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Ayuno intermitente mejora la salud, pero no se recomienda para todos

Esta práctica revierte los niveles de resistencia a la insulina en pacientes con prediabetes, ayuda a perder peso y reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, no es recomendable para todo grupo de personas, en especial, para embarazadas y mujeres en lactancia porque perjudica su organismo y el desarrollo del bebé.
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Con el verano cada vez más cerca, muchas personas buscan métodos para bajar de peso. Uno de ellos es el ayuno intermitente, el que no solo colabora en eliminar esos kilos de más, sino que tiene múltiples beneficios para la salud. Sin embargo, no está recomendado para toda la población, ya que podría perjudicar el desarrollo del organismo o profundizar problemas preexistentes de la persona.

"Hay que aclarar que el ayuno intermitente no consiste en dejar de comer, sino hacerlo en intervalos de tiempos específicos. Por ejemplo, las más conocidas son el ayuno intermitente y el ayuno alterno. La primera implica una restricción de energía durante dos días no consecutivos por semana y comer sin restricciones durante los otros cinco. Mientras que la segunda, trata sobre días en los que no se consumen calorías y días en los que se consumen a voluntad", explica Elizabeth Sánchez Novoa, académica de Nutrición y Dietética de la Universidad San Sebastián (USS).

Respecto a los beneficios que tiene el ayuno intermitente, estos van desde la pérdida de peso, mejorar la regulación de la glucosa y la sensibilidad de insulina, hasta la presión arterial, la frecuencia cardíaca, la eficacia del entrenamiento de resistencia y la pérdida de grasa abdominal.

"Además, hay investigaciones que sugieren que el ayuno intermitente de 24 horas, tres veces por semana, revirtió la resistencia de insulina en pacientes con prediabetes o diabetes tipo 2. Asimismo, ayudó a reducir los niveles de hemoglobina, glicosilada, estrés oxidativo y apetito. En caso de enfermedades cardiovasculares, se ha observado una reducción en los niveles de presión sanguínea, frecuencia cardíaca en reposo, colesterol, niveles de lipoproteínas de alta y baja densidad, glucosa, insulina, resistencia a la insulina y triglicéridos", puntualiza la nutricionista Elizabeth Sánchez.

PRECAUCIONES

Pese a los múltiples beneficios que trae para la salud, se recomienda precaución. Eso, porque se han identificado síntomas adversos relacionados como, por ejemplo, ansiedad, halitosis, constipación, retención hídrica, mareos y malestar general. Asimismo, no está indicado para personas que padecen trastornos de conducta alimentaria, tendencia al estrés o ansiedad, ya que podría exacerbar sus cuadros.

"Tampoco está aconsejado para niños, mujeres embarazadas o que están amamantando, ya que se encuentran en períodos importantes y podría ser riesgoso a la hora de prevenir carencias nutricionales para estos grupos de la población", alerta además Elizabeth Sánchez, quien también es diplomada en Nutrición Clínica del Adulto.

Misma idea sostiene Ivonne Riquelme Espinoza, directora (s) de la carrera de Obstetricia de la USS Concepción. "Debido a los requerimientos nutricionales durante el embarazo, no es recomendable pasar muchas horas sin ingerir alimentos y menos reducir la cantidad de calorías diarias, al menos que la mujer tenga, por ejemplo, una condición de obesidad", indica.

CONSECUENCIAS EN SALUD

Según la matrona Ivonne Riquelme, la principal consecuencia que tiene el ayuno intermitente durante el embarazo y la lactancia es la cetoacidosis materna, la que puede poner en riesgo la vida de la madre y del hijo. "El embarazo y la lactancia se caracterizan por ser períodos que demandan un aumento en el consumo energético, por lo que forzar el cuerpo a funcionar en período prolongados de ayuno puede producir un desbalance en los mecanismos compensatorios, agotando las reservas de glucosa y aumentando el riesgo de cetoacidosis", afirma.

En el caso de los bebés, los efectos negativos afectarían su desarrollo y crecimiento feto placentario. "En ausencia de la glucosa, se producen cuerpos cetónicos, los cuales son utilizados por la madre y el feto como energía alternativa en períodos excepcionales de ayuno durante el embarazo, como sucede con la hiperémesis gravídica", detalla Ivonne Riquelme.

Agrega: "Está demostrado que periodos extensos de hipercetonemia materna, niveles elevados de cuerpos cetónica en la sangre, están asociados a malformaciones fetales, alteraciones en el desarrollo neurofísico y muerte fetal".

En conclusión, se recomienda siempre acudir a un profesional de la salud antes de realizar dietas o ayunos, porque podría generar efectos adversos en el organismo y no llegar a reducir los kilos de más para el verano.