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HASTA SIEMPRE, MARLENE AHRENS:

Se apagó la luz, pero su legado iluminará por siempre a las nuevas generaciones

A la edad de 86 años, la penquista falleció producto de una insuficiencia cardiaca. Hasta el momento, ha sido la única mujer que ha logrado una medalla en los Juegos Olímpicos. Su ejemplo de superación y lucha, hoy es inspiración para miles de atletas.
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POR ANDRÉS YÁÑEZ CASTILLO

La condición de leyenda de Marlene Ahrens (Concepción, 27 de julio 1933-Santiago, 17 de junio 2020) es indudable. Además de ser una referente deportiva, por su logro histórico en los Juegos Olímpicos de Melbourne en 1956, también ha sido un ejemplo de vida, superación y de lucha. Sus ideales siempre al frente, pese a las consecuencias que podría traer.

La historia deportiva de la penquista comenzó en una cancha de hockey, sin embargo, en una playa su entorno se dio cuenta que tenía potencial para ser lanzadora de jabalina. Lanzando piedras hacia el mar, su marido notó que superaba a los hombres y la recomendó al entrenador del Club Manquehue. Desde ahí, y siempre con complicaciones, se las arregló para hacer historia en Chile, un país donde los triunfos deportivos a nivel global escasean.

En 1955 nació su hija Karin Ebensperger, hoy de profesión periodista, lo que generó que su preparación para los Juegos Olímpicos de Melbourne, Australia, no fuera de las mejores. Sin embargo, pese a entrenar solo los fines de semana y sin entrenador propio, logró un registro de 50,38 metros en lanzamiento de jabalina y obtuvo una valiosa medalla de plata, siendo, hasta ahora, la única mujer nacional en conseguir una presea en las Olimpiadas. La soviética Inese Jaunzeme fue la ganadora con una marca de 53,86 metros.

Luego, siguió acumulando preseas doradas en las distintas competencias a nivel continental: Sudamericano de Montevideo (1958), Panamericanos de Chicago (1959), Sudamericano de Lima (1961), Iberoamericanos de Madrid (1962), Sudamericano de Cali (1963) y Panamericanos Sao Paulo (1963). Antes de la cita olímpica, había obtenido plata en el Sudamericano de Sao Paulo (1954) y oro en el Sudamericano de Santiago (1956). En 1960, debido al fallecimiento de su padre y a la pérdida de su tercer hijo, Marlene no quiso asistir a los Juegos Olímpicos de Roma. No obstante, fue obligada y logró el undécimo puesto.

RETIRO Y VIDA

LIGADA AL DEPORTE

Cuando realmente se sentía preparada para repetir medalla en las Olimpiadas de Tokio, una suspensión de un año por parte del Comité Olímpico le detuvo su carrera y en su mejor momento. Una declaración "descontextualizada" al Diario Clarín motivó el castigo, que le impidió la opción de ir a Japón, provocando su retiro del atletismo.

"El presidente del Comité Olímpico (Alberto Labra) tenía sangre en el ojo conmigo. Todo porque cuando fuimos al Panamericano de Chicago 1959, él se sobrepasó y yo lo frené. Por eso, cuando él salió elegido, se agarró de esas declaraciones y no hubo caso", manifestó Marlene, quien años anteriores fue obligada a guardar silencio al sufrir acoso sexual y discriminaciones.

Tras su retiro de la actividad con treinta años, la penquista se dedicó a practicar tenis y equitación. En esta última disciplina, inclusive, defendió a Chile en los Juegos Panamericanos de Mar del Plata de 1995 en adiestramiento ecuestre. Desde el 2000 al 2002, Marlene fue vicepresidenta del Comité Olímpico, cargo que dejó luego de la poca transparencia en la directiva.

"LEYENDA DEL DEPORTE"

Las reacciones en el mundo deportivo no se hicieron esperar luego del lamentable fallecimiento de Marlene. En ese sentido, el exatleta y hoy entrenador Jorge Grosser confesó al Diario El Sur que "es la ley de la vida. Se debería haber ido conforme con todo lo que hizo a nivel deportivo. Es una leyenda del deporte nacional. Alcancé a competir con ella en campeonatos internacionales cuando tenía 18 y 19 años y siempre la vi como una ídola. Era una gran atleta y nunca la vi perder".

Grosser, además, solicitó que un recinto deportivo de la región lleve su nombre, dada su trayectoria e importancia en el deporte chileno: "Para que la gente la recuerde, sería algo práctico que un estadio o algún recinto deportivo que lleve su nombre. El Estadio Atlético Militar, por ejemplo, que se llame Marlene Ahrens, ya que el Estadio Municipal ya tiene nombre. Acá en Chile, a los recintos deportivos les colocan nombres de políticos y a deportistas nunca. A lo mejor no tendrán la jerarquía, no sé, pero en el caso de Concepción se cumplen todos los requisitos para que un estadio tenga su nombre".

Con 86 años se apaga la luz de una deportista que iluminó al mundo en su momento. Sin embargo, sus logros estarán por siempre escritos en los libros de historia. Su rectitud y valentía sirven como ejemplo para miles de atletas que luchan constantemente frente al acoso sexual y que ella, en su tiempo, fue la voz de muchas, quienes por miedo depositaron su fe y confianza. Se le privó de unos Juegos Olímpicos, pero en la vida no todos los logros son reconocidos con medallas. El respeto y la admiración valen más que eso. Sin dudas.