Seguridad en uso de tarjetas
El pago con tarjetas de crédito o débito es una de las formas más usadas en las transacciones y ha tenido un gran despegue durante los últimos dos años a raíz de la pandemia, en que las personas tratan de evitar el uso de dinero efectivo, como medida de precaución, por la manipulación que ello implica. Se estima que en los últimos siete años la cantidad de plásticos en circulación aumentó de 16 millones a más 40 millones, lo que también atrajo a las bandas delictuales que se dedican a la clonación.
En Chile hay una red de ocho mil cajeros automáticos instalados en bancos, centros comerciales, supermercados y farmacias, para que los clientes del sistema financiero puedan operar las 24 horas. Sin embargo, hay quienes se han percatado de que éste es un ilícito rentable y de baja penalidad, ya sea arrancando cajeros recién cargados con dinero, o timando a los clientes mediante la colocación de elementos especiales. La clonación de tarjetas de crédito y débito presentó un notorio crecimiento en 2019.
Según la Subsecretaría de Prevención del Delito, la cantidad de casos policiales aumentó a 87.908, casi un 45% más con respecto al mismo período de 2018. El motivo podría asociarse al aumento de compras con tarjetas en los locales comerciales. Por ello, la PDI ha llamado a los usuarios a detectar si hay elementos ajenos en los cajeros automáticos que van a utilizar y que pudieran utilizarse para la clonación.
Dentro de las recomendaciones se encuentra el evitar transacciones en cajeros aislados, sin cámaras de vigilancia, mal iluminados, y desconfiar de las personas que ofrezcan ayuda ante algún problema durante el proceso. Lo ideal es acudir a aquellos que se encuentren en sucursales bancarias o tiendas, ya que es menos probable que se intervengan con dispositivos skimmer para copiar las tarjetas, debido a que hay cámaras y personal de vigilancia. Además, si la tarjeta queda atrapada en la ranura conviene no perderla de vista y llamar al banco o caja para comunicar la incidencia. También al comprar en tiendas, centros comerciales o estaciones de servicio, no hay que perder de vista la tarjeta bancaria.
Es imprescindible cuidarla privacidad de la clave secreta y cambiarla periódicamente, utilizando códigos difíciles de adivinar. Se ha sugerido quelas personas esperen su turno en el uso del cajero automático, a una distancia prudente de quien lo está utilizando y que asimismo se debe evitar hacer operaciones mientras hay personas desconocidas muy cerca, y en lo posible bloquearla vista de terceros cuando se digita la clave. Otra recomendación es asegurarse de retirar la tarjeta, esperar que la pantalla vuelva al inicio y guardar los comprobantes obtenidos, para evitar que sean mal utilizados. Hasta antes de la pandemia de covid 19, las investigaciones indicaban que marzo, septiembre y diciembre han sido tradicionalmente los meses con más fraudes de información bancaria, como clonación de distintos dispositivos, debido a las aglomeraciones que se producían en el comercio por las compras de útiles escolares, el ajetreo para pagar cuentas luego del período de vacaciones, así como las compras previas a las Fiestas Patrias, la Navidad y el Año Nuevo generan una mayor cantidad de transacciones con tarjetas de débito y crédito, por lo que se crean las condiciones para cometer variados delitos, entre ellos el uso malicioso de las tarjetas, la clonación y la suplantación de personas en las casas comerciales.
Cada año en el país se registran miles de delitos de este tipo. Las autoridades insisten en la importancia de que los consumidores tengan conductas de autocuidado,y por eso periódicamente realizan campañas preventivas, porque la clonación del dinero plástico es un delito que va cambiando y los delincuentes actualizan las tecnologías para vulnerarla seguridad. Pero el conocimiento de las recomendaciones preventivas permite de alguna manera que sea más difícil cometer estos delitos, porque la gente toma las medidas de seguridad necesarias
Se estima que en los últimos siete años la cantidad de plásticos en circulación aumentó de 16 millones a más 40 millones, lo que también atrajo a las bandas delictuales que se dedican a la clonación.