Chiguayantina fabrica mascarillas en base a tela con cobre
Se hizo conocida por crear "Baby Cu", ropa para bebés que gracias a su base en el mineral rojo, reduce el riesgo de contagios con bacterias. Hoy su negocio se amplió, por ahora, al personal de salud.
Una de las tantas cosas que caracteriza a un emprendedor es el empeño y a veces saber adaptarse a las circunstancias. Eso le pasó a la chiguayantina Daniela Cartes, creadora de ropa para bebés en base a partículas de cobre, idea llamada "Baby CU" y que la llevó a concursar en un programa de televisión y que ha ganado varios concursos por su idea
El último fue haber conquistado el "Retos de Innovación Covid-19", iniciativa convocada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación y Corfo, apoyados por el Laboratorio de Gobierno de la Secretaría General de la Presidencia, que apunta a soluciones de rápida implementación para el área de la salud.
La también docente de la Facultad de Diseño de la Universidad del Desarrollo Concepción logró el primer lugar de la macrozona sur, lo que le valió obtener $30 millones en una primera etapa para desarrollar y potenciar "Cubre +", una mascarilla en base a tela con partículas de cobre, su creación que ahora le permite ampliar su segmento o nicho.
"La idea de este concurso era ayudar a tener elementos de protección para el personal de salud. Como llevo más de 12 años trabajando con la cualidad del metal rojo, vi en las telas la posibilidad de generar una máscara facial que fuera lavable y reutilizable, porque es probable que se genere mucha basura debido al material desechable que se está dando en los centros de salud y el comercio", apuntó.
YA LO TENÍA
Aparte, recalcó que la idea es usar la acción antibacteriana activa que tiene la tela por las partículas de cobre y zinc, lo que reduce el riesgo de contagio de covid-19 y otros virus que pueden estar en los centros asistenciales.
La base, reconoció, es que reutilizó el material que ya venía aplicando hace tiempo y como hoy la capacidad productiva está un poco detenida o solo volviendo a la normalidad en algunos aspectos, usó lo que ya tenía para elaborar la protección para boca y nariz.
Para Daniela Cartes, además, esto tuvo cierta coincidencia, pues en febrero estaba empezando una producción de cuellitos para los niños, pensando en la llegada del invierno y los virus, pero como arremetió el coronavirus, frenaron todo y se reenfocó hacia las mascarillas, aunque la idea es seguir en los menores hasta 2 años, pese a que se dio la opción de ampliar el negocio.
"Pero hoy las personas están mucho más conscientes de los peligros a los que se enfrentan, sobre todo si ya sufren problemas de salud previos. Por eso, con 'Cubre +' se puede generar una barrera sanitaria a través de los textiles. Esa fue siempre mi misión y hoy, pese a todo lo triste que es ver gente enferma, esto me ha ayudado, porque mi propuesta de valor se entiende mucho más y la urgencia, porque siempre he trabajado de la manera más científica posible", hizo ver.
En ese sentido, la emprendedora remarcó que si bien en el mercado a muchas cosas le ponen cobre, en su caso el horizonte ha sido bajo las certificaciones y calificaciones estrictas dentro de lo posible, es decir, en el rubro no existe algo que no haya sido probado.
INQUIETUD MÉDICA
En el fondo, la académica de la UDD sin buscarlo se reinventó al crear estas mascarillas para adultos, algo que surgió de las mismas mamás que comenzaron a preguntar por protecciones faciales para los hijos. Pero también surgió la inquietud del personal médico del Hospital Regional, donde el pedido partió desde los doctores y ahora cree que después de esto se generará una relación de largo plazo y, de hecho, está programada una reunión para ver cómo trabajarán con los niños oncológicos, algo que la motiva mucho.
Una cosa que destacó es que la fabricación actualmente es pequeña y enfocada solo al personal relacionado con los centros de salud, pues no tiene mucha tela.
Al respecto, dijo que en estos tiempos quizás cuesta obtenerla o elaborarla, por lo que el desafío tecnológico es la búsqueda de nuevos lugares que estén fuera de los cordones sanitarios.
Por eso destacó el fondo que obtuvo ($30 millones) para hacer cosas muy interesantes, como ir por las certificaciones, porque si bien hay muchas mascarillas en el mercado, no todas cumplen con la cualidad y calidad que se requieren. Es así que buscarán el respaldo para lo que es antimicrobios de nuevo, pero con bacterias que sean respiratorias, porque los estudios virales son complejos de hacer en Chile, porque no hay laboratorios clase 2, que son donde de manera segura se tratan los virus.
Además, quiere ver una certificación para la capacidad de filtrado, a lo que se suma un elemento diferenciador, que es la creación de un enjambre productivo, porque la gente que está trabajando en las casas no tiene los insumos para hacerlo. "La idea es que pongo todos los materiales y las personas trabajen en sus hogares. Así generamos empleos en comunas, partiendo por Chiguayante. Esto también nos ayudó a ganar el premio", adelantó.
Lo bueno es que si cumple con todo eso, en una segunda etapa podría acceder a otros $60 millones para seguir creciendo.
Los proyectos fueron desarrollados en Valparaíso, Santiago, Concepción, Puerto Montt y Coyhaique y el de Daniela fue seleccionado entre cerca de 300 propuestas.