Poca aplicación de la ley Cholito
Con frecuencia los lectores plantean su preocupación, a través de cartas y fotografías, por los perros que vagan por las calles, muchos de ellos enfermos, invadidos por parásitos y en condiciones lamentables. Se trata de un problema que se ve en casi todas las ciudades, pero de acuerdo con las inquietudes que expresan, esta situación toma más fuerza en Concepción, Hualpén y Talcahuano.
Muchos de los animales que vagan por las calles tenían dueño, por lo tanto, están abandonados, lo que revela cuál es el origen del problema y la poca conciencia que tienen las personas acerca de la tenencia responsable de sus mascotas.
Cuando en julio de 2017 se promulgó la ley Nº 21.020 de tenencia responsable de mascotas y animales de compañía, conocida también como "Ley Cholito", se pensó que sería la solución para el problema que representan los perros abandonados que deambulan por las calles, enfermos o que constituyen un peligro para las personas. La iniciativa estipuló la obligación de su identificación y estableció fuertes multas en dinero para quienes no cumplieran con la normativa.
El dueño del animal está obligado a su adecuada identificación e inscripción a través de una plataforma informática a cargo del Ministerio del Interior y se determinó que el propietario es responsable de su alimentación, manejo sanitario y cumplimiento de la norma, a la vez que responderá civilmente por los daños que pueda causar su mascota. En los casos de extravío, la especie que tendrá una identificación podrá ser devuelta a sus propietarios. Pero también instruyó a los municipios que las que estén abandonadas y no tengan la identificación podrán entregarlas a las organizaciones que se preocupan de la tenencia responsable.
Durante los últimos años las familias han mostrado un gran interés por comprar mascotas y tenerlas en casas o departamentos. Esto ha generado también la aparición de todo un comercio asociado a los animales, como tiendas especializadas en mascotas, vestuario, juegos, y clínicas veterinarias. De acuerdo con informes del INE, un 35% de los hogares en las capitales regionales destinan parte de su presupuesto al cuidado de animales domésticos. Los ámbitos en los que se utiliza este presupuesto son: compra, alimentos, veterinaria, hotelería y funeraria, accesorios, peluquería y estética y medicamentos.
Pero así como muchas familias asumen con responsabilidad el compromiso con sus animales de compañía, otras no lo hacen y cansados de ellos, los abandonan en carreteras o lugares alejados, tema que se hace más frecuente en verano, cuando las familias se van de vacaciones o se cambian de casa. Se cree que el 90% de los perros que se ven en las calles tienen dueños que no ejercen una tenencia responsable, lo que debería implicar -al menos- darle techo, alimentación, atención veterinaria y cariño. En otros casos, las personas sacan de sus departamentos a los perros, para que defequen en la calle, sin llevar una bolsa para recoger los desechos, generando otro problema a la ciudadanía.
Una Encuesta de Actitudes hacia el Medio Ambiente desarrollada por la Universidad Andrés Bello hace unos años en el Gran Concepción reveló que el 73% de los consultados percibe a los perros que viven en la calle como un problema urgente que las autoridades deberían resolver. El estudio se efectuó para identificar la percepción de la población de Santiago, Concepción y Valparaíso sobre la tenencia responsable de animales. Los principales motivos de riesgo que ven son los ataques a las personas, la transmisión de enfermedades y que ensucian los espacios públicos. Por lo mismo, el 63% de los encuestados dijo estar de acuerdo con el control de la población de perros mediante la esterilización.
Es cierto que la legislación apunta a resolver algunas situaciones, pero es evidente que todo ello podría ser letra muerta si las familias no entienden que antes de tener una mascota hay que preguntarse más de una vez si están dispuestas a asumir su cuidado.
Así como muchas familias asumen con responsabilidad el compromiso con sus animales, otras no lo hacen y cansados de ellos, los abandonan en carreteras o lugares alejados.