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Detallado libro de Rodrigo Cabrillana

Publicación recorre anécdotas y detalles de la música penquista en los 80

"Noches de rock and roll: crónicas de rock penquista (1981-1991)" aborda una década clave para el desarrollo de la escena local.
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De la música de Concepción se ha escrito, eso es un hecho. Si es mucho o poco es discutible, sin embargo, el gran ecosistema que ofrece la escena penquista hace que siempre se pueda encontrar algo más.

Bien lo sabe el escritor Rodrigo Cabrillana, quien en su obra prima "Noches de rock and roll: crónicas de rock penquista (1981-1991)" aborda 10 años de historias y anécdotas de la música local.

Si bien el texto es una investigación de más de cinco años, con 50 entrevistas a diversos personajes, lo cierto es que la génesis se remonta algunos años más atrás.

De acuerdo a su autor, quien es magíster en Literatura Latinoamericana, todo parte en 2011 con un taller de literatura y periodismo musical. Uno de los profesores era el reconocido Emiliano Aguayo, autor de "Maldito sudaca. Conversaciones con Jorge González" (2005) e "Independencia cultural: Conversaciones con Jorge González, 2005-2020", lanzado este año.

"Me entusiasme mucho con la propuesta de Aguayo, en el sentido que rescataba la música chilena y cuando empiezo a leer 'Maldito sudaca', me encuentro con la historia de Los Prisioneros en Concepción y lo importante que fue para Jorge (González)", señala.

El trabajo final del taller era la entrega de un proyecto sobre un tema relevante y que pudiera ser publicado, en cualquier formato.

Desde ahí, y a partir de la importancia que tuvo la ciudad para el ex Prisionero y lo que el propio autor escuchaba -como Los Tres o Emociones Clandestinas- comienza a nacer la idea de esta publicación.

HISTORIA

El trabajo del libro comienza a concretarse tres años después del fin del curso de escritura. Todo un desafío para Cabrillana, quien no es periodista.

A través de 540 páginas y cinco capítulos, la publicación repasa una década de historia musical penquista con tres bandas clave. Dick Stones, la base de lo que luego serían Los Tres; Los Presidiarios, banda que tenía a Cuti Aste entre sus filas; y Los Ilegales, quienes abrieron el concierto de Los Prisioneros en el Aula Magna, en 1984.

Sin embargo, no se queda solo en eso y repasa a otras importantes agrupaciones y personajes de le época como Mauricio Melo, Héctor Da Costa, Iván Molina, Álvaro Henríquez o Pancho Molina, entre otros.

"Trabajé en base a testimonios, que es lo más importante del libro, y de revisar toda la literatura de la época, es decir, libros y prensa de esos tiempos. También logré dar con varios documentos sonoros de le época, como el recital de Los Presidiarios en la discotheque Nervios en 1983 y el histórico recital de Los Prisioneros y Los Ilegales en 1984", comenta el autor, quien demoró un año y medio en redactarlo.

Cabrillana cuenta que toma la idea de "El joven Lennon" (1988), de Jordi Sierra i Fabra, publicación que narra la adolescencia del músico británico. "Veía mucho del espíritu rebelde de Liverpool, en los 50, en el Concepción de los años 80. En el fondo, estos músicos que trabajaban con pocos recursos y en clima hostil de dictadura", señala.

Algo curioso, ya que a Henríquez le dicen "El Lennon" y en él se basa gran parte de la publicación. "Imaginé que el Lennon de Sierra i Fabra era mí Lennon, el de mi libro", asevera Cabrillanca

- Sin ser de la zona, ¿por qué decidiste escoger ese período de tiempo en específico?

- Siempre he sido muy fan de Los Tres, es la banda que marca mi adolescencia. En los 90 me recuerdo un cancionero del 'Unplugged' en La Tercera, cuando ellos lanzan el disco en 1996. Tenía fotos de sus integrantes cuando eran jóvenes y hablaba de la juventud de los músicos. Me quedé muy metido con eso, me gusta saber qué pasa en los inicios. Nunca nadie publicaba nada, lo más cercano de los Dick Stones y Los Ilegales fue lo que apareció en el no muy prestigioso libro de Enrique Symns y el documental de Carmen Luz Parot. La crónica que más se acerca es lo que hizo Ángel Rogel y Ricardo Cárcamo en "ConceEnOff: relatos de rock penquista" (2018). Tenía esa inquietud y lo comencé a hacer yo.

- Dentro de todo lo que significó la investigación, ¿qué fue lo que más te llamó la atención?

- La creatividad que existía en los músicos de Concepción. Es impresionante como con la poca información, recursos, instrumentos o música que les llegaba, eran capaces de hacer sus propios temas. Tenían muy asimilado el tema de crear, el propio "Yogui" Alvarado dice 'yo no estoy ni ahí con tocar covers, me interesa hacer mis temas'. Antes de llegar a Concepción, Los Prisioneros tenían un disco armado y Los Ilegales tocan cuatro canciones, tres de ellas propias hechas para el momento. El único cover que tocaron tenía una estética propia. Concepción es una ciudad muy creativa, en general.

De acuerdo a Cabrillana, "hubo mucha colaboración de Concepción y su gente. "Es algo que debo destacarlo. Si no existía, esto habría sido imposible, pero la tuve", explica, destacando el hecho.

Por Nicolás Martínez Ramírez

espectaculo@diarioelsur.cl

Los "surtidores de música"

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Entre las cosas que Cabrillanca encontró en su investigación, destaca el término de "surtidores de música", de los cuales hablan Héctor Da Costa y Gonzalo Donoso.

"La familia Donoso, me lo cuenta Coti también, graba cassettes a amigos de los propios discos que tenían o se prestaban vinilos que traían de los viajes a Europa. Melo lo hace con Henríquez, por ejemplo, con discos de The Beatles, Pancho Molina menciona la gran colección de música de Sebastián Grant o Iván Molina se impresiona con los discos de Sex Pistols, The Smiths y The Clash que tenía 'Yogui'. Había un movimiento", resume el autor.

Programas de radio como "Nueva dimensión", "La ampolleta encendida" o "La nueva oreja", pasan este tipo de música y también marcan un hito.

Otro de los episodios curiosos de la investigación son algunos de los entrevistados del libro como integrantes de Café Tacvba, el amigo de Henríquez, Gilles Marie, y el histórico ex guitarrista de The Smiths, Johnny Marr.

"En el texto Marr habla sobre Los Tres. Fui a Santiago cuando vino a Chile, le mostré música de la banda y se sentía muy agradecido y honrado de que un grupo -en un país tan al sur como Chile- los haya tributado. Les da las gracias incluso", destaca el también docente.

Comentario de Artes Visuales

El mes del grabado y el gran desafío que implica lo virtual

Este año, la variada programación se ha ajustado a las formas de la virtualidad, a raíz del coronavirus.
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La ya tradicional cita del grabado penquista, que celebra septiembre como su mes, ha iniciado una nueva versión, la sexta para ser precisos. Pero ésta ha debido adaptarse a estos nuevos y raros tiempos.

En su origen, el mes del grabado surge con el propósito de instalar un hito cultural en la ciudad de Concepción en torno a esta expresión y la gráfica. Buscando difundir la disciplina, cada año se ofrece un nutrido programa de actividades orientadas a entregar acceso a la comunidad al conocimiento, goce y práctica de esta hermosa forma de expresión del grabado.

En esta versión, la variada programación ofrecida al público ha debido ajustar los formatos a la virtualidad. En ese sentido, por ejemplo, la exposición que anualmente se realizaba en la sala de la Corporación Cultural Artistas del Acero se ha planteado como una exposición virtual.

"Estado de agravio" es el título y supone un ejercicio creativo colectivo, en el que todas y todos los artistas han trabajado sus propuestas tomando en cuenta esta nueva normalidad. Y, por otra parte, haciendo eco del despertar de las conciencias, del hastío y de la esperanza de cambios profundos, que nos ha dejado el estallido social de octubre de 2019.

GRABADO A NIVEL GLOBAL

En este marco, este año se ha planteado una convocatoria a artistas latinoamericanos con el fin de reflexionar, desde el grabado, sobre las problemáticas locales de cada territorio.

Ahora, con una respuesta que sorprende: son 140 artistas de Perú, Nepal, Brasil, Argentina, Bolivia, Canadá, México y diversas ciudades de Chile, los que están participando de la exposición virtual "Contingencia mundial".

Dentro de esta instancia, se desarrollará también un conversatorio, donde se espera intercambiar experiencias y seguir reforzando las redes de colaboración y el sentido de comunidad que caracteriza al mundo del grabado.

De alguna manera los ejes que definen al mes del grabado, como el compartir y hacer demostraciones de impresión, y estar en la calle compartiendo con la ciudadanía, están encontrando nuevas maneras de activar nexos.

Este año las grabadoras y grabadores del Biobío están desarrollando estrategias virtuales desde sus casas y espacios de trabajo, como una manera de acompañar y dar oportunidad a niños/as, jóvenes y adultos a encontrar en el grabado una forma de expresar su pensar y sentir.

Esta coyuntura, sin duda nos ha remecido. Nos ha empujado a levantarnos después del impacto inicial desconcertante.

Miramos a la virtualidad y encontramos una oportunidad para establecer y afianzar redes de colaboración en otros territorios.

Un ejemplo, el ciclo de conversatorios "Entornos gráficos", donde se abordan temas como gestión en el grabado, la asociatividad y su rol pedagógico.

Por Roberto Cartes Montoya

Artista visual y docente UdeC.