Armar puzles es un desafío mental con beneficios en todo el ciclo vital
Durante el periodo de confinamiento se ha visto un aumento en el interés por adquirir "rompecabezas", lo que es positivo, porque es una actividad para entretenerse que se puede disfrutar en familia y que potencia muchas habilidades.
Que las nuevas tecnologías estén presentes en lo cotidiano, que hayan sofisticado en muchos sentidos la forma en que las personas se desenvuelven en el mundo, no significa que todo lo considerado antiguo o tradicional esté obsoleto. Hay actividades y elementos que siempre estarán vigentes e incluso en ciertos periodos resurgen majestuosamente.
Es lo que ha pasado en estos meses de distancia física-social y confinamiento que han impulsado a buscar distintas alternativas para pasar las jornadas de encierro en casa, y uno de sus resultados es que típicos juegos se han vuelto tendencia y un claro ejemplo son los puzles o "rompecabezas". Armarlos suele asociarse a una actividad propia de la infancia o un hobbie de adultos, y por ello siempre ha habido quienes disfrutan de coleccionarlos y ensamblarlos, pero en esta cuarentena se ha evidenciado un gran interés por adquirir estos artículos. Seguramente, si alguien tenía alguno en casa, éste ya fue armado, desarmado y rearmado. En Chile, la búsqueda para comprar puzles en internet arrojaba 1.450.000 resultados en Google hasta hace pocos días, pero no es sólo un fenómeno nacional, pues en España la cifra se eleva a 14.700.000, por ejemplo.
RETO PARA TODOS
Un efecto colateral de la pandemia del covid-19 que considera positivo entre los muchos negativos que la crisis sanitaria está teniendo en lo individual y colectivo, sobre todo en la salud mental por los altos niveles de estrés que está experimentando la población, según lo que plantea la psicóloga Maribel Corcuera, especialista en infancia y crianza.
Argumentos para explicar su opinión, para fomentar el armado de "rompecabezas" y para que siempre haya uno -o varios- en casa, tiene de sobra, pero se sintetizan en que el reto de ensamblarle está lleno de beneficios y durante todo el ciclo vital. Tanto, que así como son una herramienta de diversión, también son una pedagógica o terapéutica, y lo más relevante es que los efectos positivos de esta actividad se obtienen incluso cuando no está intencionado ello como fin y sólo se busca pasar un buen rato.
Una de las primeras y simples razones por la que los puzles se destacan es que son para que personas de cualquier edad puedan divertirse, pues Corcuera resalta que "hay para niños en sus primeros años, puzles de 2 o 3 piezas, hasta otros de miles o diseños muy complejos orientados a un públicos mayores". Agrega que existe una variedad tan amplia, en cantidad de piezas, tamaños y diseños que se puede encontrar uno acorde a todos los intereses y necesidades. Esto también es lo que puede propiciar la motivación por armarlos, tanto en lo personal como si como padres se les ofrece a los hijos como opción de juego, por ejemplo.
MÚLTIPLES BENEFICIOS
En este desafío de ensamblar cada pieza, en esta actividad "rompecabeza", como bien dice su nombre, se rompe la cabeza, aunque en un muy buen sentido, porque se pone a trabajar al cerebro, se ejercitan distintas funciones cognitivas, se despliegan destrezas, se fortalecen o desarrollan las llamadas habilidades blandas que la psicóloga Maribel Corcuera dice que estar "convencida que son las que llevan al éxito en la vida". Y no es algo profesional y laboral, sino también social y relacional.
El fortalecimiento de la atención y concentración es el primer beneficio transversal que releva de ensamblar un puzle, y es lo que también atribuye a lo que define como "un efecto meditativo, porque el concepto es estar aquí y ahora" para poder armarlo.
La memoria junto a la perseverancia y tolerancia a la frustración también se potencian, agrega, ya que "la cantidad de veces que tomas una pieza y te equivocas pueden ser muchas", y así como hay que lidiar con esta falla sin que esto genere una crisis, hay que procurar no cometerla dos veces con la misma pieza. En este mismo sentido, la psicóloga añade que se trabaja muchísimo "la paciencia, entendiendo que no todo resulta de inmediato"; será preciso esperar hasta ver el logro y a veces tener que dedicar varias jornadas hasta finalizar el ensamblaje.
Otro punto relevante de esta actividad es que plantea que "para armar un puzle tienes que planear, organizar y buscar estrategias. Por ejemplo, uno parte armando los bordes y eso implica primero tratar de ubicar cada pieza que corresponda".
Sobre lo importante del trabajo en todos los aspectos expuestos durante la vida, la psicóloga aclara que en el caso de los niños esto se relaciona con que por estar en desarrollo todas sus habilidades y pensamiento lo están también, y es un proceso de muchos años, y que es importante como padres entregar opciones que contribuyan a ello, y "en los adultos, si bien el pensamiento se desarrolló, el ejercicio mental es súper importante para mantenernos sanos mental y emocionalmente", sostiene.
Corcuera además explica que el reto mental y beneficios de ensamblar un puzle no tienen que ver con su cantidad de piezas ni necesariamente con la imagen que se logrará al ensamblarlas, sino con la etapa vital, habilidades o el propio corte de cada parte que se debe unir. Pueden ser 4 y toda una aventura para un niño de un año, o un rectángulo de un solo color que tome varios días en armar (ver recuadro).
DISFRUTAR EN CONJUNTO
La posibilidad de disfrutar y fortalecer las habilidades mencionadas en sincronía con otros es una que dan los "rompecabezas". Esto genera que se potencien el trabajo en equipo o resolución de problemas para generar planificaciones o estrategias de armado en conjunto. Y si bien esto es muy importante, para Maribel Corcuera lo primordial es que es algo que se puede hacer en familia y que estos espacios de recreación familiar son clave para encontrarse y fortalecer vínculos.
No es un atributo exclusivo a los "rompecabezas", sino a todo aquello que pueda realizarse con otros, en grupos, como jugar ludo, naipes, metrópoli, bachillerato o un sinfín de juegos de mesa y actividades lúdicas que hoy están mucho más presentes en las rutinas y dinámicas que antes, porque el encierro 24/7 y la imposibilidad de salir o ver a otros ha llevado indiscutiblemente a que las familias pasen muchísimo más tiempo juntas, que estén más reunidas y conectadas. Y en el "antes y después" que marque la crisis sanitaria en la vida de todas las personas, lo ideal, lo que espera Corcuera, es que quede para siempre "el disfrutar estar en casa y tener momentos para compartir actividades agradables en familia", finaliza.