Medidas para el control de los nuevos brotes
Con más de 41 mil contagiados, 421 personas fallecidas, y seis millones y medio de personas en cuarentena, la mayoría en la Región Metropolitana, Chile enfrenta por estos días la hasta ahora fase más compleja del mayor desafío sanitario de las últimas décadas, a raíz de la pandemia del coronavirus.
Y, sin embargo, todavía parece que falta mucho para que la mayoría tome conciencia de la dimensión de la tarea de hacer frente de forma efectiva a la enfermedad, especialmente en zonas como nuestra Región del Biobío, donde afortunadamente todavía los números se encuentran en rangos controlables. Pero -hay que enfatizar este punto- eso puede cambiar de forma muy rápida. Y así se observó precisamente en la Región Metropolitana, donde de una semana a otra la evolución de los contagios pasó de estar en una curva "contenida" a una prácticamente descontrolada y, por consiguiente, comenzó a sembrarse la alarma sobre un posible colapso de la atención de salud, en particular de los casos más graves, que requieren de ventilación mecánica invasiva y todo el equipo técnico y de profesionales que implica esa tarea.
En efecto, hasta el viernes la ocupación de camas de Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) en la Región Metropolitana ya superaba el 90%, mientras que el promedio nacional bordeaba un 80%. Eso obligó a que al menos 12 pacientes críticos fueron trasladados desde la Región Metropolitana a regiones como la del Biobío, donde a través de un operativo aéreo se concretó el jueves el traslado de los primeros dos enfermos graves desde un recinto asistencia de la capital hasta el Hospital Regional Guillermo Grant Benavente.
Frente a esta situación es tan importante que se condene con energía los actos de irresponsabilidad extrema que terminan generando brotes, situaciones que, por cierto, se encuentran a todo nivel.
Así ocurrió, por ejemplo en Laja, provincia de Biobío, donde una persona que contrajo el virus participó en dos reuniones sociales, contagió a 22 personas y obligó a la cuarentena de otras 120. Al respecto, el seremi de Salud, Héctor Muñoz, precisó que en el caso de la persona identificada como transmisora del virus "se realizó una denuncia ante el Ministerio Público para establecer las responsabilidades de esta persona frente a los contagios. El equipo de la Seremi de Salud está desplegado fiscalizando el cumplimiento de las cuarentenas. De hecho, ya tuvimos cuatro sumarios sanitarios en Laja por incumplimientos, y seguiremos endureciendo las medidas".
Otro caso que a nivel nacional ha llamado la atención es el del senador de la Región de Los Lagos Rabindranath Quinteros, quien mientras esperaba el resultado de un examen por covid-19, viajó hasta Puerto Montt -su lugar de residencia- poniendo en riesgo a los pasajeros del avión con quienes compartió el viaje. Previamente, además, participó en sesiones de una comisión, donde saludó con un beso a la parlamentaria Ximena Rincón -algo que se ha dicho permanentemente que no debe realizarse- e incluso se le vio en la testera de la Cámara Alta, en su rol de vicepresidente, sin usar mascarilla, una conducta también totalmente incorrecta al permanecer en espacios cerrados con un grupo de personas.
Más allá del nivel de las responsabilidades individuales, existe por estos días la necesidad de fortalecer la forma de tomar decisiones adecuadas a nivel público, en especial en regiones como la nuestra, donde todavía la curva de contagios del virus se encuentra en niveles que permiten una adecuada atención de los pacientes más graves, sin estresar en demasía el sistema de atención de salud.
Esta semana ha generado inquietud la proliferación de los llamados "brotes importados", es decir, aquellos que se producen una vez que una persona o grupo de personas se contagian en otros puntos del país, y luego se trasladan a regiones como la del Biobío, donde contribuyen al aumento de las personas infectadas.
Por ello, el establecimiento de un control sanitario preventivo a partir del miércoles último en los peajes de Agua Amarilla, en la Ruta del Itata y Santa Clara, de la Ruta 5 Sur, es una medida necesaria, pero insuficiente. Esto, porque se trata de controles que son aleatorios -no a todos los vehículos- y sin la rigurosidad que establece un cordón sanitario dispuesto por las autoridades de manera oficial.
Se debe recordar que un cordón sanitario es el perímetro utilizado para controlar el acceso o salida de una zona o territorio definido por la autoridad, que permite el ingreso solamente para el abastecimiento básico con un permiso o salvoconducto, a través de un control policial o militar.
Se requiere, sin duda, autoridades empoderadas a nivel local para que hagan sentir la voz de la Región en las instancias centrales, en virtud de los antecedentes científicos y la experiencia reciente, para que se puedan tomar medidas como ésta, sin esperar que se dé un peak de contagios o que proliferen los casos graves. Solo así -con conductas individuales más responsables y una respuesta ágil y proactiva de las autoridades- se podrá mantener un manejo adecuado de la pandemia.
El establecimiento de un control sanitario preventivo establecido a partir del miércoles último en los peajes es una medida necesaria, pero insuficiente. Esto, porque se trata de controles que son aleatorios -no a todos los vehículos- y sin la rigurosidad que establece un cordón sanitario dispuesto por las autoridades de manera oficial.