Ley Sanna: 152 padres en el Biobío están con permiso para cuidar a sus hijos
Un subsidio paga la remuneración durante el tiempo que defina cada contingencia que cubre el seguro. Si bien la evaluación es positiva, aún existen inconvenientes en los procesos de tramitación y pago de licencias.
La contención, el cuidado, y principalmente, el amor que los padres le pueden entregar a un hijo enfermo puede ser fundamental para su recuperación y para tener una muerte acompañada. Ese apoyo emocional es lo que han podido entregar 152 padres -sin renunciar a sus trabajos- a menores que tienen cáncer, que se les realizó un trasplante de órganos, que sufrió un accidente con riesgo de muerte o secuelas severas, o que enfrenta la fase terminal de su vida debido a cualquier enfermedad.
Desde 2018 todos los trabajadores que atraviesan uno de estos escenarios tiene la posibilidad de optar a la Ley N° 21.063 o Ley Sanna, que les permite ausentarse del trabajo para cuidar a sus hijos e hijas, recibiendo un subsidio que paga la remuneración durante un periodo de tiempo que lo defina cada contingencia que cubre el seguro.
Permisos iniciados
La información entregada por la Superintendencia de Seguridad Social (SUSESO) da cuenta que son 152 los padres en el Biobío que han solicitado este tipo de seguro, siendo la segunda región con permisos iniciados. En total, el número de licencias entregadas a estas personas llegan a 1.660, por lo que, en promedio, cada beneficiario ha solicitado 11. Hay que recordar que ambos padres pueden solicitar el permiso, conjunta o sucesivamente, según ellos lo determinen.
La superintendenta (s) de Seguridad Social, Patricia Soto, comentó que en general la ley no ha tenido inconvenientes mayores en su implementación y que los problemas en la tramitación o pago del beneficio se han ido corrigiendo junto al trabajo que se realiza con la sociedad civil.
"Por ejemplo, respecto a la tramitación, en un principio, solo Compin Nacional se pronunciaba, no obstante, a los pocos meses se incorporaron las Compin de todo el país, lo que facilitó mucho la tramitación", contó Soto.
Aunque se han subsanado dificultades, la superintendenta (s) sostuvo que en este periodo han recibido reclamos por el rechazo de este tipo de licencias, siendo las más frecuentes, porque exceden el número de días (al trabajador le extendieron licencia y no tenía días disponibles), porque no cumple con los requisitos de elegibilidad (densidad de cotizaciones previsionales o vínculo laboral) o porque el menor supera la edad legal (15 o 18 según el caso).
Patricia Soto detalló que, de no existir inconvenientes, la licencia se paga en 5 días hábiles, desde que la Compin remite la resolución de autorización y los antecedentes para efectuar el cálculo del subsidio.
Un apoyo
Bárbara Orellana es una de las mamás que tiene este beneficio. Su hijo Eduardo, que se atiende en el Hospital Regional de Concepción, fue diagnosticado en 2020 con leucemia y desde marzo de 2021 ocupa este subsidio. Previo a eso estuvo tres meses con un permiso pagado por su empleador.
"Es un beneficio 100% para la familia, porque uno se despreocupa del trabajo y sólo se preocupa netamente de su hijo", comentó la mamá del menor, quien aseguró que sin este beneficio muchos padres debían dejar sus empleos, lo que era un estrés adicional a lo que ya estaban viviendo.
Bárbara, quien está en su última licencia y con la satisfacción de que su hijo tiene la enfermedad en remisión, expone que no ha tenido ningún problema con el pago de licencias, sin embargo, aclara que hay padres que sí han tenido inconvenientes, por lo que considera que se debe mejorar algunos procesos administrativos para que se cumpla el espíritu de la normativa, que considera positiva.
"Hay casos que se han demorado, que llevan meses sin recibir su sueldo. Tienen que apelar, enviar documentación, lo que es un desgaste emocional. La idea es que no perdamos tiempo y que nos enfoquemos en nuestros niños, no en papeleo", expuso la beneficiaria.
Pese a estos inconvenientes, la mamá del menor enfatizó que la presencia de los padres en todo el proceso que viven sus hijos, quienes pueden estar meses en hospitales, es fundamental para que superen las enfermedades, por lo que insiste la ley es positiva.
"Tiene un beneficio psicológico y emocional en todo (para los menores), porque siempre una mamá tiene que estar, más en estos procesos donde se requiere contener y entregar amor", declaró Orellana.