Regulación preventiva de las ferias libres
Los integrantes de la Comisión de Salud de Cámara de Diputados aprobaran por unanimidad la idea de legislar respecto del proyecto de ley que regula las condiciones sanitarias que deben cumplir las ferias libres para su funcionamiento, de acuerdo con lo que se requiere durante la pandemia de coronavirus para evitar la propagación de contagios. La iniciativa está en su primer trámite y en los próximos días será analizada por la sala. Esta ley sería el marco general, pero la bajada territorial estará contenida en las ordenanzas municipales.
En la Comisión de Salud, los integrantes escucharon a la abogada de la Asociación de Municipalidades de Chile, Graciela Correa, y al secretario de la Comisión de Salud de la Asociación Chilena de Municipalidades, Jaime Ahumada, quienes expusieron la importancia de que se cumplan las normativas de prevención, si se considera que gran parte de la población compra productos en las ferias libres. De acuerdo con informes de esas asociaciones, el 70% de la población se abastece de frutas y verduras frescas en las 1.100 ferias libres del país, las que permiten emplear a unos 340 mil trabajadores.
Pese a la emergencia sanitaria, las ferias libres en la Región del Biobío han mantenido su funcionamiento y si bien la mayoría de los consumidores toma medidas de protección, como el uso de mascarillas, no siempre se respetan las distancias, por la naturaleza misma de estos centros de abastecimiento en los barrios, que llevan a que la gente las recorra en su totalidad para encontrar los mejores productos y las mejores condiciones de precios.
El contacto físico entre vendedores y clientes que implica el intercambio de mercancía y de dinero en efectivo son las mayores dificultades para precaver el debido distanciamiento social. Las municipalidades han estimado que resulta casi imposible regular la cantidad de clientes que entran y salen de una feria, a diferencia de lo que ocurre en supermercados o recintos cerrados. Las ferias cerradas que existen en algunas comunas han tenido un buen control porque no existe comercio ambulante y es fácil cuantificar el flujo de clientes. En cambio en las ferias que se hacen en las calles, y que son la mayor parte, es complejo frenar la entrada de personas, aun cuando haya demarcaciones en el suelo.
Los dirigentes de ferias libres locales indican que en estos cinco meses de emergencia sanitaria han trabajado con los municipios y con la autoridad sanitaria de la región, respecto de las medidas preventivas que deben adoptar y con el plan paso a paso que fue dado a conocer por el Ministerio de Salud, como las referidas a ampliar los días de atención y mejorar los espacios para evitar aglomeraciones.
Los congresistas concordaron en analizar en conjunto con la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere) las indicaciones al proyecto de ley, que ahora será analizado por la sala, considerando que las atribuciones que se entreguen a los municipios para hacer cumplir la ley, requerirán de los recursos económicos necesarios. Fiscalizar las medidas sanitarias implica, por ejemplo, presupuesto para contratar personal especialmente destinado a aquello, ye no todas las comunas tienen los dineros para esta labor administrativa. Se ha pensado, además de contratar fiscalizadores, entregar elementos de protección personal a los feriantes y también formalizar a las ferias libres que se ubican en las calles porque casi la totalidad no cuenta con agua potable, que es un requisito mínimo de higiene.
En nuestra Región, el seremi de Salud, Héctor Muñoz, ha señalado que se mantendrán los procesos de fiscalización en estos espacios, para resguardar el uso de los implementos de seguridad, la distancia social, que las ferias estén en un solo costado y que estén demarcados los espacios de distanciamiento. Pero junto a ello, reconoce que ha sido complejo este tipo de fiscalizaciones por la cantidad de personas que asiste a comprar. Finalmente, es el mismo público el que debe tomar las prevenciones para no contagiarse
El contacto físico entre vendedores y clientes que implica el intercambio de mercancía y de dinero en efectivo son las mayores dificultades para precaver el debido distanciamiento social. Las municipalidades han estimado que resulta casi imposible regular la cantidad de clientes que entran y salen de una feria.