La validez de las encuestas
Diferentes actores políticos y ciudadanos en general han restado credibilidad a las encuestas de opinión pública que realizan empresas de sondeos y que en forma periódica muestran las variaciones en las preferencias de la ciudadanía. Hay quienes incluso señalan que estas consultas son dirigidas y que no reflejan la realidad.
Por momentos, parece que estuviera en tela de juicio su real nivel predictivo. Sin embargo, con todas las limitaciones que estos estudios pudieran tener, siguen siendo el mejor instrumento para auscultar lo que está pasando en la sociedad. No hay otros medios alternativos que con rigurosidad técnica permitan saber la opinión de los ciudadanos y proyectar su comportamiento. Ello es lo que lleva a los medios informativos a hacer un seguimiento de las encuestas.
También es cierto que hay algunos casos emblemáticos que muestran que no se realizaron lecturas adecuadas del sentir de los electores y que al final tuvieron resultados distintos a los esperados. En Inglaterra se pronosticaba hace unos años que el Brexit o salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, sería derrotado, pero sucedió lo contrario. Asimismo, en la mayoría de las encuestas de la campaña presidencial de Estados Unidos, Donald Trump aparecía como perdedor en el 2016, pero finalmente triunfó.
Las encuestas son herramientas para medir opiniones y percepciones. Se dice que son una fotografía del momento, pero que va cambiando en la medida en que se agregan nuevas situaciones. Pese a su valor cuantitativo, algunos plantean que las encuestas van más allá de presentar cifras frías y que influyen en la decisión al ejercer el voto, porque muchas personas optan por seguir lo que dice la mayoría, es decir, se da un "efecto manada". Pese a ser el reflejo de una realidad temporal sobre la tendencia o pensamiento de la sociedad en un tema específico, tienen su peso y en política pueden llegar a convertirse en la última palabra sobre decisiones importantes.
Previo al plebiscito de salida, donde la ciudadanía tenía que pronunciarse si aprobaba o rechazaba la propuesta de nueva constitución que hizo la Convención, se realizaron varias mediciones de la opinión pública. Prácticamente todas reflejaban el triunfo de la opción Rechazo, aunque diferían respecto de los porcentajes. El promedio de ellas situaban la distancia de 10 puntos, e incluso los últimos sondeos anotaban un presunto acercamiento de las cifras. Por ello, resultó una sorpresa que el plebiscito cerrara con un 61,8% para el Rechazo y 38,1% para el Apruebo, con una distancia de 23,7 puntos porcentuales, que ni los cálculos más optimistas previeron.
¿Qué sucedió? A juicio de algunas empresas, influyó fuertemente lo que denominan la "espiral de silencio", o voto silencioso de personas que son más cautas o bien indecisas, que no se atreven a expresar su decisión y que en las encuestas se miden como "no sabe o no responde".
La legislación chilena prohíbe la difusión de resultados de encuestas los últimos 15 días antes de una elección, no así que se sigan realizando para informar en privado a candidatos, partidos o quien esté dispuesto a pagar.. Durante ese periodo, el Servicio Electoral está a cargo de fiscalizar que ningún medio de comunicación incumpla la legislación, arriesgándose a multas de 10 a 200 UTM que se aplican tanto al director, como al medio.
Cristián Valdivieso, fundador de la empresa investigadora de la opinión pública Criteria, ha calificado esta ley como "draconiana", porque el promedio en América Latina es de siete días; en Europa es de dos días, mientras en Estados Unidos no hay veda de encuestas. Expresa que hay quienes pueden pagar para acceder a ellas en forma privada, durante esos quince días, mientras que el común de los ciudadanos no puede hacerlo y termina a merced de los rumores y las "fake news", lo que no contribuye a que los votantes vayan a cumplir con su deber cívico de la manera más informada posible.
A juicio de empresas, influyó fuerte el voto silencioso de personas que son cautas o indecisas, que no se atreven a expresar su decisión y que en las encuestas se miden como "no sabe o no responde".