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Partidos habían acordado 12 "bordes"

Republicanos desconoce bases y PC avisa que no transará Estado social y democrático de derecho

Diputado Kaiser afirmó que no se le puede exigir al partido respetar en el Consejo Constitucional un acuerdo que no firmó.
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Por Redacción

Tras su amplio triunfo en la elección de consejeros constitucionales, el Partido Republicano puso en duda el respeto a las bases acordadas para llevar adelante el trabajo constituyente, pues la colectividad no suscribió tal acuerdo.

El actual proceso nació tras la negociación de partidos de todos los sectores políticos, desde el Partido Comunista (PC) hasta la UDI, y estableció 12 puntos que no podrían ser modificados por el órgano en el que los republicanos tienen incluso poder de veto total. Uno de ellos dice que Chile siga siendo un Estado social y democrático de derecho.

Para resguardar el cumplimiento de estas "bases institucionales", se conformó el Comité Técnico de Admisibilidad, que velará porque los también llamados "bordes" se respeten.

Quien expuso el rechazo por parte del Partido Republicano a las bases fue el diputado Johannes Kaiser, quien afirmó que "nosotros no firmamos nada. Cuando usted me dice '¿usted va a respetar?', eso significaría que nosotros estamos comprometidos a eso, y no lo estamos porque no nos comprometimos".

"Los bordes que pretenden imponer un Estado social demócrata en este país no los vamos a compartir y no los vamos a defender", añadió el legislador.

Para aunar posturas, la colectividad hará con cónclave y de cara a esta instancia la consejera electa por el Biobío, Patricia Spoerer, afirmó que "todo está para conversar mientras se respete la libertad y el principio de la subsidiariedad, que yo lo defiendo con todo mi ser. Mi primer pilar es la familia como núcleo fundamental de la sociedad y con el derecho preferente de educar a sus hijos".

En el extremo opuesto, la consejera electa Karen Araya (PC) afirmó en radio Cooperativa que "vamos a ser tajantes en la defensa de los derechos sociales para las y los chilenos. Vamos a defender el Estado social y democrático de derecho sin bemoles, sin transar".

La misma prioridad destacó en conversación en Emol la consejera por Atacama, Marcela Araya (PS): lo fundamental será "defender estos 12 puntos, y tratar de darles más contenido con la realidad de las regiones".

La consejera por Los Lagos Nancy Márquez (CS), planteó que "el eje central de este proceso es el Estado social democrático de derecho", y la secretaria general de la UDI, María José Hoffmann, llamó a Kaiser a "no imponer lo que nosotros queramos. No podemos cometer los errores de la izquierda extrema".

Balean a padre de consejero electo

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El empresario agrícola René Urban, padre de Héctor Urban, consejero electo por el Partido Republicano, fue atacado ayer a balazos en la Región de La Araucanía. El Ministerio Público señaló que en la ruta R-50 sector Quechereguas una camioneta que fue quemada y en el mismo lugar del incendio se encontraba trabajando en su predio René Urban, a quien le dispararon, pero resultó ileso. No obstante, su camioneta resultó con daños. Sebastián Naveillán, presidente de la Asociación de Agricultores de Malleco, afirmó que nuevamente Urban, "socio de nuestro gremio, ha sido atacado a disparos en su campo, comuna de Ercilla. Sumado a esto, a plena luz del día, fueron baleados tres camiones en la Ruta 5 Sur donde un chofer resultó herido" de bala en un pie. El hijo de Urban pidió al Gobierno un estado de excepción "que funcione" en la zona.

Gobierno enviará misión a Venezuela para gestionar nuevos vuelos humanitarios

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La Cancillería enviará una delegación a Venezuela para negociar nuevos vuelos humanitarios en el marco de la compleja situación que se registra en el paso fronterizo de Chacalluta, donde cientos de migrantes no pueden cruzar hacia Perú por no contar con su documentación.

Así lo anunció este martes el ministro de Relaciones Exteriores, Alberto van Klaveren. El gobierno venezolano ya dispuso un primer viaje el pasado 7 de mayo, cuando el vuelo de la línea "Estelar" trasladó a 115 ciudadanos de ese país desde Arica hacia Caracas en el marco del plan "Retorno a la Patria".

En ese contexto, el canciller notificó a la Comisión de RR.EE. del Senado que una misión integrada por el secretario general de Política Exterior, Alex Wetzig, y el director general consular, Rodrigo Donoso, viajará el domingo para continuar las conversaciones diplomáticas.

"Queremos saber la disposición de Venezuela para generar nuevos vuelos. La información que nos ha entregado su embajada en Chile es que hay varios ciudadanos que quieren regresar, pero no sabemos cuántas personas son", indicó el ministro. Además, aclaró que "no necesariamente los próximos vuelos van a a salir de Arica, no queremos que se repitan situaciones como las vividas en la frontera" .

Opinión

El olvido

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Los resultados de las elecciones del último domingo constituyen todo un acontecimiento, es decir, un hecho que irrumpe y modifica lo que hasta entonces se tenía por establecido.

Veamos.

En la última década cundió en la esfera pública la convicción que la trayectoria de la sociedad chilena -la que se había desenvuelto durante treinta años- no era más que la estela del modelo impuesto por la dictadura. Ese diagnóstico de extremo simplismo, pero eficaz a la hora de estimular voluntades, imperó durante largo tiempo, socavando poco a poco, el consenso que la sociedad chilena traía en torno a la modernización. El momento cúlmine de ese proceso de -por decirlo así- ruptura del consenso se produjo en octubre del año 2019. Los desórdenes de entonces, la violencia callejera, sostenida por largo tiempo, en vez de ser condenada, se le diagnosticó como el fruto de la crisis que la modernización chilena había experimentado de modo supuestamente irreversible. El entonces diputado Gabriel Boric declaró que ella era un caso de desobediencia civil (la desobediencia civil es la resistencia a las instituciones esgrimiendo la justicia que ellas mismas proclaman) y ese diagnóstico contribuyó a acrecentarla. En vez de poner atajo a la violencia se la instituyó entonces como la prueba del quiebre de la sociedad chilena que el modelo que vendría de la dictadura había producido.

De ahí en adelante todo, o casi todo, fue interpretado como una lucha sorda o sonora, sobria o payasesca, no importa, contra la injusticia y la desigualdad. Por momentos pareció recobrar vigencia el viejo lema Fiat iustitia, et pereat mundus, hágase justicia, aunque el mundo perezca.

¿Qué fue lo que se olvidó en medio de ese proceso?

Se olvidó lo obvio. Y es que no es cierto que el orden sea fruto de la justicia, es decir, que baste perseguir la justicia para que el orden se produzca. La verdad es otra: el orden, la seguridad en las relaciones sociales, es la condición de posibilidad de cualquier orden justo. Sin seguridad los otros valores o bienes de la vida social no fructifican ni se producen. Jorge Millas, quizá el filósofo chileno con mayor conciencia pública, enseñaba por eso que a la base de la vida social existía lo que él llamaba una "aberración axiológica "puesto que para alcanzar la seguridad, para saber a qué atenerse, las personas estaban dispuestas a pagar el precio de privarse de los otros valores como la justicia. Esta disposición a sacrificarlo todo o casi todo por el orden, se sabe también, es mucho más agudo y más intenso entre los más débiles, entre quienes más dependen del estado y del monopolio de la fuerza que le pertenece.

Ese olvido es responsabilidad de la izquierda que se vio a sí misma como redentora.

Pero si todo eso se olvidó, hubo un partido que en cambio hizo suyo el tema de la seguridad. Y lo hizo con tal eficiencia que anegó el discurso impidiendo que otros se apropiaran de él o siquiera participaran de él. En una palabra, Republicanos se adueñaron de ese aspecto clave de la sociabilidad, recordando una y otra vez, que sin estado el hombre es un lobo para el hombre. Y el resultado está a la vista. Una derecha popular e iliberal asoma ahora en el horizonte. El sueño de Jaime Guzmán era justamente ese, ganarse los sectores populares, lograr que ellos confiaran en este tipo de proyectos. Y resulta que ahora está cerca de lograrse como consecuencia de haber, la izquierda, socavado poco a poco el consenso de la sociedad chilena, o no haber comprendido sus alcances, viendo en él, con una simpleza que ahora a la distancia es increíble, una simple continuación del proyecto neoliberal como tantas veces se dijo.

Vargas Llosa alguna vez le puso a esta derecha el mote de cavernaria. Quizá baste decir que se trata de una derecha iliberal, una derecha que está dispuesta -afortunadamente esta vez solo con las armas de la democracia- a reflotar la imaginería del orden, de la familia, de la autoridad, que la cultura chilena creía haber dejado atrás. El debate sobre la justicia estará ahora acompañado del debate sobre los valores que son dignos de ser admitidos en la vida social.

La diferencia está en que ahora esos debates acompañarán el discurso del orden que se ha transformado (luego de que tantos se burlaban de lo que se llamó el partido del orden ¿se acuerdan?) en el nuevo clivaje de la política chilena. Haberlo advertido a tiempo fue -mal que pese- el logro de republicanos y haberlo olvidado en favor del discurso moralizante y genérico, la razón, quizá la principal, de esta nueva derrota del gobierno.

Carlos Peña