Medicina hiperbárica ofrece nuevas alternativas de tratamiento
El aire que respiramos en la superficie terrestre es 1 atmósfera (ATM) y tiene una presión aproximada de 760 milímetros de mercurio (mm Hg), contiene cerca de 21% de oxígeno (cerca de 160 mm Hg de presión "parcial"). El oxígeno es fundamental, ya que participa en la generación de energía sin la cual ninguna célula podría vivir. El resto del aire está compuesto principalmente por nitrógeno (78%), que en forma gaseosa no tiene mayor relevancia en el metabolismo humano.
Al aumentar la concentración de oxígeno en el aire que respiramos, lo máximo que podríamos llegar es una presión de 760 mm Hg en los pulmones a nivel de la superficie terrestre. Si somos capaces de aumentar la presión de dicho gas (no sólo concentración), podemos llegar a presiones de hasta 2000 mm Hg, lo que sólo puede lograrse con el uso de cámaras selladas y resistentes, en cuyo interior se obtienen presiones equivalentes a 3 veces la existente en la atmósfera (3 ATM). Eso es de mucha utilidad en el tratamiento del llamado "mal de descompresión", que afecta a los buzos que, realizando inmersiones mayores a 10 metros, no hacen un ascenso paulatino con paradas que permitan que el nitrógeno absorbido en grandes cantidades se elimine lentamente (por la mayor presión que ejerce el agua sobre el cuerpo). Si la inmersión es mayor a 30 metros y el buzo permanece más de 60 minutos a esa profundidad, el ascenso debe tardar al menos 45 minutos con paradas cada 9 metros. Si no, hay alto riesgo que el nitrógeno presente en altas cantidades en sangre y tejidos forme burbujas que van a producir grandes daños corporales, incluso la muerte.
Acontecida esta situación y detectada a tiempo, el uso de la cámara hiperbárica (hiper: mayor;bárica: presión) permite limitar el daño favoreciendo la eliminación del gas nitrógeno introduciendo grandes cantidades de gas oxígeno en el cuerpo, que desplaza el nitrógeno fuera del organismo. También hay otras condiciones en que las altas concentraciones a presión del oxígeno en el interior de las células dañadas son útiles.
La medicina hiperbárica permite en varios casos limitar el proceso patológico y hasta recuperarlo al facilitar las condiciones metabólicas celulares debido a la alta presencia de oxígeno en su interior.
Y si bien se ha especulado en el uso en muchas condiciones, pero es un grupo limitado de enfermedades en las que se puede observar un real efecto, entre las que destacan la sordera súbita, úlceras crónicas que no cicatrizan, heridas asociadas a daño actínico (por radiación) e intoxicación por monóxido de carbono.
vicedecano Fac. de Medicina y Ciencia, USS