Impacto de la crisis inflacionaria
En enero de 2023, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) anotó un aumento mensual de 0,8% y un alza de 12,3% en doce meses. Las alzas de productos alimenticios, como el pan, han sido las que han tenido mayor peso en el movimiento de este indicador.
Las altas variaciones que ha tenido el IPC en los últimos meses, revelan que el fenómeno inflacionario está más complicado de lo que se pensaba. El aumento de la inflación en el país desde el año pasado se explica principalmente por el alto precio del petróleo, las alzas de los productos alimenticios y la depreciación del peso chileno con respecto al dólar, lo que ha encarecido todos los bienes importados.
Si bien el mundo cruza por un complejo panorama cambiario, dado los temores de una recesión global que impulsa el apetito por el dólar de parte de los inversionistas, la caída de los metales, como el cobre, trae un doble golpe a la divisa en Chile que en el último año estuvo también presionada por la incertidumbre del proceso constitucional y debates por reformas estructurales, como la tributaria, que podría desembocar en una fuga de capitales hacia el exterior.
El Banco Central ha estimado que la economía chilena podría caer entre -0,75 y -1,75% durante el presente año. La inflación controlada, en rangos anuales promedio de 3%, era uno de los activos que tuvo el país durante décadas, lo que le permitió mantener un estricto orden de la economía. Sin embargo, la inyección de altas sumas de dinero circulante en la economía, como resultado de los retiros de 10% de los fondos previsionales, generó una alta demanda por los bienes, que obligó a reajustar los precios. En consecuencia, las frecuentes alzas de los productos de primera necesidad han deteriorado el poder adquisitivo de los presupuestos familiares, un fenómeno que corroe la capacidad de compra y castiga con más fuerza a los sectores de menos recursos.
Son los consumidores con menos ingresos los que absorben las consecuencias mayores del sostenido aumento en el costo de la vida. Los expertos han sugerido a las familias comparar precios, buscar sucedáneos a algunos productos, aprovechar ofertas, comprar frutas y verduras en las ferias, más baratas que en los supermercados y, sobre todo, ser muy cauteloso con las compras con tarjeta, ya que el aumento de tasas de interés encarece con más fuerza el dinero plástico. Este escenario exigirá a las familias adaptarse a estas condiciones, lo que para resulta complejo, ya que los rubros que más alzas presentan son los más demandados por los hogares.
Desde el año pasado también los impactos más fuertes en los precios han correspondido a los incrementos de los combustibles, como consecuencia de una escalada internacional del petróleo. De hecho, estos energéticos han tenido alzas, debido a un crecimiento en su cotización internacional y una depreciación del peso ante el dólar. No hay que olvidar que Chile importa casi todo el petróleo que consume, y usa como precios de referencia los promedios de las cotizaciones de los combustibles en los mercados estadounidenses. Por ello, desde hace años han surgido voces que plantean la inconveniencia de mantener los impuestos específicos a los combustibles, debido al efecto multiplicador que tienen los incrementos de precios en los pasajes, los fletes, y en general en toda la economía. Se recuerda que el tributo específico a las gasolinas fue fijado por el gobierno militar tras el terremoto de 1985, con carácter transitorio, con el fin de financiar la reconstrucción de caminos y puentes. Hoy las carreteras son concesionadas y se pagan peajes por pasar por ellas.
Finalmente, un estudio realizado por Activa Research y Worldwide Independent Network of Market Research reveló que el 65% de los hogares en Chile declara que le cuesta llegar a fin de mes, por la inflación, el 62% ha reducido sus gastos en meses pasados, y un 22% señala que está planeando reducir gastos en los meses que vienen como resultado del aumento del costo de la vida.
Son los consumidores con menos ingresos los que absorben las mayores consecuencias del sostenido aumento en el costo de la vida, por alzas en los precios de los alimentos y de los combustibles.