Residencias estudiantiles registran alta demanda para nuevo período académico
Debido al retorno a la presencialidad, pensiones han copado su capacidad para este año, ofreciendo diferentes servicios a estudiantes que llegan de otras regiones.
Fueron varias las residencias estudiantiles en el Gran Concepción que debieron cerrar sus puertas durante el periodo de pandemia debido a la implementación de clases telemáticas. Con el paso del tiempo y el paulatino regreso presencial, debieron implementas diversas medidas sanitarias para evitar la propagación del virus y contagios al interior de pensiones, que por lo general albergan una cantidad considerable de estudiantes que llegan desde otras regiones.
No obstante, tras más de dos años cerradas, para el periodo 2023 las residencias ya se encuentran con capacidad completa y con una alta demanda de cotizaciones. Esto, debido a la escasez de otras opciones para arriendo como es el caso de los departamentos, los cuales están evitando los contratos con estudiantes debido a diversas dificultades que se han generado durante su periodo de estadía.
Scarleth Valdebenito, quien opera una residencia cercana a la Universidad Católica de la Santísima Concepción y la Universidad San Sebastián, precisó en que "hay harta gente que necesita pensión, pero hay poca disponibilidad de pieza. Nosotros no hemos subido los precios, pero hay lugares que son excesivamente altos, entonces la gente busca lugares más económicos".
Servicios y valores
De acuerdo a los servicios que se ofrecen, estos pueden incluir comidas o bien el acceso a cocina para los estudiantes. En el pago mensual, el cual varía entre los $130.000 y $280.000 dependiendo de lo que ofrezca cada pensión, se incluye servicios como internet y agua caliente, además tener habitaciones amuebladas como camas, veladores, clósets y otros enseres que contribuyan a la comodidad del arrendatario.
Andrea Jara, cuya residencia se ubica en Los Lirios en el sector Collao, detalló que ofrecen lavado de ropa una vez por semana, servicio que es realizado por su personal, limpieza de la habitación 3 veces por semana, bicicletas gratuitas, libre uso de áreas comunes, tres salas de estar con tv cable, cocina equipada, lockers para cada habitación para almacenamiento de comida, refrigeradores, área de estudio, patio. En cuanto a cómo están equipadas las piezas, señaló que incluyen La habitación está equipada con cama plaza y media, velador, escritorio con silla, lámpara, calefacción, closet y ropa de cama.
Por su parte, Scarleth Valdebenito añadió que su residencia, la cual presenta ocupación total, incluye una habitación con cama, velador, cajonera, además de acceso a la cocina, lavadora y secadora. Sobre el resto de servicios, el internet y agua caliente está incluido en el valor. En cuanto a esto, apuntó a que cada habitación tiene un valor de $130.000 y sin tener requisito de mes de garantía.
Andrea Jara, en tanto, añadió que "este año los precios van desde los $140.000 por persona en habitación compartida, y desde los $185.000 a los $210.000 para habitaciones individuales. La diferencia es respecto al tamaño de cada habitación".
Respecto a requisitos, la mayoría pide a estudiantes sobre los 18 años, quienes deben llenar fichas de inscripción y registro, donde además quedará explícito la estadía del arrendatario, siendo en su mayoría semestral el requisito mínimo para concretar dicho arriendo. A su vez, se revisan perfiles de los interesados, así como también la inclusión de reglamentos con el fin de mantener el orden y seguridad al interior de las residencias.
Recuperación por pandemia
Sobre cómo se han ido recuperando tras pasar un tiempo significativo cerrados o sin el público objetivo al cual va dirigido su negocio, las arrendatarias apuntan a que si bien han sacado cuentas positivas durante este periodo de alta demanda y con contratos pactados desde diciembre de 2022, recuperar las cifras perdidas lo ven como un hecho poco probable.
"En pandemia fue bien difícil, porque no teníamos los ingresos y las pérdidas fueron importantes. En el sector donde estamos ubicados, hay más personas que se dedican también al arriendo de piezas y para ellos fue bien complicado, porque hay personas que sólo se mantienen con esos ingresos", precisó Scarleth Valdebenito.
Por su parte, Andrea Jara contó que durante la pandemia se fue todo su público objetivo, por lo que debieron ampliar el arriendo de habitaciones a trabajadores, pero no lograron completar el 100% como sí lo hacían previo al coronavirus. En cuanto a la posibilidad de recuperar algo de lo perdido, dijo que "no hay cómo recuperarlo, porque los reajustes son más cercanos al IPC, pero por lo menos nosotros no tenemos un reajuste tan importante, pero no nos sirve para recuperar lo que se perdió durante la temporada de pandemia. El público objetivo cambió y nuestra ocupación disminuyó considerablemente. Estuvimos incluso cerrados por un tiempo".