3 mil pacientes han sido atendidos en el marco de la Ley Ricarte Soto
La Región del Biobío es la segunda zona del país con el mayor número de beneficiados. La norma permite solventar tratamientos y prestaciones de alto costo.
La Región del Biobío es la segunda zona del país con el mayor número de beneficiados. La norma permite solventar tratamientos y prestaciones de alto costo.
En un partido que quedará en la historia deportiva de Concepción, el cuadro albo venció a su par español la noche del pasado miércoles. A estadio repleto, los colocolinos dieron cátedra de buen fútbol.
Un proyecto de acuerdo fue firmado a principios de este mes por 26 senadores, a través del que se solicita al Presidente de la República que presente un proyecto de ley para que los dueños de inmuebles quemados y usurpados en la Macrozona Sur no continúen pagando contribuciones. A nivel local, hubo dos representantes de la Cámara Alta que firmaron: Sebastián Keitel (Evópoli) y Gastón Saavedra (PS).
De acuerdo a datos de la Policía de Investigaciones, hasta septiembre de este año un total de 2.287 personas fueron reportadas por entrar de forma clandestina al país a través de la Región del Biobío. En 2017 fueron solo ocho. Durante los últimos cinco años hubo 5.789 denuncias de este tipo, pero el aumento más evidente se registró entre los años 2020 y 2021, cuando las estadísticas crecieron en 530%, pasando de 441 a 2.780 tramitaciones.
Una seguidilla de hechos de violencia se ha sucedido en los últimos días en distintas obras de infraestructura en el Gran Concepción. Esta semana, por ejemplo, fue quemada una maquinaria en las faenas del puente ferroviario. A raíz de lo ocurrido, las autoridades comprometieron más controles policiales y trabajo con empresas. "Tenemos distintos tipos de medidas de seguridad que se pueden adoptar. En el sitio donde ocurrió el suceso ni siquiera había un cierre perimetral", dijo la delegada Daniela Dresdner.
A partir del informe del 3 de noviembre, el número de pacientes en unidades de cuidados intensivos tienen una media de 14 por día, el doble de los que se registraban en junio pasado en la red asistencial de la Región del Biobío. Desde el Hospital Regional dijeron que se trata de pacientes mayores en quienes la inmunidad se ha ido perdiendo, por lo que afirmaron que es necesario que se inmunicen con la vacuna bivalente.
La planificación es un acto desigual. Cuando se organiza el quehacer del hogar o del barrio, estamos constantemente planificando qué es lo que vamos a hacer con nuestros recursos y nuestro entorno; con las amistades, familiares, plantas y animales con los que convivimos. Asimismo, pensamos qué hacer con la lluvia, los vientos, el invierno o el verano, que ya se acerca.
Cuando la organización de nuestra vida asciende a escalas del poder, pareciera que para algunos ya no tenemos la experiencia suficiente para ver la complejidad de nuestros problemas, como tampoco las oportunidades que se nos presentan. Ahí no se nos permite entrar. Pasa a ser una actividad de expertos, que muchas veces resultan ser agentes de enormes intereses económicos que se juegan sus inversiones. Eso es lo que sucede en la planificación territorial o, más claramente, en la planificación por especulación.
En comunas como Concepción, Hualpén, San Pedro de la Paz y en general dentro del área metropolitana, se han modificado planes reguladores comunales, metropolitanos o planes de desarrollo comunal y regional. En ellos, la participación es una obligación por ley, pero esta pasa a ser meramente consultiva y muchas veces un simple trámite para el Estado. Sin embargo, las reuniones más determinantes terminan siendo las que se realizan con megaempresas. En la última elaboración del Plan Regulador Metropolitano de Concepción participó menos de un 1% de la población, y menos de un 0,001% eran personas no vinculadas a empresas o instituciones. Esto no solo indica que nuestro futuro está en manos de las megaempresas, sino que, además, la planificación urbana responde a quienes usufructúan del territorio y no a las urgencias y necesidades de la naturaleza y de la comunidad que habita en ella.
El sistema actual de desarrollo de ciudades nos ha traído consecuencias que parecen permanentes y no lo son. La congestión, los cada vez mayores tiempos de desplazamiento, la falta de servicios en los barrios, toda la basura que se acumula y desperdicia, el déficit de vivienda, los altos costos de arriendo, inundaciones, destrucción ecológica, contaminación, enfermedades y cuánto más. Pero esto puede cambiar. Estamos en un momento crucial para nuestra gran ciudad y para el mundo. Las ciudades en una etapa intermedia de desarrollo como la nuestra son vitales porque pueden evitar los errores de sus antecesoras y tienen el deber de girar hacia otro futuro, ya no centradas en imágenes conocidas de capitales que profundizan sus crisis. Existe la posibilidad de construir donde los anhelos de la vida en comunidad, en armonía con la naturaleza, nos preparen para mejorar nuestro día a día y extender la colaboración a otros rincones. Este giro lo tenemos que dar conversando con el mundo.
Mientras se insiste en lógicas mercantiles de crecimiento y de explotación del planeta, se realizaron recién en Egipto su contraparte, la COP 27 del Clima, y la COP 14 de Ramsar, una convención mundial sobre los humedales. Dado que es en el sur del mundo, o sea en lugares como Chile, donde se sentirán con mayor fuerza los impactos del cambio climático, nuestra participación es una urgencia vital. La planificación debe ser un acto soberano de mirar y avanzar en conjunto hacia el futuro y a través del cual podamos construir ciudades centradas en la vida y que la aseguren para muchas generaciones más.
Una encuesta elaborada por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) Concepción reveló que el 86% de los habitantes de la capital regional prefiere arrendar en el sector céntrico para mantener o mejorar su calidad de vida. El gremio consultó a personas que viven en el cuadrante Víctor Lamas, Orompello, Cochrane y Caupolicán.
La noche del sábado un sismo de magnitud 6.2 sacudió a gran parte de la Región del Biobío. Producto de lo anterior, la comuna de Lebu decidió suspender sus clases para evaluar daños en la infraestructura. Los habitantes de la ciudad, que fue epicentro del movimiento telúrico, decidieron evacuar hacia los cerros de manera voluntaria para evitar un tsunami. En la oportunidad también hubo cortes de luz.
Óscar Ferrel, jefe División Infraestructura y Transporte del Gore, por Costanera Sur
Claudia García, seremi de Transportes y Telecomunicaciones
Claudia Lagos, subsecretaria de Educación Parvularia