Secciones

  • Portada
  • Opinión
  • Actualidad
  • Nacional
  • Economía y empresas
  • Tendencias
  • Deportes
  • Página del lector
  • Clasificados
  • Defunciones
En el aniversario 103 de su natalicio

Violeta Parra: una obra que prevalece al paso del tiempo y se agiganta día a día

La folclorista será homenajeada hoy en la zona, de manera virtual. Su nieto y la investigadora Patricia Chavarría reflexionan en torno a su importante figura.
E-mail Compartir

Por Nicolás Martínez Ramírez

Sin duda, la figura capital para entender los últimos 50 años de música nacional es Violeta Parra. Cantante, compositora, pintora, escultora y arpillera, la voz de "Gracias a la vida" era una artista completa (1917-1967).

Con una trayectoria reconocida en todo el mundo, de forma transversal, y al conmemorarse hoy los 103 años de su natalicio, la célebre cantante será recordada con el concierto "Violeta infinita", a cargo de sus nietos Javiera y Ángel Parra.

Con una alianza entre el Teatro Biobío, el Museo Violeta Parra y Balmaceda Arte Joven, el evento podrá ser visto -18.30 horas- a través de las plataformas del Teatro y será iniciado por la local Rocío Peña. Luego de la presentación de 40 minutos, tendrá lugar un conversatorio en torno al legado de la folclorista.

"No fue grabado por separado, así que tiene todo el nervio de algo que se hizo en vivo. Eso le pone un ingrediente extra de algo que conmueve más. Homenajearla junto a mi hermana es fuerte y bonito, sale muy de adentro", resume Ángel.

VIOLETA PENQUISTA

No nació en Concepción, eso es un hecho. Sin embargo, más allá de las controversias de si lo hizo en San Carlos o San Fabián de Alico -Ñuble- lo cierto es que una parte muy importante de su trabajo lo hizo en esta zona.

La voz de "Arriba quemando el sol" arribó a la ciudad en mayo de 1957, invitada por la Universidad de Concepción para dar un concierto en el Salón de Honor. Tres meses más tarde, volvería a lo mismo, esta vez en el Teatro UdeC.

Ya contratada por la UdeC, por el poeta Gonzalo Rojas y el rector David Stitchkin, desde noviembre de 1957 a julio de 1958, la folclorista realizó una fecunda labor al alero de la casa de estudios.

El 22 de enero de 1958, Parra funda el desaparecido Museo Nacional del Arte Folclórico Chileno, emplazado en calle Víctor Lamas frente al Parque Ecuador.

"Además de ese museo, ella hizo clases en las Escuelas de Verano de la UdeC y dio conciertos. Hizo un trabajo de recolección de música campesina en los alrededores de la zona muy grande y que perdura hasta ahora", señala la folclorista, Patricia Chavarría.

Para la investigadora y fundadora del Archivo de Cultura Tradicional de Artista de Acero, que por estos días festeja 15 años de existencia, el paso de Violeta fue muy importante para Concepción.

"Su primera etapa de recolección es fundamental. No hay nadie que pueda estudiar la música campesina sin acudir a su trabajo. Hasta la fecha que ella empezó, en Chile se escuchaba solo cueca que yo llamo 'de tarjeta postal', que no tenían nada de raíz. La Violeta dio a conocer el canto a lo divino, afinaciones (...) Y ella lo pudo proyectar muy bien en el canto campesino. De esa época es un disco para mí insuperable, 'La cueca'", agrega Chavarría.

- De la obra de Violeta se ha dicho y escrito mucho, pero -en lo personal- ¿cuál cree que es el valor que tiene como figura folclórica e histórica?

- Ella era un genio en la música. Sus anticuecas, para la época, fueron extraordinarias. Eso es música contemporánea, uno escucha y es increíble. Violeta tuvo el don, la genialidad de captar la semilla del canto campesino y lo supo aplicar en toda su creación. Si uno analiza musicalmente y poéticamente sus creaciones, ahí está la raíz más pura. Eso tiene un sello absolutamente chileno. Ella es la persona más genial que hemos tenido.

- Pese a trabajar algo tan chileno, tan propio, ha tenido mucha repercusión afuera…

- Eso es lo que pasa, Violeta Parra universalizó lo nuestro. Lo supo ocupar tan genialmente. Eso pasa con compositores de música clásica, que se inspiraban en el folclore de sus países. Violeta hizo lo mismo, se inspiró y acudió a todas las "fórmulas" musicales y poéticas.

PARRA POR PARRA

Con 54 años, Ángel Parra hijo ha dedicado buena parte de su carrera musical -tanto como miembro de Los Tres como de su carrera solista y sus colaboraciones- a revisar una amplia gama de sonidos.

Ahí, el folclore no queda ausente. Sin ir más allá, en 2017 y con motivo del centenario de Violeta, Ángel y su hermana reeditaron el célebre disco "Las últimas composiciones" (1966).

- Como símbolo y figura, ¿cómo ves a Violeta hoy?

- La veo creciendo año a año. Veo que sus canciones, su obra plástica, su legado e investigación, cada día toma el sitial de importancia que siempre debió haber tenido. Ella falleció en 1967, es una historia relativamente reciente y la gente todavía no termina de dimensionar su obra. Lo mismo pasa con Víctor Jara, Pablo Neruda o Gabriela Mistral. Son nuestros grandes símbolos.

-La obra de Violeta se basa en una obra netamente chilena y fue reconocida hace poco como una canción esencial por la BBC, ¿por qué crees que esto se transforma en algo mundial?

- La canción "Gracias a la vida" esconde muchos secretos, en el disco "Las últimas composiciones" Violeta termina de mostrarnos todo lo que aprendió. Sus letras llegan a un nivel de complejidad y poesía perfectas. No sé como calificarla. Compositores desde Joan Baez, Silvio Rodríguez, Roger Waters o Bono, le han hecho un homenaje a su creación. Creo que esa canción resume muy bien, y lo han dicho los propios mapuches, la relación del hombre con la naturaleza. Es una canción muy visionaria, ella inscribió su obra en Europa y la dio a conocer allá.

- En los últimos años hay muchos artistas jóvenes que se han dedicado a homenajear la obra y el legado de Violeta.

- Siento que hay una influencia en la manera de cantar y componer de varias y varios cantantes. Desde Gepe, pasando con Francisca Valenzuela, Ana Tijoux o Camila Moreno, todos le rinden homenaje, porque representa muchos valores. Hay cantautores jóvenes que cantan en las micros, músicos desconocidos que se han formado con ella. Violeta creó una escuela de la música.

- Su obra prevalece, sigue estando…

- Cierto. Ustedes los penquistas tuvieron suerte al tenerla viviendo un tiempo ahí. Se han hecho publicaciones sobre su paso por ahí. La región de Ñuble también tiene muchos íconos de nuestra cultura concentrados ahí. Creo que hay que poner ojo en lo que pasó en esos años. Es importante que los jóvenes la tomen. Ella siempre anduvo detrás de conocimiento, nunca dejó de estudiar, y el cariño con el que se acercaba a las personas para recopilar las canciones, en el sur y el Wallmapu, le permitieron acceder a cosas que nadie más podía.

Comentario de Literatura

"Trilce": una revista entrañable para el Premio Alonso de Ercilla

E-mail Compartir

Academia Chilena de la Lengua

La Academia Chilena de la Lengua, presidida por su directora Adriana Valdés Budge, en una sesión pública y solemne, transmitida virtualmente, hizo entrega, el lunes recién pasado, de los premios "Academia"; "Alejandro Silva de la Fuente"; "Alonso de Ercilla"; "Doctor Rodolfo Oroz" y "Oreste Plath", correspondientes al presente año.

Los galardonados son, respectivamente, el poeta Rafael Rubio por su libro "Viernes santo"; el periodista Cristián Warnken; la revista Trilce que fundó Omar Lara; RLA, Revista de Lingüística Teórica y Aplicada, dirigida por la Dra. Anita Ferreira Cabrera, de la Facultad de Humanidades y Arte de la UdeC y el escritor e investigador magallánico, Mario Isidro Moreno.

Reescribo ahora unas palabras para la revista "Trilce" y el entrañable poeta Omar Lara, su fundador y director, cuando ya las fechas marcan más de 50 años como si nada. Y claro, uno siempre escribe e hilvana un texto que se va metamorfoseando "conforme pasan los años", como la bella y nostálgica canción de la película "Casablanca": hay que interpretarla las veces que sea necesario y en las circunstancias más propicias para que el lector "avive el seso y despierte" y "el alma del oyente quede temblando".

Entre Jorge Manrique y Vicente Huidobro tensamos un arco y la flecha se pierde en la memoria. No otra cosa busca la poesía: mover y conmover, trasladar sentidos y establecer correspondencias de este mundo con el otro. Para Omar Lara la poesía sirve para encontrarse: con uno mismo, con los otros, en un tiempo y un espacio. Y el encuentro, además de la coincidencia, entraña múltiples significados, especialmente el que apela al sentido del tacto, del roce, del choque, que saca chispa y genera luz.

SUMA 40 NÚMEROS

Las revistas literarias siempre han estado en la órbita de los poetas, de algunos destacados poetas (destacados por su manejo de la lengua y la visión de mundo que ella plasma).

Algunas alcanzan un primer número y desaparecen. Otras permanecen por la tenacidad de sus mentores, que son visionarios, creativos, anfitriones y maestros: imaginan y piensan un sueño y lo realizan; buscan un nombre pleno y bautizan; convocan y reúnen acogedoramente; descubren y enseñan los prodigios de la poesía y cultura. Es el caso de "Trilce", revista de creación y reflexión poéticas, ya mítica no sólo en Chile y las regiones que la vieron nacer, crecer y proyectarse, sino en buena parte del mundo, particularmente, en el ámbito hispanoamericano.

La revista "Trilce" tiene como profundo significado, el ser lo que Octavio Paz llama "la otra voz", suerte de resistencia en todo el sentido de la palabra: resistencia al poder, a la nefasta economía de libre mercado con todas las consecuencias conocidas.

Desde este punto de vista, el necesario e imprescindible discurso marginal, ha podido tener un cauce de expresión libre y libertaria través de todos estos años. Toda una proeza para este tipo de publicaciones. La calidad indiscutible de los creadores que han participado en los 40 números, son el mejor respaldo a esta loable iniciativa.

Todo esto es lo que ha reconocido la Academia con el Premio Alonso de Ercilla para la señera publicación. "Trilce", bello vocablo que se debe, como sabemos, al libro fundacional del poeta peruano César Vallejo Mendoza: "Trilce". ¿Neologismo de "triste" y "dulce"? ¿El nombre de una flor de Santiago de Chuco? No hay unanimidad al respecto. Lo cierto es que las páginas de esta revista, traducen lo triste y lo dulce de la vida y se ha transformado en una flor poética: "Así es la vida, tal/ como es la vida", escribe Vallejo.

Una revista como "Trilce" constituye el registro de dos ejes que dialogan y se nutren, y que nunca he sentido como escindidos: creación y reflexión. Me gusta pensar en lo que afirma Unamuno en su "Credo poético": "Piensa el sentimiento, siente el pensamiento". Veo en esta invitación imperativa, un acto humano y un deseo de comunión.

Crear y reflexionar, sentir y pensar. ¿Para qué, para quién? Aparece entonces aquí la idea de conservación, de memoria. Sabemos, con Borges, que el libro es "una extensión de la memoria y de la imaginación".

TODA UNA MARCA

"Trilce", la revista, es un sello, una huella, una marca registrada de calidad humana y profesional. Se la debemos a nuestro entrañable amigo poeta Omar Lara Mendoza, indiscutido animador de tantas iniciativas, que han provocado otras tantas que han surgido al alero de ese otro vocablo, "lar".

Del mismo modo que "trilce", despliega sus significados acogedoramente: "hogar", "casa propia", "cada uno de los dioses de la casa u hogar", nos señala el diccionario de la Real Academia.

Y por analogía, asociamos "lar" con "Lara". El poeta que acoge y difunde, el poeta que enseña y hace camino al andar. Y "lar" es también Literatura Americana Reunida, la casa editorial del poeta.

Frente al perecedero discurso de la farándula y a la prensa sensacionalista, "Trilce" tiene mucho que decirnos. No en la inmediatez vertiginosa de la máquina de estos tiempos de distancias y emergencias, sino en la lentitud del mundo interior que siente, piensa, reflexiona, crea, difunde y entusiasma para ser mejores seres humanos.