Aumento de los homicidios en la Región del Biobío
La Región del Biobío ha sido foco de hechos de extrema violencia ocurridos en los últimos meses. Durante el primer semestre del 2023 ha registrado un aumento del 20,9% en las causas por homicidios en comparación al 2022, de acuerdo con el reciente informe del Centro de Estudios Faro, de la Universidad del Desarrollo.
El documento elaborado con los antecedentes de la Fiscalía indica que el primer semestre de 2023 la Región registró 133 ingresos por casos de homicidio a diferencia de los 110 casos registrados el año pasado. El informe también señala que la tasa de homicidios de esta zona se mantiene incluso en niveles superiores a los de la Región Metropolitana. Los delitos sexuales, ilícitos asociados a ley de drogas y los homicidios alcanzan su mayor nivel desde el año 2005.
En efecto, la tasa de delitos graves en la primera mitad del año en la Región del Biobío marcó 7,9 homicidios por cada 100 mil habitantes, mientras que la RM registró una tasa de 7,4 y la nacional llegó a 8,0, según el estudio de la UDD. De acuerdo con los autores de ese informe, las cifras de delitos de homicidios y otros ilícitos de violencia desde el 2019 a la fecha revelan un ciclo alcista, de manera que si los organismos gubernamentales que están llamados a combatir estos delitos, junto al narcotráfico y el crimen organizado, no aumentan sus esfuerzos, las cifras del segundo semestre podrían ser aún más preocupantes.
Sin embargo, la situación delictual de la Región del Biobío no es diferente a lo que ocurre en el resto del país. De acuerdo con informes del Ministerio del Interior, solamente hasta el 31 de agosto de este año hubo en Chile 603 homicidios, algunos de ellos con ensañamiento e incluso desmembramiento de las víctimas.
La Fundación Paz Ciudadana dice que los homicidios en Chile han aumentado más de un 70% en los últimos ocho años. Su director ejecutivo, Daniel Johnson, señala que además de incrementarse, estos crímenes han cambiado de tipología, porque seis de cada diez no tienen imputado conocido, lo que atribuye a que son acciones premeditadas, como ajustes de cuentas, o el resultado de ilícitos que escalan en violencia y se escapan de las manos, como son los robos con fuerza de vehículos o encerronas. Expresa que "Chile tiene niveles más altos de homicidios que Europa y Oceanía; es el delito que más ha aumentado en Chile. Hace siete u ocho años la mayoría tenían imputado conocido, era más del 70% en que uno sospechaba de manera cierta de la persona que lo había cometido, porque estaban relacionados con violencia de género, riñas en bares que se transformaban en homicidios con arma blanca, pero ahora eso cambió radicalmente, porque el 60% no tiene imputado conocido; muchos son por sicariato o ajustes de cuenta.
Esto significa que se está frente al crimen organizado, al que no estábamos acostumbrados y que por lo tanto requiere de nuevas herramientas para combatirlo, ya que muchos de estos hechos de sangre, con violencia extrema, están asociados al narcotráfico, a bandas delictuales y al uso de armas de alto poder de fuego. Y si bien se han anunciado y se han ejecutado políticas de seguridad, la verdad es que no se aprecian resultados positivos. Tal vez el aumento de los homicidios, de ajustes de cuentas y de encerronas tiene que ver con factores como la facilidad de los delincuentes para tener acceso a las armas, y un debilitamiento de la acción de control de parte de las policías, por escasez de personal para hacer frente a las bandas organizadas.
Se recuerda que hace unos meses la entonces ministra vocera de la Corte Suprema, Ángela Vivanco, planteó la preocupación del Poder Judicial por el aumento de los homicidios, calificándolo como "una situación gravísima que pone en jaque el Estado de derecho y aumenta la sensación de inseguridad". Con anterioridad había alertado sobre la "industria del sicariato", y Carabineros también había alertado la "importación" de los crímenes por encargo.
En el primer semestre hubo 133 homicidios en la Región y la tasa de estos delitos respecto de la población se mantiene incluso en niveles superiores a los de la Región Metropolitana.