Violeta Parra: una obra que prevalece al paso del tiempo y se agiganta día a día
La folclorista será homenajeada hoy en la zona, de manera virtual. Su nieto y la investigadora Patricia Chavarría reflexionan en torno a su importante figura.
Sin duda, la figura capital para entender los últimos 50 años de música nacional es Violeta Parra. Cantante, compositora, pintora, escultora y arpillera, la voz de "Gracias a la vida" era una artista completa (1917-1967).
Con una trayectoria reconocida en todo el mundo, de forma transversal, y al conmemorarse hoy los 103 años de su natalicio, la célebre cantante será recordada con el concierto "Violeta infinita", a cargo de sus nietos Javiera y Ángel Parra.
Con una alianza entre el Teatro Biobío, el Museo Violeta Parra y Balmaceda Arte Joven, el evento podrá ser visto -18.30 horas- a través de las plataformas del Teatro y será iniciado por la local Rocío Peña. Luego de la presentación de 40 minutos, tendrá lugar un conversatorio en torno al legado de la folclorista.
"No fue grabado por separado, así que tiene todo el nervio de algo que se hizo en vivo. Eso le pone un ingrediente extra de algo que conmueve más. Homenajearla junto a mi hermana es fuerte y bonito, sale muy de adentro", resume Ángel.
VIOLETA PENQUISTA
No nació en Concepción, eso es un hecho. Sin embargo, más allá de las controversias de si lo hizo en San Carlos o San Fabián de Alico -Ñuble- lo cierto es que una parte muy importante de su trabajo lo hizo en esta zona.
La voz de "Arriba quemando el sol" arribó a la ciudad en mayo de 1957, invitada por la Universidad de Concepción para dar un concierto en el Salón de Honor. Tres meses más tarde, volvería a lo mismo, esta vez en el Teatro UdeC.
Ya contratada por la UdeC, por el poeta Gonzalo Rojas y el rector David Stitchkin, desde noviembre de 1957 a julio de 1958, la folclorista realizó una fecunda labor al alero de la casa de estudios.
El 22 de enero de 1958, Parra funda el desaparecido Museo Nacional del Arte Folclórico Chileno, emplazado en calle Víctor Lamas frente al Parque Ecuador.
"Además de ese museo, ella hizo clases en las Escuelas de Verano de la UdeC y dio conciertos. Hizo un trabajo de recolección de música campesina en los alrededores de la zona muy grande y que perdura hasta ahora", señala la folclorista, Patricia Chavarría.
Para la investigadora y fundadora del Archivo de Cultura Tradicional de Artista de Acero, que por estos días festeja 15 años de existencia, el paso de Violeta fue muy importante para Concepción.
"Su primera etapa de recolección es fundamental. No hay nadie que pueda estudiar la música campesina sin acudir a su trabajo. Hasta la fecha que ella empezó, en Chile se escuchaba solo cueca que yo llamo 'de tarjeta postal', que no tenían nada de raíz. La Violeta dio a conocer el canto a lo divino, afinaciones (...) Y ella lo pudo proyectar muy bien en el canto campesino. De esa época es un disco para mí insuperable, 'La cueca'", agrega Chavarría.
- De la obra de Violeta se ha dicho y escrito mucho, pero -en lo personal- ¿cuál cree que es el valor que tiene como figura folclórica e histórica?
- Ella era un genio en la música. Sus anticuecas, para la época, fueron extraordinarias. Eso es música contemporánea, uno escucha y es increíble. Violeta tuvo el don, la genialidad de captar la semilla del canto campesino y lo supo aplicar en toda su creación. Si uno analiza musicalmente y poéticamente sus creaciones, ahí está la raíz más pura. Eso tiene un sello absolutamente chileno. Ella es la persona más genial que hemos tenido.
- Pese a trabajar algo tan chileno, tan propio, ha tenido mucha repercusión afuera…
- Eso es lo que pasa, Violeta Parra universalizó lo nuestro. Lo supo ocupar tan genialmente. Eso pasa con compositores de música clásica, que se inspiraban en el folclore de sus países. Violeta hizo lo mismo, se inspiró y acudió a todas las "fórmulas" musicales y poéticas.
PARRA POR PARRA
Con 54 años, Ángel Parra hijo ha dedicado buena parte de su carrera musical -tanto como miembro de Los Tres como de su carrera solista y sus colaboraciones- a revisar una amplia gama de sonidos.
Ahí, el folclore no queda ausente. Sin ir más allá, en 2017 y con motivo del centenario de Violeta, Ángel y su hermana reeditaron el célebre disco "Las últimas composiciones" (1966).
- Como símbolo y figura, ¿cómo ves a Violeta hoy?
- La veo creciendo año a año. Veo que sus canciones, su obra plástica, su legado e investigación, cada día toma el sitial de importancia que siempre debió haber tenido. Ella falleció en 1967, es una historia relativamente reciente y la gente todavía no termina de dimensionar su obra. Lo mismo pasa con Víctor Jara, Pablo Neruda o Gabriela Mistral. Son nuestros grandes símbolos.
-La obra de Violeta se basa en una obra netamente chilena y fue reconocida hace poco como una canción esencial por la BBC, ¿por qué crees que esto se transforma en algo mundial?
- La canción "Gracias a la vida" esconde muchos secretos, en el disco "Las últimas composiciones" Violeta termina de mostrarnos todo lo que aprendió. Sus letras llegan a un nivel de complejidad y poesía perfectas. No sé como calificarla. Compositores desde Joan Baez, Silvio Rodríguez, Roger Waters o Bono, le han hecho un homenaje a su creación. Creo que esa canción resume muy bien, y lo han dicho los propios mapuches, la relación del hombre con la naturaleza. Es una canción muy visionaria, ella inscribió su obra en Europa y la dio a conocer allá.
- En los últimos años hay muchos artistas jóvenes que se han dedicado a homenajear la obra y el legado de Violeta.
- Siento que hay una influencia en la manera de cantar y componer de varias y varios cantantes. Desde Gepe, pasando con Francisca Valenzuela, Ana Tijoux o Camila Moreno, todos le rinden homenaje, porque representa muchos valores. Hay cantautores jóvenes que cantan en las micros, músicos desconocidos que se han formado con ella. Violeta creó una escuela de la música.
- Su obra prevalece, sigue estando…
- Cierto. Ustedes los penquistas tuvieron suerte al tenerla viviendo un tiempo ahí. Se han hecho publicaciones sobre su paso por ahí. La región de Ñuble también tiene muchos íconos de nuestra cultura concentrados ahí. Creo que hay que poner ojo en lo que pasó en esos años. Es importante que los jóvenes la tomen. Ella siempre anduvo detrás de conocimiento, nunca dejó de estudiar, y el cariño con el que se acercaba a las personas para recopilar las canciones, en el sur y el Wallmapu, le permitieron acceder a cosas que nadie más podía.