María Dolores Muñoz Rebolledo, arquitecta, doctora en Arquitectura y Patrimonio y profesora titular Universidad de Concepción
El Área Metropolitana de Concepción está estructurada por el agua, porque sus costas, ríos, lagunas y humedales constituyen la génesis natural de los paisajes más representativos del territorio. Esta reflexión se enfoca en el valioso conjunto de lagunas que se despliega por ciudades y áreas rurales aportando identidad, belleza y, esencialmente, sosteniendo a la vida en todas sus expresiones.
Un rasgo notable de la ciudad de Concepción es la existencia de un conjunto de lagunas que incluye a la laguna Redonda y al sistema lacustre derivado de los paleo cauces del río Biobío que comprende a Las Tres Pascualas, Lo Galindo, Lo Méndez, Lo Custodio y laguna Chepe; todas son protagonistas de paisajes urbanos que distinguen a diferentes barrios penquistas. En el sector de Chaimávida, se ubica la laguna de Lo Pineda, un hermoso cuerpo de agua originado en un meandro del río Andalién.
En el territorio metropolitano asociado a la cordillera de Nahuelbuta, existe otro prominente sistema lacustre compuesto por las lagunas Chica de San Pedro, Grande de San Pedro, San Pedro del Valle, Junquillar; La Posada y Quiñenco. Estos cuerpos de agua, que forman parte de las comunas de San Pedro de La Paz y Coronel, son recursos indispensables para sostener el desarrollo urbano y abastecer a la población en la vida cotidiana y en situaciones extremas al proporcionar agua para combatir incendios y uso directo de la población, como ocurrió tras el terremoto del 2010. En la comuna de Hualpén se ubican las lagunas Price y Verde, ambas integradas a humedales que aportan diversos servicios ecosistémicos.
No obstante, a pesar de su importancia ambiental, protagonismo geográfico y belleza, las lagunas no siempre son valoradas como recursos indispensables que se deben conservar. Las zonas donde se emplazan son afectadas por procesos de expansión urbana que debilitan o deterioran gravemente sus funciones territoriales y servicios ecosistémicos. Esta situación se observa en San Pedro y Concepción, incluyendo a la laguna Lo Pineda, ubicada en un área rural donde se observan tendencias urbanizadoras y existen proyectos inmobiliarios que amenazan al cuerpo lacustre y su entorno.
A escala global, la población humana tiende a aglomerarse en ciudades para acceder a oportunidades de desarrollo relacionadas con mayor oferta de trabajo, bienes y servicios. No obstante, la calidad de vida urbana depende de la respuesta a diversos desafíos porque, junto con el crecimiento de la población, aumentan los costos y dificultades para proveer servicios básicos (agua, energía y alimentos) y manejar de manera adecuada los crecientes volúmenes de aguas servidas, residuos sólidos, desechos peligrosos y contaminantes. En Chile, el 87 % de la población habita en áreas urbanas, por lo tanto, la presión sobre los recursos hídricos es una realidad innegable y la gestión del agua es fundamental.
Las lagunas son elementos estructurantes del territorio y el paisaje, son soportes de vida e identidad; sin embargo, a pesar de su importancia ambiental y social han sido afectadas por cambios morfológicos y funcionales de las ciudades. La histórica laguna de Los Negros se rellenó con tierra extraída del Cerro Amarillo y otras colinas adyacentes para ampliar la trama urbana y extender algunas calles y servicios de transporte desde Concepción hacia Talcahuano.
Los problemas ambientales que afectan a las lagunas se han incrementado; esta condición preocupante se revela en efectos visibles como el cambio de color del agua en la laguna de Lo Méndez a fines del 2023. Lo ocurrido se explica por la proliferación de cianobacterias y aunque los análisis no revelan evidencias de toxinas, la situación se está investigando. Las lagunas de San Pedro también muestran signos de contaminación y varias lagunas urbanas son afectadas por la presencia de basuras en los bordes lacustres.
En este sentido, además de la valiosa e irremplazable investigación académica para analizar las señales de contaminación y buscar soluciones a los problemas identificados, es urgente y necesario incrementar las acciones institucionales y sociales para mejorar las condiciones ambientales de las lagunas y su entorno. De esta manera puedan proporcionar diversos servicios ecosistémicos y ser la base natural de los principales anclajes afectivos a distintos lugares y barrios.
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