Emprendedora de Los Ángeles crea el primer manjar en base a leche de cabra
Por muchos años fue jefa de lechería en varias industrias y su sueño fue tener una propia, pero donde vivía no había mucho espacio. Aparte de eso, quiso hacer algo distinto, innovador y se centró en la leche de cabra.
Se trata de Patricia Inzunza, quien a raíz de este proceso quiso dar el salto y elaborar, con el apoyo del Centro de Desarrollo Tecnológico Agroindustrial (Cdta) de la Universidad de Concepción, manjar en base al lácteo y queso.
La emprendedora, que tiene su predio en el sector Paso de Arena, comuna de Los Ángeles, en el camino a Nacimiento, contó que fue hace cinco años cuando comenzó con la crianza de cabras de la raza Saanen. Conversó con un médico veterinario que tenía una lechería con esos animales. Fue, la conoció y se instruyó en la materia. Juntó dinero hasta que pudo comprar las primeras 10 cabras en el sur del país.
Con esto comenzó a trabajar sola en el ordeñamiento de las especies, aunque en un principio de manera muy artesanal y sin la infraestructura necesaria. Fue así como tuvo el apoyo de Indap a través de Andrea Manríquez, profesional de Prodesal, encargada del rubro de ganadería avanzada de Los Ángeles, quien comentó que cuando Patricia partió tenía un pequeño plantel de cabritas y en ese sentido "la hemos apoyado en poder bajar los costos (de producción), alimentación y sacar la mejor rentabilidad posible".
ASESORÍA
Lo más importante en todo ha sido la asesoría técnica, pues según contó la experta, cuando la emprendedora partió no tenía idea acerca del animal, es decir, estaban con problemas de parto y en la calidad de la leche que entregaban, por lo que en los inicios seleccionaron las mejores hembras y los reemplazos para que pudiera armar un grupo adecuado para las condiciones del predio.
"También trabajamos con la alimentación y elaboramos estudios económicos de rentabilidad para determinar el tamaño mínimo de ese criadero", dijo.
Luego de eso, dado que tenía una infraestructura deficiente, ella hizo una pequeña sala con recursos propios, pero la de ordeña estaba en el mismo lugar donde dormían. "Partimos con una máquina de ordeña y seguimos con una habitación, lo que ha mejorado su producción", planteó.
Gracias a esto, Patricia Inzunza se concentró en la elaboración de manjar, aunque para ello, por la sugerencia del asesor Alejandro Rosas de Indap, se acercó al Cdta de la UdeC, donde les gustó la idea, sobre todo porque era en base a la leche de cabra, pues lo hacían con la clásica de vaca.
"Hicimos muchas pruebas, como fabricación de queso, pero a mí me gusta ir en contra, porque de cabra se puede encontrar en cualquier parte, pero manjar no hay. Por eso me embarqué en este producto, pero necesitaba ayuda, pues requiere tres meses de duración fuera de la cadena de frío", acotó.
Eso sí, remarcó que luego de dos a tres meses de trabajo, el resultado del manjar no era el que buscaba, porque no le gustaba el color, la densidad era como leche condensada y apuntaba a algo mejor. Tras varias pruebas, alcanzaron la receta deseada, ya que se trata de un aprendizaje mutuo.
Fue así como lograron un alimento dulce adecuado, que posee, según Patricia Inzunza, propiedades muy distintas al tradicional, puesto es que muy bajo en lactosa, en grasas y no tiene una proteína que afecta a las personas alérgicas.
Lo bueno de esto es que la gente intolerante a la lactosa puede consumir este manjar, porque el porcentaje es menor.
"Aparte de todo esto, la leche de cabra tiene similitudes a la materna, pues tiene muchas propiedades como vitaminas A y B, fierro y alto calcio, lo que es ideal para personas que sufren de osteoporosis. La gente con este problema debe tomar mucha leche tradicional, pero con la de cabra la adherencia a los huesos es más rápida", comentó la emprendedora angelina.
Respecto al sabor, la microempresaria aclaró que es diferente. Al abrir el frasco surge un aroma a caramelo, y no es "como si el chivo estuviera al lado".
Actualmente, Patricia ordeña una vez al día, logrando 28 litros, que alcanzan para 25 frascos de 390 gramos cada uno.
PLAZA PINTO
El objetivo que tenía esta esforzada empresaria en crear sus propios productos era llegar a la conocida Plaza Pinto, donde mucha gente muestra y vende sus verduras, miel y un sinnúmero de otras cosas, porque los visitantes valoran el trabajo campesino y, sobre todo, porque es artesanal y natural.
"En ese sentido, mi manjar es así. Posee leche, azúcar, un poco de bicarbonato que ayuda en algo al color. Mi sueño era llegar a la plaza. Si hubiese querido hacerlo a una gran cadena, lo hubiese alcanzado, pero quise partir por otra parte", planteó.
Por ende, el siguiente paso a futuro es tener un local propio, pero aún no ha hecho los trámites respectivos.
APOYO
El emprendimiento de Patricia Inzunza cuenta con el apoyo de Indap en materia de asesoría técnica -a través de Prodesal- e inversiones para la sala de ordeña, equipo de ordeña y praderas suplementarias por $2.750.000.
El director regional de Indap, Odín Vallejos, indicó que este proyecto es muy innovador, en cuanto a que en la Región del Biobío no se había trabajado en la crianza de cabras para producción de leche y sus derivados, "lo cual refleja la visión emprendedora de Patricia, quien con el apoyo del Prodesal y del Área Indap Los Ángeles está abriendo un nuevo nicho de mercado y comercialización".