Red de Salas de Cine vislumbra déficit de más de $ 105 millones
Tras el anuncio del decreto de Estado de Excepción Constitucional de Catástrofe en todo el país por 90 días, para enfrentar el coronavirus, el mundo cultural chileno comenzó a evaluar el impacto económico que traerá la medida.
Es así que la Red de Salas de Cine ve la situación con bastante preocupación. Con 13 espacios ubicados en nueve regiones y con un staff que alcanza las 125 personas, la entidad requiere de $35 millones 029 mil 850 para mantener las salas operativas cada vez.
Mensualmente se realizan 873 funciones en toda la cadena, congregando más de 19 mil personas, por lo que se obtienen $ 46 millones 222 mil 650 de ingresos por venta de tickets. El cierre por tres meses, equivalente a 2 mil 619 funciones, significa dejar de percibir más de $ 138 millones, además de generar una merma operacional de $ 105 millones 089 mil 550.
Para la directora de la Red de Salas de Cine, Teresita Ugarte, uno de los mayores desafíos ha sido reunirse en un trabajo colaborativo y descentralizado a nivel nacional, considerando las grandes diferencias de cada espacio. "Nos estructuramos en salas que cuentan con 30 butacas y otras con 300, de espacios autogestionados como fundaciones y corporaciones, así como también Centros culturales municipales", explicó.
En conjunto con el Ministerio de las Culturas, la Red de Salas ya se encuentra trabajando en un plan de contingencia, sin embargo, se requiere y esperan cambios más profundos a mediano plazo para sobrellevar el adverso escenario actual. "El desafío de hoy para espacios como la Red de Salas de Cine es cómo seguir aportando a la cultura desde nuestras casas, siendo creativos, dando opciones de actividades tanto formativas como de exhibición, e incentivando el autocuidado y aislamiento", comentó.
La entidad aboga por un cambio estructural en la Ley Audiovisual, en los Fondos Concursables y en el Ministerio en general, para "tener espacios culturales que no vivan en constante incertidumbre, en un escenario laboral precario en que cualquier cambio puede hacer que se vayan a quiebra".
"Los proyectos no pueden estar siendo postulados cada año y a merced de ganarse un fondo para su continuidad, así como tampoco pueden seguir desprotegidos en cuanto medidas y leyes que resguarden el sector", enfatizaron.