"Sexting" y "grooming", formas contemporáneas de vulnerar a los menores
En el marco del "Día contra la explotación sexual comercial infantil" y el mayor uso de internet y redes sociales por la contingencia, Tierra de Esperanza llama a concientizar los riesgos que se esconden en las interacciones en el mundo virtual.
Videos, fotos y mensajes, "likes" y seguidores, son la forma en que las personas se vinculan y validan, sobre todo las nuevas generaciones. Pero, en algo tan simple como dar "click" para publicar un contenido, aceptar una solicitud de amistad, responder a esa conversación en línea, se esconden riesgos a los que niños, niñas y adolescentes (NNA) son especialmente vulnerables.
Es que por muy etéreo que parezca el espacio virtual "suceden cosas que pueden ser igual de determinantes, violentas y dañinas como un acto físico", enfatiza el psicólogo Ricardo Suazo, director técnico nacional de la Fundación Tierra de Esperanza. Donde pone el acento es que en esa interacción mediada por una pantalla, donde a un lado hay un menor, del otro puede haber un adulto con el propósito de perpetrar una contemporánea forma de vulnerar derechos y cometer delitos sexuales contra ellos a través del "sexting" y "grooming".
Estos fenómenos preocupan a los expertos que como él trabajan con NNA y desde Tierra de Esperanza han querido relevarlo hoy en el marco del "Día contra la explotación sexual comercial infantil" y atendiendo el contexto actual, donde las medidas restrictivas para que la población se proteja del covid-19 han llevado a que todos, incluyendo menores, estén navegando más en internet y así expuestos a interacciones nocivas.
DE LO VIRTUAL
AL ENCUENTRO REAL
Suazo explica que "el 'sexting' es el intercambio de mensajes o imágenes sexuales autoproducidas a través de medios digitales". Si son personas adultas con consentimiento no se puede catalogar como violento, pero es distinto cuando no es algo deseado ni menos cuando son NNA los involucrados.
Aclara que "el 'sexting' no consentido se da al recibir contenidos que no son deseados y pueden ser enviados por personas desconocidas, conocidas e incluso parejas. Esto es una forma de acoso sexual". Este envío, plantea, podría ser un primer acercamiento de los adultos, advirtiendo que el fin es "sexualizar a NNA para eventualmente persuadirlos o presionarlos a que envíen contenidos de ese tipo". Esto acarrea el riesgo de que este material sea distribuido a través de plataformas digitales "e incluso puede ser el inicio de proposiciones sexuales o chantajes para que los menores sigan enviando fotos o se concreten encuentros", apunta.
Dicha dinámica se relaciona con el "grooming" o con la forma en que se da éste, agrega, que es cuando adultos utilizan medios digitales para contactar a menores de edad suplantando la identidad de un par. "El propósito es establecer una relación de complicidad e intimidad para ir preparando al menor para tener encuentros reales y relaciones sexuales", detalla Ricardo Suazo.
El "grooming" en su avance puede construirse con persuasión y 'sexting', y también usa chantajes y presiones sobre exponer los contenidos enviados si los menores no envían más o no acceden a reunirse. Y sobre los encuentros reales, advierte que el propósito es concretar una relación sexual con el menor, por lo que lamenta que en esa reunión "pueden ser víctimas de violación".
AMBIENTE PROTECTOR
Ni "sexting" ni "grooming" son inofensivos; recibir un contenido indeseado afecta y puede tener repercusiones severas en la víctima, al igual que las extorsiones y abuso sexual. Ante esto, Suazo comenta que hay señales que podrían alertar que un hijo esté sufriendo estas situaciones y los cambios de ánimo o conductas es lo que llama a atender siempre, porque suelen indicar que algo está sucediendo.
No obstante, lo primordial es prevenir y por ello enfatiza que padres y/o cuidadores deben procurar que el espacio virtual sea uno donde los hijos e hijas estén protegidos, que sepan cómo cuidarse y qué hacer si se sienten agobiados en cualquier circunstancia, y que tengan la seguridad de poder hablar de todo lo que sienten o les sucede sin ser juzgados ni castigados.
Así, educación y una relación afectiva basada en la comunicación constante y comprensiva son los pilares.
USO DE PLATAFORMAS
Para Suazo lo primordial es enseñar a los hijos a usar las redes sociales y plataformas digitales, qué contenidos publicar y sobre todo con quién y cómo interactuar. "Hay que explicar a los niños que en una red social interactuamos con un perfil y no una persona, por lo que ese perfil puede ser falso y la persona atrás de la pantalla puede ser muy distinta a lo que se muestra", recomienda.
Desde lo anterior, hay que concientizar que una vez que un contenido se comparte es público y no hay manejo sobre qué harán otros con ello, por lo que hay que fomentar el resguardo a la privacidad. Puede ser complejo en una época donde se siente necesario contar al mundo todo lo que se hace y la popularidad se mide en cantidad de seguidores, comentarios o "me gusta", pero es relevante enseñar a hijos que no toda su vida debe ser mostrada, que sus perfiles deben ser privados, que sólo interactúen con personas que conocen y que no sean públicos datos personales como su lugar de residencia o colegio.
Otra recomendación es que padres "verifiquen edades mínimas para usar cada red social. Si una plataforma establece que es 16 años, significa que no está hecha para niños". En efecto, enfatiza que "los niños no deberían tener sus cuentas propias de Whatsapp, Instagram, Facebook, Tik Tok, etcétera, si no cumplen la edad mínima".
Sobre revisar teléfonos y cuentas de los hijos en las redes sociales para controlar y proteger, el psicólogo afirma que "no existe una receta", pues aclara que tiene que ver con la forma de ejercer la parentalidad, con las dinámicas y acuerdos en cada familia. Pero, si se han cuidado los aspectos prácticos señalados, si se tienen las conversaciones y educación necesarias, resalta que "niños y adolescentes irán desarrollando un criterio que cada vez les permitirá decidir mejor", entonces el estar revisando sus dispositivos digitales, leyendo sus perfiles y mensajes para saber qué tipo de interacciones tienen, no debería ser la preocupación.