Los desafíos de Concepción en sus 470 años
Han pasado 470 años desde que el conquistador Pedro de Valdivia fundó Concepción, el 5 de octubre de 1550, primero en lo que hoy es Penco, y dos siglos más tarde -destruida por un tsunami- tuvo que trasladarse al Valle de la Mocha, junto al río Biobío.
Guerras, terremotos y tsunamis han ocurrido a lo largo de su historia, pero no han conseguido doblegar el ánimo de los habitantes ni truncar su destino. Concepción aspira siempre a convertirse en una plataforma de servicios, en centro político, universitario y de negocios, como capital de la Región del Biobío. En las últimas décadas, ha tenido un gran crecimiento demográfico y ha enfrentado el despegue inmobiliario, que se ha hecho especialmente notorio tras los terremotos de 1960 y 2010, aunque se cuestiona que ese crecimiento se ha realizado con poca planificación.
A raíz de la crisis económica de la década de 1930, Latinoamérica y Chile en particular sufrieron la depresión y los gobiernos decidieron intervenir para que el Estado generara un desarrollo hacia el interior, cerrando sus economías. Aquí, la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) cumplió un rol relevante, cuando se instaló la Compañía Siderúrgica Huachipato, que marcó el inicio del proceso de industrialización de la zona. Luego se levantó la Refinería Enap y en torno a ellas se construyeron diversas empresas transformadoras, como Inchalam y las petroquímicas. En forma paralela, el núcleo Concepción-Talcahuano se transformó en un atractivo ocupacional, con la llegada de miles de familias provenientes de comunas cercanas, lo que obligó a expandir la construcción habitacional para dar viviendas a esos trabajadores, primero ocupando los alrededores del radio urbano histórico de la ciudad, y luego con la aparición de poblaciones como Lorenzo Arenas, Hualpencillo, Laguna Redonda y Villa San Pedro, entre otras. También se desarrollaron los puertos que permitieron la salida de los productos elaborados en el sector industrial y se construyeron carreteras y el aeropuerto Carriel Sur para mejorar la conectividad con el resto del país.
Uno de ellos tiene que ver con la forma en que se concreta su crecimiento urbano. Una materia que se vincula a instrumentos como el Plan Regulador Comunal que requiere, necesariamente una discusión abierta, seria, donde se expresen las legítimas diferencias y sea posible llegar a acuerdos equilibrados entre todos los involucrados y donde prime la visión del bien común.
El desafío de la movilidad -que no solo tiene que ver con transporte público o privado, sino ´mucho más ampliamente con cómo se expresa el desarrollo urbano- es otro de los más importantes para una ciudad que presenta serios problemas en su conectividad. También hay que mencionar entre los desafíos urbanos la necesidad de respetar los espacios naturales -como los humedales- que son verdaderas reservas que nos protegen de fenómenos como las inundaciones.
Asimismo, los penquistas han anotado en encuestas recientes el problema del comercio ambulante en el centro como uno de los principales, porque junto con representar una competencia desleal a los locales establecidos es, indirectamente, terreno fértil para la ocurrencia de otros delitos, como los robos a transeúntes.
Es indudable que el avance demográfico ha traído consecuencias. Pero no basta con planificar, sino que tan importante como eso es una buena conducción de las ciudades, para resolver algunos de esos problemas que se acentúan con el paso de los años.
Al igual que en el mundo entero, este año Concepción enfrenta las consecuencias de la pandemia, que se ha traducido en una crisis económica, con cierre de empresas, caída en la producción y alto desempleo. Pero sin duda, la capital regional tiene la oportunidad de salir fortalecida. Porque Concepción es una ciudad para quedarse a vivir. La actividad universitaria e industrial se transforma en un atractivo para que cada vez lleguen más habitantes, en busca de un lugar de estudio o de trabajo.
Al igual que en el mundo entero, este año el Gran Concepción enfrenta las consecuencias de la pandemia, que se ha traducido en una crisis económica, con cierre de empresas, caída en la producción y alto desempleo. Pero la capital regional tiene la oportunidad de salir fortalecida.