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Advierten falta de coordinación entre autoridades y de recursos para avanzar en reciclaje

Crisis de la basura: la solución que se queda solo en el papel

Alcaldes, funcionarios municipales y académicos llaman a acelerar el tranco en vista de la urgencia sanitaria que vive la zona. Piden replicar planes y buenas prácticas de comunas como La Pintana.
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nicolas.alvarez@diarioelsur.cl

En la Región existe un convencimiento claro respecto a la crítica situación sanitaria que hay a raíz de la falta de espacios en los que depositar la basura. Biobío corre contra reloj en busca de una solución, en un acto "reaccionario" frente a un problema que se advertía hace ya bastante tiempo, según opinan parte de los actores ligados al tema. Lo que más echan de menos, dicen, es la falta de una política clara de reciclaje que bien se pudo haber construido en los últimos años, pero que a la fecha solo se palpa en esfuerzos individuales de ciertas comunas o en voluntades del Gobierno Regional para desarrollar un plan a largo plazo que aborde el problema estructural de los residuos. Dicha estrategia apunta a fomentar la economía circular mediante la separación y clasificación de los deshechos.

¿Qué obstáculos han impedido un avance mayor en esta línea? Alcaldes, funcionarios municipales y académicos deshilvanan las trabas enfrentadas por el área metropolitana penquista. Trabas y nudos que hoy se hacen más urgentes resolver para cubrir los sobrecostos que sufren las comunas que tienen que llevar sus residuos domiciliarios a zonas más alejadas ante el colapso de Hidronor y Cemarc. La estimación es que en 2023 se requerirán alrededor de $9 mil millones a nivel regional para costear estos servicios de traslado.

Parecer municipal

Miguel Rivera, alcalde de Hualpén, una de las ciudades que pronto tendrá que derivar sus deshechos por la poca capacidad de los rellenos sanitarios de la Provincia, reconoce que el reciclaje es una materia que "está al debe" en la zona. Si bien recalca que hay municipios que trabajan de manera profunda en el tema, insiste en que los fondos actuales que son recibidos desde el nivel central son muy esquivos y parcializados para llevar adelante proyectos más ambiciosos. "Debiese haber una política que permita postular a fondos, pero reales y que no sean planes piloto", sostiene.

En suma, lo que propone el jefe comunal es cambiar la lógica de los recursos concursables para poder adquirir plantas de compostaje a gran escala o establecer varias veces al año ferias de reciclaje de elementos electrónicos. "Ahí tenemos una deuda bastante pendiente, y nos encontramos con que los recursos asociados son más bien concursables. La política que hoy se ha dado no es la adecuada, porque nosotros tenemos que estar haciendo esfuerzos para comprar con presupuesto municipal composteras para las juntas de vecinos, cuando en realidad debiesen ser financiadas bajo otra perspectiva", enfatiza Rivera, quien añade que este es un asunto que debió haberse comenzado a trabajar hace unos cuatro años.

El alcalde de Concepción y presidente de la Asociación de Municipalidades del Biobío, Álvaro Ortiz, cree que esta ya no es solo una urgencia que depende de los recursos o políticas públicas que pueda impulsar el Ejecutivo o los municipios, sino que ahora también del mundo privado y la comunidad, en general. A su juicio, los mayores obstáculos para fomentar una política robusta de reciclaje han estado en la cultura propia de los habitantes del Biobío, en la falta de financiamiento y apoyo de los privados, pero por sobre todo, en la falta de colaboración y el bajo involucramiento de la ciudadanía.

"Para avanzar en esta materia tiene que haber voluntad. En segundo lugar, trabajo coordinado. Como tercer y cuarto punto, tienen que haber mayores recursos y hay que replicar experiencias ya conocidas que han dado resultados, entendiendo que no todas se pueden aplicar en cualquier parte. Y también hay que entender que con los deshechos orgánicos domiciliarios perfectamente se puede hacer compostaje y cualquier proceso que permita reutilizar otros productos (...) Los municipios hace un rato empezamos a advertir esta situación, y ahora fue tomada en cuenta, en coordinación con el Gobierno Regional", puntualiza Ortiz.

Desde Lota, ciudad que junto a Florida debe llevar sus residuos a zonas alejadas de la Provincia, precisan que el problema más grande se asocia, derechamente, al poco involucramiento municipal, cosa que advierten no solo en la comuna minera. Al respecto, Cristián Morales, inspector técnico de servicio del Contrato de Aseo de Lota, dice que en la administración lotina, al menos, se ha percibido una débil voluntad para poder abordar asuntos ligados al reciclaje. De hecho, platea que el apoyo es nulo. "Como departamento nos adjudicamos un proyecto a través de la Seremi del Medio Ambiente para tener un centro de acopio de reciclaje, pero para eso tenemos que contar con un sitio. Recepcioné todo, pero no hay un lugar (para ubicar el centro) y nadie le toma el peso", afirma.

El funcionario municipal es crítico con su propia administración. Es tajante en el cuestionamiento hacia el rol municipal de Lota y aclara que este problema también se experimenta en otras urbes, tal como quedó plasmado en un encuentro sobre reciclaje realizado en Chiguayante hace algunas semanas, según dice. Añade que la gran valla está en que hay municipalidades, "que no advierten que los tiempos han cambiado y que los vertederos se están colapsando".

Por lo mismo, Morales pone sobre la mesa la idea de establecer instancias de capacitación en reciclaje para los jefes comunales para que tomen conciencia, entendiendo que buena parte de las decisiones locales corre por cuenta de ellos. "Hay que inculcar a los alcaldes, porque si parte de estas autoridades no toma en cuenta a sus equipos, no se saca nada", lamenta.

Buenas prácticas

Desde el punto de vista de la academia plantean que hay varios planos que deben ser resueltos. Por un lado, advierten un obstáculo que tiene que ver con una ausencia de colaboración entre los municipios para abordar el problema de una manera más integrada. Ricardo Barra, director del Centro Eula de la Universidad de Concepción, comenta que hay casos destacados como Santa Juana o Concepción, "pero eso no es suficiente". Para avanzar, indica, hay que establecer mecanismos de trabajo con las organizaciones de la comunidad, en donde participen las juntas de vecinos, los establecimientos educacionales o el comercio.

Otro punto que ha hecho falta este último tiempo tiene que ver con replicar las buenas prácticas. De acuerdo al académico, existen buenos ejemplos regionales y nacionales en reciclaje que bien podrían ser asumidos a nivel local y que no involucran una gran cantidad de recursos económicos. Uno de ellos es La Pintana, en la Región Metropolitana, cuyo plan de separación de residuos tuvo su origen en 2005 y hoy se consolida como un ejemplo.

"Este es un asunto que no está solo asociado a un tema de recursos, sino que tenemos que aprovechar un poco más las capacidades que tenemos en nuestros municipios. La idea es que las comunas rezagadas aprendan de aquellos que llevan la delantera en la gestión de los deshechos", precisa Barra.