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Cambios al plan regulador penquista generan controversia entre arquitectos

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El proceso para modificar el Plan Regulador Comunal (PRC) de Concepción ha generado controversia entre distintos actores. Uno de ellos es el gremio de arquitectos.

Esto partió la semana pasada, con una publicación en la prensa firmada por 83 profesionales -asociados a empresas inmobiliarias y a la Cámara Chilena de la Construcción (CChC)- que plantearon que la propuesta del municipio, que implica regular la construcción en altura, frenará el desarrollo inmobiliario y provocará un estancamiento en el centro de la ciudad.

Según la propuesta que ahora está en consulta ciudadana (ver nota secundaria) fija en cinco y siete plantas el tope para el casco histórico penquista.

Otras voces ligadas a la Cámara han argumentado que esta medida aumentaría los precios de los departamentos a la venta y obligaría a la población a desplazarse a sectores periféricos.

Estas afirmaciones fueron contrastadas ayer por 49 académicos de arquitectura y urbanismo, quienes firmaron una declaración en la que respaldaron el trabajo hecho por el municipio y refutaron los argumentos esgrimidos por el grupo de arquitectos.

Según este grupo, por ejemplo, el estancamiento es un fenómeno que ya se venía experimentando en el centro penquista, por lo que no tendría nada que ver con la regulación de las alturas.

En lo que sí coincidieron ambos sectores fue en que esta discusión es muy necesaria dentro de un proceso tan relevante para la ciudad.

A favor de la propuesta

Una de las críticas a la propuesta de altura del municipio es que estancaría el crecimiento poblacional de Concepción, ya que las alturas máximas serán de cinco o nueve pisos en el centro y el máximo en la periferia será de 15.

Sobre este punto, el grupo de académicos que apoya la propuesta de la alcaldía sostuvo en su declaración que "resulta imposible establecer una relación causa-efecto entre la regulación de altura y el estancamiento poblacional", puesto que, justamente, el número de habitantes de Concepción ya se venía incrementando de forma muy baja durante los últimos 15 años, incluso por debajo de la media nacional, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

Otras de las consecuencias refutadas por los expertos tiene que ver con el posible aumento del precio que tendrían los departamentos. A juicio de los firmantes, este punto tampoco tendría consistencia, ya que el valor del suelo urbano del centro penquista ha subido en más de un 40% en los últimos cinco años, mientras que el precio de los departamentos, en plena eclosión de la construcción de torres en altura, lo ha hecho en un 42% solo en el último año y medio.

Por último, en lo referido a la crítica que afirma que la propuesta municipal obligaría a que las personas se desplacen a la periferia, aumentando la segregación urbana y la congestión vehicular, los arquitectos plantearon que dado la falta de diversidad de tipologías de vivienda y el elevado costo de las unidades habitacionales, actualmente un "gran porcentaje de familias se ven en la obligación de buscar productos inmobiliarios más baratos y amplios" en sectores alejados del centro.

Por todo lo anterior, los 49 arquitectos instaron a la Seremi de Vivienda y Urbanismo a congelar todos los permisos de edificación hasta que sea aprobada la modificación del PRC y a fiscalizar los mensajes y el funcionamiento del mercado inmobiliario regional y nacional.

Por qué en contra

Pablo Piña, arquitecto independiente y miembro del Comité de Arquitectura de la CChC Concepción, fue uno de los que firmó la declaración de la semana pasada, denominada "Por una ciudad a la altura de su importancia" y que critica la propuesta municipal.

Él señaló que siguen evaluando mal la propuesta de cambio del municipio, por ser demasiado drástica.

Piña puntualizó que "todos los análisis se basan en la población censal, y eso es un error garrafal en una ciudad como Concepción, donde el 60% de la población es flotante. Dicen que el centro se ha despoblado, pero eso es falso, porque está lleno de estudiantes y oficinistas. El hecho de que no duerman en sus oficinas no significa que el centro no esté poblado".

Lorenzo Fluxá, uno de los arquitectos independientes que se mostró en contra de la propuesta municipal, indicó que esta controversia más que generar un quiebre entre los profesionales, lo que hace es generar posiciones diversas para enriquecer a la ciudad: "Obviamente, los urbanistas dedicados a la academia tienen planteamientos muy válidos para hacer una mejor ciudad, pero uno tiene que entender que la ciudad está compuesta por muchos actores, por lo tanto, es difícil establecer qué es lo más correcto si no se genera un debate".

Cerca de 3 mil personas votaron en primer día de consulta

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Hasta las 18 horas de ayer, cerca de 3 mil personas ya habían emitido su opinión sobre la propuesta de altura máxima de los nuevos edificios, a través de la consulta ciudadana online que abrió la Municipalidad de Concepción, en el marco de la modificación del Plan Regulador Comunal (PRC).

Según la estadística publicada en la página de votación concepcionparticipa.cl, la mayor cantidad de sufragios se concentró cerca del mediodía, entre las 11 y 12 horas, en donde participaron casi 800 personas.

El proceso se mantendrá abierto hasta las 18 horas del domingo y se espera que, por lo menos, puedan votar cerca de 20 mil personas, tal como sucedió en la consulta ciudadana que analizó la posibilidad de transformar a Barrio Norte en comuna, hecha en 2015.

El padrón electoral de Concepción está compuesto por más de 200 mil personas.

Participación presencial

En total, el municipio habilitó siete locales de votación con computadores en distintos puntos de la comuna.

Si bien se espera que la participación se concentre mayoritariamente de manera virtual, estos espacios también fueron visitados por algunos vecinos, sobre todo aquellos que necesitaron asistencia para emitir su voto.

Así, por ejemplo, los locales ubicados en la Galería de la Historia del Parque Ecuador, la Casa del Adulto Mayor, ubicada en la intersección de las calles Tucapel y Ejército, y la Delegación Municipal de Barrio Norte recibieron en horas de la mañana a cerca de una decena de personas cada uno.

Katherine Prats, vecina de Concepción que llegó a votar al Parque Ecuador, comentó que decidió participar en el proceso porque le interesa la ciudad. Aseguró que su interés principal es que la capital de la Región "no se transforme en un Santiago más, con demasiado cemento y edificios en altura que no aportan".

Al igual que ella, Ximena Contreras, quien votó en el municipio, dijo que está en contra de la edificación en altura porque los inmuebles de este tipo generan problemas en el alcantarillado y en las napas subterráneas.

Observaciones hechas por la Cámara

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Horas antes de que la Municipalidad de Concepción diera por iniciada la consulta ciudadana online para definir la propuesta de altura máxima de los nuevos edificios, representantes de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), de los trabajadores y el comercio penquista ingresaron en la oficina de partes del municipio un documento con cerca de 50 observaciones.

El informe -ingresado por el presidente de la CChC de Concepción, Felipe Schlack- considera apreciaciones que abarcan aristas técnicas, económicas, urbanísticas y normativas.

Los representantes de estos gremios afirmaron que el cambio propuesto por el municipio iría mucho más allá de una modificación al PCR, "por las profundas variaciones que sugiere". Solicitaron una explicación sobre el sustento económico que está detrás de la propuesta, de tal manera que se garantice que los precios del valor del suelo y de las edificaciones disminuirán.

Otra de las consultas emitidas tiene que ver sobre con cómo se garantizará a los adultos mayores el uso de ascensores en edificios de cinco pisos y por qué la propuesta no recoge algunos objetivos establecidos en la Política Nacional de Desarrollo Urbano.

"Una de nuestras principales inquietudes es la ausencia de estudios o mediciones que avalen este drástico cambio, como que se detalle cómo se logrará que los precios no suban. Aquí habrá implicancias económicas, sociales y también en materias como el transporte, que esperamos sean sustentadas debidamente dentro del proceso", remarcó Felipe Schlack.

El municipio mantendrá abierta la ventana de observaciones hasta el 2 de febrero.

Plan Regulador: el necesario consenso sobre un proyecto de futuro

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La discusión sobre la modificación al Plan Regulador de Concepción se ha tomado buena parte del debate entre los arquitectos y la ciudadanía. Es valorable que el tema despierte tanto interés sobre el futuro de la ciudad, aún cuando se trate solo de una modificación respecto de las alturas de las edificaciones.

En efecto, las alturas de las edificaciones han detonado una justificada preocupación de todos los ciudadanos, pero este problema es sólo la punta del iceberg de uno mucho más profundo. Debemos recordar que el actual Plan Regulador de Concepción concluyó su elaboración técnica y conceptual el año 2000, es decir, hoy cumple 20 años desde que fuera diseñado.

Por cierto, su entrada en vigencia fue el año 2004, pero esto responde sólo al largo proceso de aprobación legal, que incluyó un estudio de impacto ambiental exigido por la Ley de Bases del Medio Ambiente. Luego de esto, se promulgó con un amplio respaldo ciudadano, pues en su proceso de elaboración se realizaron más de 40 eventos participativos para consensuar sus contenidos con la comunidad técnica, gremial, sector público y los vecinos en los barrios.

Hace veinte años la ciudadanía exigía la recuperación de la ribera norte del río Biobío, un nuevo barrio cívico y una costanera que recorriera todo el Biobío.

También solicitaba un plan para repoblar el centro de la ciudad y recuperar su rol de servicios, amenazado por la llegada del Mall del Trébol, exigiendo mejor conectividad vial, una gran avenida en el eje Los Carrera y Paicaví y rechazaba los edificios "lustrines", no por ser altos sino por su cuestionable estética.

Bien o mal, este plan avanzó en el logro de estos objetivos y hoy, veinte años después, nos preguntamos si es posible que este documento, elaborado hace dos décadas, esté en condiciones de enfrentar los desafíos de la ciudad para los próximos 20 años.

Clara y rotundamente no. La sociedad ha cambiado de manera extraordinaria, y hoy los desafíos de las ciudades son otros: el cambio climático, las nuevas tecnologías, mejores espacios públicos, un transporte público descarbonizado y más equidad social, donde todos tengan derecho a la ciudad.

Un plan regulador elaborado hace veinte años, como es el caso de Concepción, no puede responder a estos nuevos desafíos. Quien crea que modificando la altura de las edificaciones tendrá un mejor plan de ciudad para enfrentar los enormes desafíos de la sociedad del futuro, se equivoca profundamente.

Un plan regulador debe ser ante todo un acuerdo social, es decir, un proyecto que reúna a toda la ciudadanía detrás de una idea en común, procurando la convergencia de todos los actores sin exclusión.

Las ciudades crecen y se desarrollan sólo cuando existe consenso en un proyecto de futuro. Un plan regulador es una oportunidad para pactar un modelo de desarrollo, nunca debiera ser un campo de batalla, donde gane una parte y otra pierda. Si esto ocurre es una advertencia clara que las autoridades debieran entender como el camino equivocado, que divide a la sociedad y que compromete la estabilidad del futuro y el bien común. El bien común nunca será el bien de una de las partes, ni de la otra, sino de todos en su conjunto.

La gran discusión detonada por una nueva modificación del Plan Regulador de Concepción es una enorme oportunidad para integrar a toda la comunidad, sin ganadores ni perdedores, todos detrás de una idea mancomunada, para construir la ciudad que queremos para los próximos 20 años.

Arquitecto urbanista