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Revelan resultados de estudio

Vivir solo y con poco contacto social eleva el riesgo de morir

Investigación de hospital universitario de Alemania siguió por 13 años a más de 4.000 personas y determinó que el factor aislamiento aumenta hasta casi 50% las posibilidades de perder la vida.
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Por Agencia Efe

Cuando palabras como "cuarentena", "confinamiento" y "distanciamiento social" forman parte de nuestro día a día debido a la pandemia, una investigación revela que vivir solo y tener poco contacto con la familia y los amigos aumentan el riesgo de morir en casi 50%.

Esa es la conclusión de un estudio médico desarrollado por investigadores alemanes que han seguido durante una media de 13 años a más de 4.000 personas y que se presentó en el congreso de la Academia Europea de Neurología, que estaba previsto celebrarse en Viena y se realizó de forma virtual.

Según este estudio, quienes viven aislados tienen 44% más de probabilidades de tener un accidente cardiovascular, como un infarto o un derrame cerebral, que aquellos con fuertes lazos sociales. En general, el riesgo de morir por cualquier causa aumenta en 47%.

La investigación también indica que "la falta de apoyo financiero" sube el riesgo de padecer un infarto o cualquier otro accidente cardiovascular, en 30%.

"La falta de apoyo financiero significa que no existe nadie que pueda ofrecer ayuda económica o que la entregada por los conocidos no se considera suficiente para resolver los problemas", explica a Efe Janine Gronewold, investigadora del Hospital Universitario de Essen (Alemania) que dirigió el estudio.

"Lo que este estudio nos dice es que tener relaciones sociales sólidas es muy importante para el corazón, similar al papel de los factores clásicos, como tener una presión arterial saludable, niveles aceptables de colesterol y un peso adecuado", agrega.

Estos resultados son "preocupantes" y "de particular interés en el actual debate sobre la pandemia de covid-19", donde la vida social se ha limitado para frenar la expansión del virus, resalta la experta.

El estudio aisló el factor del contacto social de otros riesgos clásicos para el corazón, como un estilo de vida poco saludable debido al tabaquismo o la falta de actividad física, para evitar que incidieran en el resultado.

Los datos empleados proceden de 4.316 personas con una edad media actual de 59,1 años y que fueron captados para este estudio entre los años 2000 y 2003.

Los participantes en la investigación comenzaron sin enfermedad cardiovascular conocida y estuvieron bajo seguimiento médico durante un promedio de 13 años.

Al comienzo del estudio se recogió información sobre los contactos sociales de cada participante, teniendo en cuenta si tenían pareja, la relación con amigos cercanos y familiares y la pertenencia a organizaciones políticas, religiosas o deportivas.

PEOR ENTRE HOMBRES

"Todavía no entendemos por qué las personas que están socialmente aisladas tienen tan malos resultados", reconoce Gronewold, aunque apunta que el contacto y la sensación de tener a alguien que pueda ayudar en momentos difíciles es imprescindible para "el bienestar sicológico".

"La sensación de estar integrado y poder obtener ayuda en tiempos difíciles nos da seguridad", resume.

La investigadora afirma que la falta de apoyo financiero y el aislamiento social tiene consecuencias más graves para los hombres que para las mujeres, aunque reconoce que no es un aspecto que hayan analizado de forma sistemática.

Gronewold recuerda que está claro que contar con recursos económicos está vinculado, en general, a una mejor cobertura de salud, una alimentación de más calidad y un estilo de vida más saludable.

Sin embargo, tal como demuestra esta investigación, cuando se eliminan de la ecuación factores como ingresos, malos hábitos como fumar o síntomas como la depresión, quienes tienen escaso apoyo financiero y poco contacto social, tienen más riesgos de morir.

El aislamiento, además, es un factor de riesgo que no puede compensarse con otros hábitos saludables, como el deporte.

"Los resultados de nuestro estudio revelaron que el deporte no compensaba el riesgo de aislamiento social de forma considerable. Sin embargo, ser miembro de un club deportivo puede aumentar los contactos sociales y, por lo tanto, mejorar los resultados", expone.

La propia investigadora reconoce que los resultados le han "sorprendido" y llama a poner un mayor énfasis "en el entorno social en la prevención y el tratamiento de enfermedades".

Aunque se muestra cauta sobre cómo el confinamiento y la distancia social afectará a la salud, vaticina que "seguramente tendrá un impacto negativo".

Gronewold subraya que ya se ha detectado a nivel mundial un incremento de los suicidios por la crisis del coronavirus, pero se deben esperar a otros estudios que evalúen en más detalle cómo afecta a la salud mental y física de la población. -

Ensayo muestra la capacidad de células madre para hacer crecer el pelo

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Un ensayo clínico demuestra que una solución tópica hecha a base de células madre lleva al crecimiento del cabello en personas con un tipo común de calvicie, según publica Stem Cells Translational Medicine.

La alopecia androgenética (AGA), comúnmente conocida como calvicie de patrón masculino (patrón femenino en las mujeres), está causada por factores genéticos, hormonales y ambientales.

Esta condición, que se estima que afecta al 50% de los hombres y a casi la misma proporción de mujeres mayores de 50 años, puede disminuir la autoestima y el bienestar psicológico de una persona.

Aunque hay algunos medicamentos aprobados para tratar la pérdida de cabello, los más eficaces pueden tener efectos secundarios como la pérdida de la libido y la disfunción eréctil. Por eso, se sigue buscando un tratamiento "más seguro y efectivo".

Las células madre derivadas del tejido adiposo (ADSC) secretan varias hormonas de crecimiento que ayudan a las células a desarrollarse y proliferar. Por otra parte, estudios previos han señalado que diversos factores de crecimiento aumentan el tamaño del folículo piloso durante el desarrollo del cabello.

Estudios recientes han demostrado que las ADSC promueven el crecimiento, pero ningún ensayo aleatorio controlado por placebo en humanos había explorado los efectos y la seguridad del extracto de células madre derivadas de tejido adiposo (ADSC-CE) en la alopecia.

Por ello, el equipo se propuso evaluar la eficacia y tolerancia de ese extracto de células madre en personas de mediana edad, explicó Sang Yeoup Lee, de la Universidad Nacional de Pusan, en Corea del Sur, y miembro del equipo.

El equipo reclutó a 29 hombres y nueve mujeres con AGA. De ellos, la mitad recibió una solución tópica con extracto de células madre y el resto, un placebo. En ambos casos tenían que aplicarse el producto en el cuerpo cabelludo dos veces al día.

Tras 16 semanas, el grupo que había usado la solución tópica con células madre "tuvo un aumento significativo tanto en el recuento de pelo como en el diámetro del folículo", dijo el autor principal del estudio, Young Jin Tak, de la misma universidad.

Los resultados, según Lee, "sugieren" que la aplicación de esa solución tópica tiene "un enorme potencial como estrategia terapéutica alternativa para el crecimiento del cabello en pacientes con AGA" y mantiene una "seguridad adecuada del tratamiento".

El próximo paso debería ser realizar estudios similares con grupos más grandes y diversos de población para confirmar los efectos beneficiosos y establecer los mecanismos responsables de la acción de las ADSC-CE en personas.