La brecha es real y la música no está exenta de ellas, ni de las barreras, ni de la falta de equidad. Para comprender la baja presencia de las mujeres en la música, necesitamos considerar diversos factores como la centralización del arte, la hostilidad del mundo laboral hacia las madres, la brecha tecnológica y educativa, entre otros, que nos llevan a una participación menor en el ecosistema de la música.
La participación de las mujeres en los ámbitos de la música docta, folclórica y popular es realmente baja y es un problema que debe entenderse como estructural y no como un mero desinterés. Así mismo la participación en los ámbitos de la gestión, producción, técnico y educación, sigue la misma tendencia. Demasiadas veces a las mujeres les toca experimentar que "En nombre de la calidad se desestiman sus obras y se invisibilizan sus aportes" .
Según los estudios emanados desde la agrupación Ruidosa, liderada por la cantautora Francisca Valenzuela, la presencia de mujeres (solistas y grupos mixtos) en los escenarios de 66 festivales en Latinoamérica entre los años 2016-2018, fue de apenas entre un 9% y un 22% de participación en el mejor de los casos.
Reconocemos los grandes aportes y el esfuerzo colectivo de incontables mujeres y disidencias en la música, las saludo con todo el amor que me provoca sentirme parte de este gran movimiento. Destaco por ejemplo el caso de ROMMDA (Red de Organizaciones en la Música, Mujeres y Disidencias Asociadas) quienes junto a otras organizaciones, logran que se considere una cuota de participación para mujeres en los Fondos de Cultura del Ministerio de las Artes, las Culturas y el Patrimonio; así como también la publicación del necesario documento que entrega recomendaciones para desarrollarnos en espacios libres de violencia de género. Quisiera mencionar también los esfuerzos locales, como el Gobierno Regional del Biobío, que ha tenido la voluntad de seguir aportando al desarrollo de mujeres y disidencias en la música.
Desde mi oficio como cantautora, siempre he buscado abrir espacios para la música, en ese afán es que convergemos en Intrépida Cultura junto a Carmen Gloria Beltrán y Valentina Cornejo Délano, con quienes desarrollamos FIMM: Festival Internacional de Mujeres Músicas. Sumando nuestros aprendizajes en el ejercicio del arte, la colaboración y la autogestión; queremos seguir contribuyendo en acercar la música de mujeres y disidencias a las grandes audiencias. Así mismo, esperamos poder entregar herramientas valiosas que le permitan a las profesionales del arte seguir desarrollándose. Y en un futuro no tan lejano contribuir también en la formación y desarrollo de nuevos talentos.