción era irse a Santiago, pero ella dudó y se decidió por otra de sus preferencias. "Siempre me gustó leer, escribir, hacer guiones e historietas cuando era chica. Inventaba personajes, me gustaba eso. Si no era Teatro, sería Periodismo".
Inicio de un camino
Paulina es nacida y criada en Concepción. Hija de Julio y de Ivette, es la segunda de tres hermanos. "Mi papá es de Viña del Mar y estuvo casado antes. Se separó y se vino a trabajar a Concepción y conoció a mi mamá y se quedó a vivir acá. Tenía un hijo de su primer matrimonio, Alejandro, luego nací yo y después mi hermana Fernanda. Mi hermano vive en Estados Unidos, pero todos nos queremos un montón", relata.
Tras la enseñanza básica, Rubio decidió cambiarse de colegio, un poco para escapar de los ojos vigilantes de su madre. Solicitó una entrevista al rector del Kinsgton College e hizo la gestión ella misma, "solo me tuvieron que ir a matricular", cuenta.
Su educación superior la cursó en la Universidad del Desarrollo (UDD), a la que ingresó en 1998 y una vez que terminó de estudiar su carrera se puso a trabajar en distintas cosas, nada relacionado con la profesión. Estuvo en eventos, en pubs, incluso laboró en Dicom.
Fue durante esa época cuando, junto con un grupo de amigos, surgió la posibilidad de viajar a Andorra. La idea era pasar un año allá, para lo cual se pusieron a reunir el dinero. "Estaba en eso cuando me empecé a sentir mal. Yo jamás me enfermo, pero me dio una hepatitis súper fuerte. Primero me diagnosticaron fiebre tifoidea, me dieron un remedio que me cayó mal al hígado, lo que desencadenó la hepatitis. Estuve dos semanas hospitalizada y después pasé tres meses en cama. Llegué a pesar 40 kilos, así que hasta ahí llegó el viaje", señala.
Mientras se recuperaba, se enteró que se estaba abriendo un área de Responsabilidad Social Empresarial en Essbio. Rubio ya tenía experiencia con la sanitaria, puesto que durante su época universitaria trabajó en la empresa haciendo diferentes cosas, como encuestas a vecinos e interviniendo en ferias.
"Postulé y quedé. Ingresé en marzo de 2005 a trabajar en Essbio, como coordinadora de relaciones con la comunidad. Éramos dos personas, una francesa (Audrey Bendayan) con 10 o 12 años de experiencia en Responsabilidad Social Empresarial, y yo que nunca en la vida había escuchado el concepto, porque en esa época en Chile era algo muy incipiente y mal mirado, la gente lo vinculaba a filantropía y lavado de imagen", dice.
Paulina cuenta que fueron años en los que aprendió mucho. Era una época en la que viajó por todas las regiones en las cuales la sanitaria tiene cobertura, en ocasiones por una o dos semanas. Posteriormente se focalizó en los proyectos educativos con charlas a colegios o visitas a plantas.
Desafíos
Tras la partida de Bendayan a Rancagua, asumió el cargo Rodrigo Díaz. Rubio cuenta que fue un gran cambio en el estilo de liderazgo, de pasar de alguien que le pedía presentar el lunes una carta Gantt de las actividades de la semana a alguien que la "dejaba hacer" y confiaba en su juicio. "Hicimos un súper buen equipo. Fue un tremendo aporte también", señala.
Era una época en la que Paulina tenía una relación amorosa con el padre de su hijo Antonio, quien nació en marzo de 2011. En ese momento ya era parte de Comunicaciones de la empresa, a la que se había pasado el año anterior. "Llevaba una semana trabajando en Comunicaciones con Tatiana Catalán, que era la jefa, cuando nos tocó viajar a Santiago para una reunión con los consultores. Era 26 de febrero de 2010. Tatiana se quedó allá por temas personales y yo me volví, y al día siguiente fue el terremoto", recuerda.
Sola, con casi ninguna experiencia en gestión de prensa y muy poca vinculación con los periodistas de los medios, Rubio tuvo que salir adelante en una situación dantesca, con una empresa desmoronada por la destrucción. "Creo que fui la tercera persona que llegó a la planta La Mochita esa madrugada, fue una tremenda inducción", acota.
Luego de cumplir con el postnatal por el nacimiento de su hijo, Paulina Rubio asumió la jefatura de Comunicaciones de Essbio y el 2013 se separó de su pareja. Fueron tiempos de mucho trabajo, a lo que se sumó el hecho que a Antonio se le diagnosticó autismo severo a los 2 años y medio. "Fue un tremendo golpe, no me había dado cuenta, porque yo tengo mucha conexión con mi hijo. También pensé que no podría hacer mi trabajo".
Afirma que por fortuna la empresa la apoyó en todo momento. Le dieron facilidades para trabajar en muchas ocasiones desde la casa cuando el niño sufría crisis. "Casi por un año estuve trabajando de lunes a jueves, y los viernes acompañaba a mi hijo a terapia, el periodo más complejo para él".
Paulina asegura que Essbio es una empresa que siempre ha sido visionaria en diferentes temas, ya sea en la apertura a la comunidad o en asuntos de sostenibilidad. También en lo que se refiere a la paridad de género, al ser la primera empresa del sur del país en estar certificada en la Norma Chilena 3262 de Igualdad de Género. "Tienes que pensar que Essbio ha sido una empresa eminentemente de hombres, con áreas completas de hombres, una empresa súper ingenieril, pero que tiene jefaturas femeninas", explica.
Rubio dice que le encanta su trabajo, porque tiene relación con entregar vida por medio del agua potable, lo que ayuda a que se desarrollen las ciudades. "Y de la misma manera como la empresa me apoyó en momentos complejos, siento el compromiso de responder esa confianza por medio de mi labor", concluye.