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Vicente sandoval, doctor en planificación y desarrollo del University College de Londres:

"El covid-19 es un desastre lento, no se ven los impactos inmediatos"

El académico explica desde Berlín los contrastes entre Europa y América, y cómo la pandemia afecta a los grupos más pobres de la sociedad.
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Por Valeria Barahona

Uno de los pocos chilenos especializados en planificación para el desarrollo es Vicente Sandoval, quien se doctoró en el área en la University College de Londres, Reino Unido, y ahora es investigador de la Freie Universität de Berlín, Alemania.

Desde esa ciudad cuenta que está "trabajando con colegas en Estados Unidos y Chile" sobre la pandemia. "Mi tema (de estudio) siempre han sido los asentamientos informales, los campamentos en Latinoamérica y el Caribe", cuenta el académico y advierte que "se nos viene un tsunami grande" en la región, "donde hay 100.000.000 de personas viviendo en condiciones muy precarias, de pobreza extrema".

-En un artículo sostienes que los desastres no son naturales, sino que lo natural es el fenómeno que genera el desastre, pero la repercusión en las personas es lo que cambia.

-El virus es el mismo que ha atacado a todos los países, lo que ha hecho la diferencia es la forma en cómo reaccionan los gobiernos, esto ya se está estudiando y hay algunas publicaciones. Entonces, lo que provoca las muertes de las personas en este desastre no es el virus, como dicen los certificados, sino lo que está detrás, las causas subyacentes: reacciones políticas influenciadas por la economía, pero también culturales, porque hay países que tienen relaciones culturales con la economía, el capitalismo, etcétera, como Estados Unidos. Sucede lo mismo cuando ocurre un terremoto: la narrativa es culpar al terremoto, o sea, la gente murió por culpa del terremoto y ahora va a morir por el covid, y ellos (los políticos) no van a asumir casi ninguna responsabilidad por esto.

-¿Has investigado al respecto?

-Estamos (junto a otros académicos) observando con preocupación, y siento que ya han decidido (en el Gobierno) que 10.000, 20.000 o no sé cuántos muertos es un precio que hay que pagar por conservar la economía. Ellos no lo van decir, pero si uno empieza a ver... Ahora estoy trabajando en un paper con un scorecard (método de análisis) que se publicó en Nature (una prestigiosa revista científica) para evaluar cuál ha sido la efectividad de las medidas tomadas por los gobiernos frente al covid. Por ejemplo, la Universidad de Oxford (Inglaterra) publicó que Chile ha sido uno de los países que ha tenido las medidas más relajadas.

-¿Cómo ves la pobreza chilena frente al coronavirus?

-El covid-19 es un desastre lento, es decir, generalmente pasa desapercibido porque no se ven los impactos inmediatos. En este caso sí se perciben, pero va ocurriendo lento. (...) La gente que vive en condiciones precarias no sólo tiene problemas de ingreso económico, sino que tiene que es multidimensional, existe una carencia de redes de apoyo, precariedad material en la vivienda. (...) Cuando llega el virus a sacudirlo todo como un terremoto estas personas son las que están más desprotegidas, porque muchas de ellas viven en la informalidad: el último informe que sacó Techo nos enseñó que en los últimos seis años la informalidad ha crecido muchísimo, (… pero) también hay otro grupo, que son los emergentes, quienes estaban saliendo de la pobreza, y ahora se ven golpeados porque se acaban los trabajos, no tienen buenos seguros de cesantía o protección social para suplir los ingresos que han perdido.

La pobreza no es sólo un tema de recursos, que se arregla sólo depositando dinero. En España, en Italia y aquí en Alemania se congelaron las deudas, se suspendió el cobro de arriendos de viviendas en caso de que hayas perdido el trabajo por la pandemia y si el dueño vivía de este arriendo, el Estado lo ayuda.

-Se han registrado protestas por la entrega de cajas de alimentos y apoyo económico. Decía un cartel: "Si no te mata el covid, te mata el hambre". ¿Qué piensas al respecto?

-Ese tipo de mensajes yo me los tomaría en serio, porque antes de la llegada del virus en Chile ya había un problema grande de confianza en las autoridades, y hay bastantes estudios que señalan que, ante esto, cualquier medida que tomen para proteger, desarrollar medidas de mitigación, preparación, respuesta (ante una emergencia), tiene menos efectos cuando la población desconfía de las autoridades.

-Tu esposa es de España, ¿cómo está funcionando la desescalada allá?

-En País Vasco están en fase 4, con la gente en la calle, en las terrazas, tomándose una cerveza por el comienzo del verano. Lo pasaron muy mal, han muerto cerca de 27 mil personas, tienen un poco menos de contagiados que Chile, pero están ya casi de regreso, con el virus muy controlado, (... porque) crearon una escala de 5 fases, la 5 es la nueva normalidad, donde cada región y ciudad debe cumplir con ciertas normas antes de pasar a la siguiente fase, siendo las más importante el testeo, porque el Gobierno busca detectar inmediatamente cuando hay un rebrote.

-Es lo que hizo Alemania ahora, al cerrar un distrito donde se registraron nuevos casos...

-Exacto, ya no van a cometer el error anterior de esperar a ver qué es lo que pasa. En Berlín ahora cerraron seis cuadras, un barrio, porque se detectaron 100 casos. La reacción es rápida porque ya tienen un equipo de trazadores, testeo. Eso es a lo que tenemos que llegar en Chile si se pone el confinamiento efectivo que, de ser ahora, podríamos comenzar a volver a la normalidad a fines de agosto.

En Alemania nunca se llegó a un confinamiento como en España o Italia, porque (la Canciller Angela) Merkel dijo, cuando recién había 3.000 contagios, que el desafío era tan grande como la reconstrucción después de la Segunda Guerra Mundial, (...) y llamó a los empresarios a ayudar porque se podía contagiar el 70% de los alemanes. Al día siguiente todas las empresas empezaron a mandar correos, a mí me llegó de la universidad, pidiendo quedarse en casa, de un día para otro. Aún no vuelvo a mi oficina.

-Hiciste tu doctorado en Reino Unido, ¿cómo ves el giro en la estrategia que tuvieron?

-Por el Brexit ellos ya sabían que iban a tener un bajón económico, estaban preparándose para ese golpe cuando llegó la pandemia, lo mismo que pasaba en Chile. Para no afectar la economía, tomaron la estrategia de rebaño, pero aparecieron expertos de universidades como Oxford, Cambridge y el Imperial College, este último alarmó al Gobierno con que la idea del rebaño iba a ser más costosa que entrar en confinamiento: pasaron dos semanas, empezaron a subir los contagios y cambiaron la política, porque era evidente. Escucharon a los científicos, lo mismo que en Alemania y España, quienes dieron lineamientos técnicos para enfrentar la pandemia. Chile todavía está en eso, siento que se ha demorado muchísimo.

-Eres parte del grupo de científicos que ya ha escrito dos cartas al Gobierno advirtiendo un posible desastre. ¿Han tenido alguna respuesta?

-Llegó una respuesta del ministerio de Salud diciendo que la habían recibido y que darían una respuesta, probablemente en una reunión, pero (al cierre de esta edición) no se ha fijado nada todavía.

Opinión

Ser padre en el Chile de hoy y de pandemia

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Los estudios de parentalidad, o rol de la figura paterna, son relativamente nuevos. Recién en la década de los 70, la psicología comenzó a indagar más regularmente a los padres y su efecto en el desarrollo infantil. Esto, en su gran mayoría, desde la visión materna: eran ellas las que reportaban qué hacían, cómo lo hacían y se les evaluaba cuánto se parecían a una "madre ideal".

Por supuesto, así, los datos no eran muy alentadores: los padres pasaban poco tiempo con los niños, participaban escasamente de los cuidados básicos de ellos/as y no lo hacían "tan bien" como ellas. Pero, en la actualidad, entendemos que los hombres cumplen un rol diferente y pueden complementar a la figura materna de una manera positiva para el desarrollo de niñas/os.

¿Y qué nos dicen los datos? Poco sabemos de los padres chilenos. El Centro de Apego y Regulación Emocional de la UDD realizó una investigación en parentalidad y ha aportado con datos relevantes, a través de un estudio con familias de la zona suroriente de Santiago y sus hijos/as de tres años de edad, el cual reveló que estos padres muestran afecto a sus hijos/as con mayor frecuencia que las madres y que les permiten ser más autónomos, mientras que las madres se dedican con mayor frecuencia a actividades como leer, cantar y contar cuentos.

Estos y otros datos, nos sugieren que el juego es un momento en que los padres (hombres) se sienten especialmente cómodos interactuando con sus hijo/as y que lo hacen de manera distinta a las madres. Además, los papás tienden a jugar con sus hijos/as de manera "más física" o brusca, por ejemplo, a la lucha o deportes activos. Y, es a través de estas actividades que le ayudan a sus hijos pequeños a regular su impulsividad y emociones. Con los papás los niños/as "ensayan" las interacciones que tendrán con sus pares, pueden practicar sus regulación y habilidades interpersonales.

Nuestros estudios, como otros fuera de Chile, muestran que padres más involucrados tienen hijos que son capaces de regularse mejor, por ejemplo, ser capaz de esperar por un premio. También, sabemos que -al igual que las madres- un padre tranquilo y contento es un mejor padre. Sin embargo, la salud mental de los padres ha sido bastante invisibilizada en nuestro país. Un tema para preocuparse ya que hemos visto que mientras más síntomas depresivos reportan los padres, menos se involucran con sus hijos/as y viven la parentalidad de manera más estresante.

Y durante la pandemia por Covid-19, ¿cómo se ha visto afectada su parentalidad? Seguimos a las mismas familias por un mes durante esta pandemia. A pesar de existir cuarentena en la zona donde fue realizado el estudio, los padres reportaron pasar menos horas con sus hijos que las madres. Su salud mental se ha visto significativamente afectada, ya que reportan más sintomatología depresiva que antes de la pandemia. Estos síntomas aumentan a medida que han estado más tiempo en confinamiento y en aquellos que tienen más hijos/as.

El estrés parental también ha aumentado en estos padres, lo cual es preocupante porque sabemos que padres con más síntomas depresivos y estrés, tienden a involucrarse menos con sus hijos/as. Además, este estudio también nos muestra que padres con mayores niveles de estrés parental tienen hijos que se portan mal más frecuentemente que los hijos de aquellos con menores niveles de estrés.

¿Qué hacer entonces? La evidencia nos da algunas luces sobre esto. Padres que perciben mayor apoyo de la pareja en la crianza, se sienten menos estresados y tienen hijos que se portan mejor. Al parecer, el saber que no están solos en la crianza, minimiza los efectos negativos de la pandemia y los ayuda a ser mejores padres. Ojalá esto nos lleve a preguntarnos: como sociedad ¿los estamos apoyando?

Daniela Aldoney

Directora Laboratorio de Familia e Infancia

Facultad de Psicología UDD