Protección de los humedales
Ayer se ha celebrado el Día Mundial de los Humedales, fecha que se recuerda la firma del Convenio sobre los Humedales en Ramsar, Irán, el 2 de febrero de 1971. Este convenio fue el primer tratado en el planeta relativo a la conservación y el uso racional de los humedales. Por eso, toma cada vez más fuerza el debate sobre la necesidad de proteger estos espacios y la inconveniencia de autorizar planes de construcción de viviendas en lugares en que se pongan en riesgo esos ecosistemas.
El Ministerio de Medio Ambiente definió hace unos años cuarenta áreas prioritarias en las que se aplica el plan de protección de humedales. De ellas, siete corresponden a la Región del Biobío y tres a la de Ñuble. La decisión se fundamentó en que esos ecosistemas tienen un gran valor medioambiental, por lo cual deben quedar protegidos. En nuestra zona, el plan incorporó los humedales Desembocadura del Biobío, Boca Maule (Coronel), Tubul-Raqui, lagunas y humedales de la provincia de Arauco, la desembocadura del río Carampangue, el humedal Vasco da Gama (Hualpén), y el humedal Los Batros (San Pedro). Para su definición, se evaluó que fuesen sitios prioritarios para la conservación de la biodiversidad, que constituyan hábitat para especies flora o fauna clasificadas en categoría de amenaza para especies endémicas o migratorias y que exista factibilidad real de protección, como disponibilidad de terrenos fiscales y la voluntad de los propietarios.
El Ministerio de Medio Ambiente estimó en esa oportunidad que la medida permitiría proteger más de 3.200 hectáreas de humedales de la zona y 250 mil en el país, y luego esas áreas podrían transformarse en santuarios de la naturaleza, parques nacionales o monumentos naturales. Sin embargo, hay muchos otros humedales que no se encuentran en ese listado, pero que igualmente cumplen una importante función asignada por la naturaleza.
En las últimas dos décadas, los siete humedales del Gran Concepción priorizados por la Mesa de Humedales para su protección y recuperación en ocho comunas de la provincia de Concepción, han perdido el 39% de su superficie. Y se considera que en las últimas cuatro décadas, la pérdida podría llegar al 60%.
El Gran Concepción ha tenido un acelerado despegue inmobiliario, sobre todo después del terremoto de 2010, pero en algunos casos este proceso se ha realizado a costa del relleno de humedales. Hay consenso de que esto genera una serie de problemas, que al final pasan la cuenta a la civilización, como es el anegamiento de barrios durante las lluvias invernales. Cuando se pierden esos espacios, también desaparece el hábitat para la flora y fauna que vive en ellos. Es preocupante la pérdida de biodiversidad. En Concepción, Talcahuano y San Pedro de la Paz han ido desapareciendo áreas en las últimas décadas debido principalmente a la ocupación inmobiliaria. Algunos de los humedales importantes son Laguna Verde, Los Boldos, René Schneider, Lorenzo Arenas, General Bonilla y Los Batros. A éstos se suman otros tan importantes y emblemáticos como Rocuant-Andalién, Lenga y Lomas Coloradas.
Por ello, en el último tiempo ha tomado fuerza el debate sobre el uso del suelo y la conservación de esos recursos, que cumplen una vital función en la regulación de los regímenes hidrológicos, que resulta una tarea fundamental en una zona como la nuestra, propensa a las inundaciones en invierno.
Los expertos critican la falta de regulación y de mayor control por parte de organismos públicos, cuyas autoridades deberían responder por las inundaciones de sectores poblacionales donde autorizaron construir. En esta misma línea, la legislación ambiental vigente en nuestro país es todavía insuficiente y permite que se cometan errores al autorizar el uso de algunas áreas que han sido humedales por miles de años, por lo que son positivas las medidas que se toman para proteger algunas de estas áreas que están en riesgo.
El Gran Concepción ha tenido un acelerado despegue inmobiliario, sobre todo después del terremoto de 2010, pero en algunos casos este proceso se ha realizado a costa del relleno de humedales.