Por Sebastián Grant Del Río
Cuenta que cuando los primeros días de agosto de 2022 fue contactada por la producción del Festival de Viña del Mar, para ser parte de la parrilla del humor en la versión 2023, Belén Mora gritó de alegría, primero, al sentir que cumpliría un hito en su carrera, iniciada hacia el 2006.
Entre risas, la comediante de 39 años reitera que esa fue su forma de recibir la noticia. "Luego llamé a mi productor, para contarle. Y durante la primera semana de septiembre me fueron a ver a un bar", cuenta la actriz nacida en Punta Arenas y que a los 12 años llegó a vivir en Concepción, por traslado familiar.
De latido penquista y formada profesionalmente en la carrera de Teatro en la UDD, a mediados de los años 2000 la artista, que estará mañana en la Quinta Vergara, confesó que la previa la tenía con cierta ansiedad.
"También emoción, pues desde muy chica he querido estar en el Festival de Viña, un escenario importantísimo para cualquier artista", acota, recordando todavía tan presentes aquellos veranos en que veía el humor representado en Sandy o Coco Legrand.
"Y soñaba con estar ahí. Sentía que era todo tan grande, tanta gente, me lo imaginaba todo", indica próxima a ser parte de este grupo con la misión de hacer reír este año.
-En tus palabras se aprecian esos deseos de estar en Viña…
-Sí. Y como te decía es un sueño y todavía me cuesta creer que en poco tiempo voy a estar ahí.
-Estás próxima a protagonizar, entonces, uno de los hitos más importantes de tu carrera como comediante.
-Ciertamente lo será. Si bien hace 13 años hago standup, incluso, antes de trabajar en televisión, la mayoría no me conoce en esa faceta. En Olmué (2019) el público recién cacho que me dedico a esto. Aunque he recorrido todo Chile haciendo standup, pero Viña es otra cosa, es gigante.
Larga preparación
Antes que referirse a algunos de los hechos relacionados con sus colegas este año -rutinas de humor o la baja de Daniel Alcaíno- Belén Mora prefiere vivir su momento en una expresión escénica -el stand up- que siente ya más consolidada en nuestro país.
"Es un estilo más. No es ni mejor ni peor que otros. Pero creo que el stand up llegó para quedarse harto rato", refiere quien -dice- comenzó a preparar su rutina para mañana, desde su paso por Olmué hace cuatro años.
"Lo único que puedo adelantar es que no voy a hablar de los temas que una gran mayoría piensa", expresa dándole una cuota de misterio a lo que será su rutina, pensada para unos 45 minutos.
-¿Qué viene luego en tus proyectos?
-La verdad, dormir, tomar unas piscolas y seguir trabajando. En marzo ya estreno otro material.
-¿Extrañas "Morandé con Compañía" (2012-2020)?
-No, porque es una etapa cerrada, pero pucha que aprendí. "Detrás del muro" era una pega tan bien hecha, un equipo delante y detrás de cámaras tremendo. Ahí entendí lo difícil que es hacer humor en vivo. Cada capítulo duraba 90 minutos, y era una locura, en el buen sentido. En dos minutos nos cambiábamos de ropa, peluca no sé cómo lo hacíamos. Terminábamos todos muertos, pero felices.
Concepción en la mira
Formada junto a una de las generaciones que hoy mueve parte importante de la escena teatral penquista, Belén Mora, aunque no mantiene una relación contractual con ésta, siente "mucho cariño y, sobre todo, respeto", por los colegas dedicados al teatro en la capital regional.
-Pero, imagino que mantienes relación con algunos compañeros y compañeras de carrera
-(En tono festivo) Por supuesto! Ahora mis amigas son todas autoridades (la referencia es a Orly Pradena, actual seremi de las Culturas).
-Tienes referencia de la escena teatral penquistas que, de alguna manera, han formado y desarrollado.-Absolutamente. He seguido la trayectoria de La Otra Zapatilla desde sus inicios (2008). Y creo que han hecho un trabajo tan hermoso, de tanta calidad.
Por lo mismo, no descarta la posibilidad de montar alguna propuesta en la ciudad cuna, para lo cual espera ser invitada. "Siempre voy a Concepción al menos dos veces al año a actuar", ilustra, quien en los días de estudios teatrales proyectaba muchas cosas junto a sus pares. "Es que una imagina tanta cosas. No sabía dónde llegaríamos, pero sí que no nos íbamos a quedar sentados", afirma quien hace ya ocho años vive formalmente en Santiago.
-¿Qué extrañas de Concepción?-Los amigos. El buen carrete. Eso que tiene Conce, que Santiago lo envidia (risas) de que, al bar que vayas, tendrás buena música. Carretear en Casa de Salud, el cafecito en el centro, el karaoke en el Parque Ecuador. Sabes cuando voy a Concepcción vuelvo a tener 25 años. El único problema es que ahora la resaca me dura una semana.