Secciones

  • Portada
  • Opinión
  • Actualidad
  • Nacional
  • Economía y empresas
  • Tendencias
  • Deportes
  • Clasificados
  • Página del lector
  • Espectáculos
Organizadores igualmente mantendrán el modo remoto con exhibición de 59 películas

Festival de cine "Frontera sur" vuelve a la presencialidad luego de dos años

Desde mañana comenzará a rodar la quinta versión del evento dedicado al cine de no ficción, la cual se extenderá hasta el 29 de noviembre próximo, sumando 116 cintas.
E-mail Compartir

Por Sebastián Grant Del Río

En formato híbrido, así es como se realizará la quinta versión del Frontera Sur, Festival Internacional de Cine de No Ficción, que parte mañana, para extenderse hasta el 27 de noviembre, dividido en dos bloques.

Entre el 15 y 19 de noviembre se realizará con actividades presenciales, luego de casi tres años de una pandemia, que obligó a la organización a llevar las actividades de manera remota.

Es así que, durante toda esta semana se realizarán exhibiciones de películas y diálogos con cineastas en las salas del Teatro Biobío, Aula Magna Arzobispado, UdeC (Sala Marta Colvin Pinacoteca, Auditorio y Sala David Stitchkin), Alianza Francesa, Balmaceda Arte Joven, Instituto Profesional Santo Tomás y Punto de Cultura Federico Ramírez.

Luego, del 20 al 27, en plataforma digital del evento que es producido por 3 Tigres Films y Forma Colectiva, con aportes del Fondo de Fomento Audiovisual del ministerio de las Culturas.

Una forma de programación que, explican, permitirá poner en pantalla más de 100 películas presenciales y 50 online, donde se consideran secciones especiales dedicadas al cine de Jean-Luc Godard y Marguerite Duras; siempre enmarcadas en propuestas del género de la no ficción.

"Obras que renuevan las posibilidades expresivas del cine, tensionan los discursos hegemónicos y promueven el pensamiento crítico", resume Cristian Saldía, director del festival, sobre la línea editorial del mismo.

Saldía acota que considerando estos aspectos, siente que ésta es una edición especial del Frontera Sur. "Después de dos años de realizar el festival en forma virtual (2020 y 2021), volvemos a la presencialidad, lo que añorábamos como equipo", apunta el creador de la instancia en 2017. y que en 2019 no se realizó.

-Nada como la presencialidad de la pantalla, la sala, el cine.

-Nos parece que la esencia del festival ocurre en lo presencial, donde el cine tiene un rol social y colectivo, y el festival se transforma en un lugar de encuentro, diálogo y reflexión en torno a éste y la realidad. Además, el festival cumple cinco años y nos parece un buen momento para celebrar ese trayecto recorrido, pero también para revisar lo que ha sido este tiempo de alegrías, errores y mucho aprendizaje.

Pensar el cine

Una de las características que ha mantenido el festival es su carácter no competitivo, permitiendo que el público vea 116 películas provenientes de 33 países, entre las 14 secciones, entre oficiales y parciales.

Allí aparecen "No reconciliados", "Tierra en trance", "Como me da la gana" e "Impresiones", entre otras, y donde se consideran 70 estrenos en Chile.

"El bloque online incluirá 59 de estas 116 películas", adelanta Saldía, sobre títulos que estarán disponibles a través de https://online.fronterasurfestival.com/.

- ¿Secciones nuevas este año?

- Sí, los focos a directores destacados aumentaron de tres a cinco y, además, tenemos dos secciones programadas por curadores/as invitados/as: "Ecos de territorios propios" (curada por Mónica Delgado) y "Cartografías peruanas atravesadas" (curada por Mauricio Godoy, Edward De Ybarra y Nicolás Carrasco).

- Sienten que el Frontera Sur está más grande como festival?

-Ha ido creciendo en estos años, sobre todo, en su conexión con distintas audiencias. Al pasar de la presencialidad a la modalidad virtual, llegamos a espectadores de todo Chile y Latinoamérica, generándose espontáneamente una suerte de comunidad en torno al cine de no ficción. Por eso mismo, es que este año decidimos realizarlo en modo híbrido, es decir, volvemos a la presencialidad con todas las actividades, pero al mismo tiempo una parte importante de las películas estarán también en modo online.

- También han mantenido que no hayan competencias. No han pesando sumarlas?

- No nos interesa que las películas compitan unas con otras, nuestro interés es que las obras que escogemos dialoguen entre ellas, a partir de múltiples conexiones. Pensamos la curatoría como un gran mapa visual y sonoro, que puede ser transitado por el público. Ese mapa está construido por una red de interconexiones, que permite abrir preguntas que nos interpelan, levantar discursos periféricos, disputar espacios controlados por el mercado, disentir ante puntos de vista hegemónicos y poner en tensión las formas de representación dominantes. Con todo ello, pensar el cine y las distintas realidades que nos rodean.

Comentario de literatura

Dos poetas de una ciudad de Concepción que aún existe

"Balada para una ciudad muerta", es la opera prima de Alfonso Alcalde. Una reedición a cargo de Thomas Harris.
E-mail Compartir

Por José Manuel Rodríguez

El azar, esa suma de casualidades que terminan por definir nuestras vidas, trajo a mis manos "Balada para una ciudad muerta", opera prima de Alfonso Alcalde.

Se trata de una reedición del original publicado en 1947. Lo azaroso, además de haberme encontrado el libro sobre un banco vacío en un parque de Santiago, se encuentra en que esta nueva edición ha sido publicada por la editorial de la Biblioteca Nacional, dirigida por el poeta Thomas Harris.

Esto es importante, pues existe un vínculo entre ambos autores: los dos son penquistas por adopción y parte de su obra tiene por centro la urbe lila.

La razón que Harris se haya interesado por publicar un texto de Alcalde es muy simple: se trata de un escritor excepcional.

Así lo confirma la siguiente historia que encontramos en el prólogo: Alcalde había sido internado por una tuberculosis en un sanatorio. Al salir y no teniendo casa ni lugar donde llegar, se fue a la Estación Central de Santiago, se paró frente a un gran mapa de Chile que había en el hall, cerró los ojos y marcó un punto en el mapa.

Ese punto era Concepción. Tomó el tren y muy pronto ya estaba instalado en una pobre pensión del antiguo barrio rojo. Allí bebía y escribía sin parar.

Cuando terminó su libro, la balada de la cual hablamos, leyó en El Sur que Neruda se encontraba de visita en la ciudad. No encontró nada mejor que enviarle el libro al hotel donde se hospedaba.

Dos días después la señora de la pensión lo despertó a mediodía diciéndole: un tal Neruda lo busca.

El interés del vate por conocer al joven Alcalde nos confirma que el libro es extraordinario.

Leamos un verso: "viuda honorable arrienda pieza a caballero solo". Este es un verdadero artefacto, con la diferencia que fue escrito 30 años antes que los célebres textos del mismo nombre que debemos a Nicanor Parra. Otros versos, más complejos, anotan: "Y la muerte que copula y galopa/sin materia de amor".

Una ciudad gris

Observamos la unión entre erotismo y muerte, el orgasmo es una pequeña muerte dice la filosofía, pero el texto habla de un clímax sin amor. Y aquí hay un punto de unión con el siguiente autor penquista que nos convoca: Harris, pues él también ha escrito de la ausencia del amor. Y esa carencia terrible ocurre al igual que en Alcalde, en un Concepción triste, gris. Un "teatro del dolor" (Harris), una "ciudad muerta" (Alcalde), que se agotaba entre casas grises y bares de mala muerte.

Frente a esto sólo puedo anotar que la poesía, en más de un sentido, es una máquina del tiempo. Cristaliza un instante de la historia y lo lanza al porvenir, los lectores siempre están en el futuro.

Creo que el instante que capturan ambos poetas es radicalmente distinto del actual Concepción. Hoy es una urbe capturada por la furia del concreto y del cristal, también llamado progreso. Autopistas, cafés al aire libre la adornan. Ya no es el "monstruo húmedo" (Alcalde) que devora proyectos de vida: en las riberas del río ya no están las "zonas de exterminio" de "donde nunca debí asomar" (Harris).

Ahora son amables avenidas rodeadas de parques, esculturas, malls, incluso, un teatro posmoderno que cabría, sin dudarlo, en Bilbao, Lyon o Manhattan. Pero, y esto es importante, esa urbe gris, cerrada, lluviosa aún permanece. Especialmente en ciertos bares, en algunas lagunas, en dos o tres potreros humildes que resisten la furia y donde todavía pastan los caballos.

Lugares donde no todo es muerte, pienso, donde no todo es humedad que se cuela por los huesos, sino simplemente un mundo que se niega a desaparecer y que, gracias al azar, atrajo a dos autores notables.

Autopistas, cafés al aire libre la adornan, la ciudad ya no es el "monstruo húmedo" (Alcalde) que devora proyectos de vida.