Obra profundiza en el fenómeno del beso desde la danza y la música
"Beso: el habitar de la Loka" es una propuesta de la compañía local Lokas Juanas, centrada en el personaje del mismo nombre: insólito, solitario y desobediente.
Siendo uno de los actos más comunes entre los seres humanos, el beso es también un acto que despierta recuerdos y deseos.
Es a partir de ahí que la compañía penquista Lokas Juanas da vida a la obra "Beso: el habitar de la Loka".
Mezclando danza y música, el dúo conformado por la bailarina y coreógrafa, Juanita Paz Saavedra, y el músico y artista visual, Cristian Reinas, da vida a un montaje centrado en el beso.
Creada e inaugurada en 2018, la obra vive por estos días su reestreno en el Teatro Biobío, con funciones hoy, mañana y los días 18, 19 y 20 de agosto. Siempre en la Sala de Cámara, con entradas a $5 mil.
De acuerdo a Reinas, "la obra tiene hartos elementos performáticos y siempre varía, nunca va a ser igual. A lo largo de estos años, ha ido sufriendo algunas modificaciones y evolucionando".
Esta obra fue presentada por el dúo dentro de la primera residencia del Programa de Residencias Internacionales Teatro Biobío - Nau Ivanow, que contempló un trabajo de dos semanas y cuatro funciones en el espacio de Barcelona, España. Todo entre junio y julio pasado.
"Son muchas funciones, así que hay hartas posibilidades de ir a verla. Nos interesa que la gente pueda ir a ver la obra, porque siempre pasa algo diferente. Se trata de algo cotidiano y que todos hacemos, nos gustaría que fuera gente de todas las edades", invitó.
Acto de encuentro
"Beso: el habitar de la Loka" es una propuesta de danza contemporánea que reflexiona sobre los afectos que se desarrollan con otros y con uno mismos, indagando en el fenómeno del beso.
Entendiendo este último como un acto de encuentro, de humanización y dignificación, en el que se comparten deseos, placer, dolor, y se resalta el sentido del cuerpo y su interacción social.
Con 35 minutos de duración, la obra se sustenta en la interpretación de Saavedra, quien realiza acciones performáticas, junto a interacción con el público, el uso de texto y voz.
Al mismo tiempo, el montaje también se constituye de proyecciones audiovisuales con textos que acompañan siempre la obra, al igual que la música y la iluminación.
"Esto es un engranaje de cuerpo, iluminación, música y proyecciones de texto, que se van sincronizando y generando un relato en conjunto", señaló Reinas.
En comparación a la obra original de 2018, el músico señaló que los cambios en el montaje se van dando debido al feedback que se recibe del público en cada presentación.
Al mismo tiempo, durante la visita a España, el dúo cambió parte del texto de la obra para adaptarla a un lenguaje más entendible para el público hispano.
De acuerdo a Reinas, "siempre cambia en cada función, porque cada una tiene momentos interactivos con el público y de acuerdo a cómo responden en esos momentos, la obra se va haciendo más intensa. Eso es un input para Juanita e influencia la manera en que interpreta las diversas partes de la obra".
Cuestionamiento
La obra -de acuerdo a sus autores- parte desde el cuestionamiento al beso como un fenómeno afectivo - social.
Sobre cuántas cosas puede significar un ósculo. "Hay besos que dignifican la interacción humana, de respeto. Hay otros donde un beso puede ser un acto súper violento, como uno dado a la fuerza", reflexionó el también artista visual.
En este cuestionamiento, surge la Loka, un personaje definido como insólito, solitario y desobediente, que juega -simbólicamente- a no cumplir los patrones sociales.
"Está todo el tiempo con esta obsesión sobre los besos, no recuerda si ha besado o no. Está siempre esperando hacerlo y a lo largo de la obra entendemos porqué tiene este interés especial", señaló Reinas.