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Tercera charla de 2022

Nuevo conversatorio de "Tu historia cuenta" se enfocó en la superación de los niños y jóvenes vulnerables

Tres profesionales del área social y educacional expusieron sus testimonios y experiencia en la oportunidad. Gestionar las emociones es básico, afirmaron, para lograr trabajar en este ámbito.
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Por Redacción / cronica@diarioelsur.cl

Una importante experiencia atendiendo a niños y adolescentes que sufren situaciones de vulneración poseen los expositores que participaron en la tercera charla de 2022 de "Tu historia cuenta", instancia organizada por la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC) y Diario El Sur y que el miércoles 5 de octubre se centró en el tema "Resiliencia infantil: realidad y superación".

La actividad se realizó en el teatro de UCSC, además fue transmitida vía streaming a través de las redes sociales de la universidad y por el sitio web soyconcepcion.cl.

En la oportunidad se escucharon los testimonios de tres profesionales del área social y educacional, quienes relataron sus experiencias trabajando en este ámbito, además de la manera en que los toca personalmente.

La primera en intervenir fue Karla Mora, jefa de UTP del Centro Integral Los Aromos, perteneciente a la Fundación Coanil. Posteriormente fue el turno de Richard Tapia, subdirector técnico de la Fundación Ciudad del Niño Ricardo Espinosa. Cerró las exposiciones Paulina López, quien dirige el programa para niños, niñas y jóvenes en situación de calle, Suyai, de la Corporación Catim.

Los tres profesionales coincidieron en que trabajar con niños y jóvenes vulnerables es una labor ardua y que muchas veces provoca frustraciones, en parte por la rigidez que la institucionalidad posee. No obstante, también destacaron los logros que se alcanzan cuando un estudiante entra a la educación superior, por ejemplo.

En lo personal, sostuvieron lo importante que es mantener la sensibilidad ante los problemas de quienes atienden, los cuales, por lo general, son graves. Visibilizar esta realidad, para generar consciencia, es otro aspecto central mencionado en la jornada.

Richard Tapia

"Es necesario visibilizar lo que viven los niños"

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Richard Tapia es trabajador social y contó en el encuentro que tiene alrededor de 20 años de experiencia laboral. En la actualidad es subdirector técnico de la fundación Ciudad del Niño Ricardo Espinosa de Hualpén.

La institución atiende, aproximadamente, a 1.150 niños, entre los que habitan en alguna de las cinco residencias de la fundación, además de proyectos ambulatorios que desarrollan.

Durante su intervención, Richard Tapia habló respecto al riesgo que muchas veces deben evitar como profesionales, en el sentido de "normalizar" o "naturalizar" comportamientos de los niños y adolescentes que atienden. "A medida que va pasando el tiempo y ves una seguidilla de episodios y conoces testimonio tras testimonio, en algún momento dices 'ya es algo normal escuchar esto', y se trata de testimonios graves, entonces debes volver a hacer clic y darte cuenta de que no son (comportamientos) correctos. Te afectan, por supuesto que lo hacen, y tratar de contar estas cosas en la casa tampoco es fácil, tienes una familia, hijos, y no es sencillo contar las cosas que te pasan en el trabajo", sostuvo.

En referencia a las experiencias que viven los niños y jóvenes, el profesional hizo hincapié en la necesidad de visibilizar las situaciones complejas que afrontan ellos para generar consciencia, pero también dio ejemplos de logros importantes alcanzados por estos, los cuales también tienen que ser mostrados públicamente.

"El año pasado, una de nuestras niñas fue puntaje nacional y ahora, gracias a Dios, está estudiando Medicina en Santiago. Es un testimonio que yo les puedo dar de alguien que ha estado, prácticamente, 10 años viviendo en una residencia y que ahora cumplió su sueño de estudiar Medicina, pero detrás de esa joven hay una historia tremenda. Pero no es solo ella, también tenemos 8 niñas y adolescentes más que están en la universidad, pero nadie sabe eso", comentó Tapia.

Agregó que "tenemos niños que son muy capaces, que, lamentablemente, por su trayectoria de vida y su familia, no han podido salir adelante y han tenido que ingresar a algunos de nuestros proyectos o residencias", dijo.

Tapia apuntó a que trabajadores sociales como él pueden ser los profesionales académicamente preparados para atender a niños y jóvenes que pasan por circunstancias difíciles, sin embargo, advirtió que el apoyar este tipo de causas no es algo ajeno a la sociedad en su conjunto. "Es tarea de todos. Si se habla de resiliencia, tiene que ver con todos, no solamente con quienes trabajamos con los chiquillos", indicó Richard Tapia.

Paulina López

"Tuve que aprender a gestionar mis emociones"

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Paulina López es una trabajadora social que cuenta con 18 años de experiencia profesional, de los cuales 11 años los ha desarrollado en la Corporación para la Atención Integral del Maltrato (Catim). Actualmente dirige el programa de apoyo de niños, niñas y adolescentes en situación de calle, denominado Suyai, palabra que en el mapudungun significa "esperanza".

"Se refiere a la esperanza que nosotros como profesionales tenemos de poder aportar a los niños y jóvenes que se atienden", señaló López en el encuentro.

En su intervención, López recordó sus primeras experiencias laborales, en las cuales llegaba a su casa "con un nudo en la garganta, con mucha pena. Si bien en estos 18 años de trayectoria he aprendido a gestionar mis emociones, mis sentimientos, no me dejo de sorprender y emocionar con las vivencias de los niños y creo que si perdiera esa sensibilidad no podría seguir trabajando en esta área", sostuvo.

La trabajadora social comentó que esta labor "implica mucho compromiso y vocación. Dejamos los pies en la calle cuando algunos de los chicos se nos pierden, y muchas veces nos frustramos como profesionales, porque se avanza un pasito, luego se retroceden tres pasitos, pero ahí nos paramos junto con ellos (los niños) desde sus vivencias, entendiendo todo el dolor que hay detrás", relató.

El grado de frustración que se siente también viene de la rigidez de algunas instituciones, afirmó la profesional. "Si me preguntan si ha sido fácil todo este período de trabajo, no, no lo ha sido. Nos encontramos con instituciones muy rígidas, con muchas estigmatizaciones a nuestros niños, a quienes les ponen 'letreros'. También son rígidos los sistemas educacionales, si bien se han hecho esfuerzos de integración, no son suficientes, los chiquillos necesitan una atención personalizada. Lamentablemente los colegios no se la pueden brindar porque tienen 30, 40 o 45 niños en el aula y es más de lo que podemos pedir, por eso hay tanto que hacer. Pedimos que el Estado pueda inyectar más dinero y no solo a nuestro programa, para todos los programas de infancia, porque siempre estamos al debe, los recursos a veces son insuficientes y necesitamos más profesionales, por ejemplo, psiquiatras que puedan atender a los niños", explicó.

Paulina López también puso énfasis en la necesidad de visibilizar la realidad que viven muchos niños y jóvenes. Indicó que, de acuerdo con el último conteo nacional, en el país hay 547 niños en situación de calle, de los cuales el 11% corresponde a la Región del Biobío. Familias expulsoras que no entregan la protección y el cariño necesario o el simple hecho de querer estar con los amigos son causales potentes para que un niño llegue a la calle, al igual que el consumo de drogas.

"Tenemos que respetar a nuestros chiquillos, escucharlos, cada uno tiene una historia personal dolorosa. Las personas que se supone que tienen la responsabilidad de cuidarlos no lo hacen y los dañan tan profundamente que eso les impide confiar", aseveró Paulina López durante su exposición.

Karla Mora

"Uno entrega el corazón y se generan vínculos"

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Karla Mora es profesora diferencial con mención en discapacidad intelectual y en la actualidad es jefa de UTP (Unidad Técnico Pedagógica) del Centro Integral Los Aromos, perteneciente a la Fundación Coanil. En su exposición contó que está pronta a cumplir 8 años trabajando en la entidad, hasta donde llegó cuando era alumna en práctica, además de efectuar un voluntariado.

"Fue ahí donde también me enamoré de lo que estudié. En Coanil hay algunas diferencias que tú no logras encontrar en otras escuelas especiales, y entre ellas, la más importante, fue encontrarme con mi espíritu de servicio, con mi vocación de servicio. Llegué a la escuela como profesora de aula y me encontré con un escenario en el que nuestros estudiantes, además de ser personas en situación de discapacidad, muchos de ellos carecían de una familia responsable y pertenecían a programas de residencia", relató.

Es en esas circunstancias que Mora se dio cuenta que no solo entrega un servicio como profesora, "al mismo tiempo se entrega el corazón, uno genera vínculos, lazos con los niños y eso es muy importante", añadió.

Un aspecto al cual se refirió Karla Mora son las oportunidades que necesitan los chicos para salir adelante e insertarse en el medio, para vivir situaciones reales en espacios reales. "Nosotros en la escuela, como es una escuela especial, también recibimos muchos chicos que vienen de situaciones de vulneración, en un entorno socioeconómico complejo y es un tanto difícil que obtengan oportunidades. Dentro de nuestras misiones como centro y como escuela está la parte laboral. Gracias a la Ley de Inclusión Laboral hemos podido abrir muchas más puertas también. Tratamos de que los chicos pasen por experiencias laborales, conozcan empresas y donde puedan hacer prácticas duales, hasta lograr lo que es la inclusión laboral final, lo que es una colocación exitosa según lo que nosotros entendemos", explicó.

Karla Mora entregó un ejemplo de lo anterior, a través del relato de una estudiante que quedó embarazada y quien no tenía las condiciones para mantener la tutela de su hija. Eso no la detuvo, siguió estudiando y contó con el apoyo del centro, se capacitó y hoy se encuentra trabajando en una importante empresa de retail, con contrato indefinido. "Pudo apelar a la tutela de su hija y hoy es responsable de ella. Finalmente, el trabajo que nosotros podemos hacer y lo que yo les vengo a contar es que podemos cambiar vidas y eso es muy importante. No necesitas ser educadora diferencial, no necesitas trabajar dentro de la fundación o en otra institución para generar cambios, muchas veces hay cosas en nuestras manos, si nos conectamos con personas especificas podemos realizar cambios".

Finalmente, Mora realizó una reflexión ante la audiencia presencial en el teatro de la Universidad Católica de la Santísima Concepción y a quienes siguieron la transmisión vía streaming. "La palabra inclusión está muy manoseada, creo que, si no son hechos reales, finalmente la inclusión queda ahí. Hay muchas personas que lo están pasando peor que nosotros y hay que tratar de ser conscientes, empáticos y solidarios. Espero que nuestro testimonio sirva para generar más lazos y más redes", concluyó.