Antipatriarka: la joven que cambió el rumbo para dedicarse a la música
La artista de 22 años tuvo un fortuito, pero anhelado comienzo en la industria tras la grabación de su primer sencillo "Difíci"l. A dos años de su publicación, ahora ve nuevos resultados en su carrera.
La pasión de Valentina Ascencio es palpable en el relato de cada una de sus elecciones. A sus tempranos veinte años -y gracias a su determinación- la joven oriunda de Penco dio un giro rotundo a su vida.
Tras abandonar la carrera de Arquitectura, en la Universidad de Concepción, inició sus estudios de Diseño Gráfico en Duoc UC para dedicarse a dos de sus pasiones: el dibujo y la música.
"Es lo primero que he decidido, porque realmente quería hacer esto. Si no hubiese tomado esa decisión, quizás hoy Antipatriarka no existiría. No nacerían estas ganas de potenciarlo", relató la cantante sobre sus inicios en la industria musical en 2020.
Con una mirada reflexiva, la cantante afirmó que "momentos previos debieron abrirse" para la consecución de este proyecto artístico que ha transitado por variados lugares de la bohemia penquista, tales como Casa de Salud y La Bodeguita de Nicanor, además de grandes escenarios, como Espacio Marina y Teatro Biobío.
La intérprete creció en un hogar envuelto por melodías de pop y rock latinoamericano. Inspirada en musicales como Camp Rock y High School Musical, desarrolló su afición por el canto a los diez años. Un talento que, según cuenta, reservó por mucho tiempo para ella misma.
"Si cantaba, lo hacía sin que alguien me escuchara, porque era muy vergonzosa. Una amiga me motivó mucho a romper eso. Entonces, es impresionante pensar en quienes apoyaron mi seguridad para hacer las cosas, porque son muchas personas las que han permitido que esto funcione", narró la artista, quien se inspira en figuras como Anita Tijoux, Juicy Bae y Amy Winehouse.
A los 15 años, ella mostró por primera vez las canciones que escribía desde que era pequeña. Es un proceso de escritura que se origina -según cuenta - por algún "momento específico", "una sensación" o "melodía". La misma poesía que introdujo, años después, a la artista a la escena musical penquista.
Un inicio inesperado
"Difícil" fue el catalizador inicial de la carrera musical de Antipatriarka. La canción fue escrita originalmente hace diez años, pero editada durante el transcurso de la adolescencia de la joven. Tras publicar la interpretación en sus redes sociales, el productor Hvche la contactó para grabar el tema.
"En ese momento yo no proyectaba que iba a pasar después. Fue algo que solo ocurrió", describió sobre aquel punto de partida. Tras la buena recepción en las plataformas de streaming, la intérprete ha dado a conocer una serie de temas que dan cuenta de su metamorfosis artística.
"Para mí es una canción que hice en un momento en que estaba muy mal en relación a conmigo misma. Eso era algo constante en mi vida, y el arte que creaba iba vinculado a eso. Pero ya no soy esa niña que siente inseguridad tan constante con su cuerpo. Ahora soy una mujer decidida y segura de las cosas que está haciendo", aseguró la cantante.
De esta manera, es posible observar la transición de un espectáculo unipersonal y con guitarras acústicas, a la puesta en escena de una noción artística con un giro hacia los ritmos urbanos. Un cambio que Antipatriarka define como "impactante".
Sin embargo, la creadora de temas como "Qué Sabes de Amor", "Cerca" y "Oasis" se niega a encasillarse en un género musical específico, declarando que "todo es parte de la experimentación durante la creación, es algo relevante dentro del proceso".
Cumplir el sueño
Tras dos años de arduo trabajo, Ascencio vio nuevos frutos gracias a su participación como artista y conferencista en el Festival REC Pro, junto a una reciente participación en la séptima edición de Balmapop, realizado hace algunos días.
"Ambas fueron oportunidades para que me escuche gente de peso, porque aquí se está haciendo música de una manera muy precaria, pero hay formas de potenciarlas y hacerlas más reales", relató.
Con una estética futurista, Antipatriarka y la qulogang -como se autodefine su equipo- presentó el pasado viernes un espectáculo que da cuenta de la seguridad que han construido como grupo. Una puesta en escena cercana a los 35 minutos de duración, que también transitó por distintos momentos emocionales.
Para ella y su grupo compuesto por bailarines y músicos -algunos de ellos amigos de infancia-, el crecimiento de este proyecto es aún algo "increíble" de asimilar.
"De cierta forma es duro asumir que lo que a ti te gusta no te dé resultados a futuro o que ni siquiera lo intentas porque es imposible de por sí. Esa fue una limitante que siempre existió. Pero en verdad está ocurriendo, y con Iris Arias -su directora artística- cada vez que termina un show nos decimos 'hermana, lo hicimos'", finalizó la cantante.