Preparativos para temporada de incendios forestales
La Corporación Nacional Forestal (Conaf) ha proyectado una temporada de incendios con alto riesgo en la zona centro-sur del país. Una de las medidas que se han adoptado es aumentar la cantidad de cortafuegos en puntos críticos identificados en las comunas con más ocurrencia de siniestros en la zonas de interfaz o urbano-forestal de la Región del Biobío, así como el desmalezamiento de las fajas anexas a las carreteras, como ha sido la Ruta de la Madera, la vía Concepción-Cabrero y la Ruta Itata.
También Conaf ha realizado charlas de educación ambiental en jardines infantiles, escuelas y colegios, para sensibilizar a los niños sobre el daño que producen este tipo de siniestros en la fauna y flora, y en la vida de las personas que habitan las zonas cercanas a bosques.
La última temporada de incendios se caracterizó por la alta intencionalidad que se registró, especialmente en la macrozona sur. De acuerdo a los expertos, a esta situación se ha venido a sumar un nuevo factor de riesgo, derivado de la pandemia y post pandemia, con la migración de familias urbanas a zonas rurales, nueva variable que hay que asumir para prevenir incendios, ya que muchas de ellas tienen poca cultura preventiva y desconocimiento de la mantención y limpieza que hay que hacer entre los bosques y las zonas pobladas, para eliminar todo el combustible que podría propagar las llamas.
La construcción de cortafuegos tiene por finalidad disminuir los efectos por los incendios forestales en la zona y dar protección a las viviendas que se encuentren en zonas de riesgos, teniendo en cuenta que durante el verano numerosas familias se ven afectadas por la ocurrencia de estas emergencias.
En la presente temporada 2022-2023, en la Región del Biobío ya ha ocurrido más de medio centenar de siniestros de bosques y pastizales. Por eso, el trabajo preventivo que se está realizando es importante, ya que a través de imágenes satelitales y análisis de la información, se prevé que la actual primavera y el verano en la zona centro-sur serán secos, con temperaturas más elevadas que lo usual.
La prolongada sequía, el fuerte viento y las altas temperaturas son factores que agravan la propagación del fuego. En Chile se producen todos los años entre 5 mil a 7 mil de estos siniestros, que dejan daños económicos, ambientales y sociales. Pero sobre todo, se considera que el 99% de estas catástrofes se producen por la acción humana, ya sea por premeditación o por negligencia.
En el país operan dos sistemas de protección contra los incendios de bosques. Uno de ellos, corresponde a la acción de grandes empresas, como Celco, Forestal Mininco, Masisa, entre otras, que protegen con sus propios recursos más de un millón y medio de hectáreas de plantaciones forestales, principalmente desde la Región del Maule a La Araucanía.
La acción del Estado, por su parte, se centra en la Conaf, que gestiona un programa de manejo del fuego para la protección contra incendios en el resto del país, tanto para resguardar al Sistema Nacional de Áreas Protegidas del Estado, constituido por 36 parques nacionales, 49 reservas y 15 monumentos naturales, como para proteger terrenos rurales privados de medianos y pequeños propietarios y la integridad de las personas y sus bienes en áreas donde las viviendas tienen un entorno cubierto con vegetación combustible. Se suma a estas acciones la participación de los Cuerpos de Bomberos, especialmente de aquellas comunas con centros poblados y viviendas próximas a la vegetación en condiciones de iniciar y propagar un incendio forestal.
Durante estos días se han ejecutado talleres con la comunidad para que esté preparada y sepa cómo prevenir el fuego y cómo actuar en caso de siniestros, porque los incendios forestales son catástrofes que año a año afectan a extensas zonas y a muchas familias.
En la presente temporada 2022-2023, en la Región del Biobío ya ha ocurrido más de medio centenar de siniestros de bosques y pastizales. Por eso, es importante el trabajo preventivo.