Sello de calidad para la leña de la región
Desde hace unos años que las autoridades están tratando de regular la venta y uso de la leña para la calefacción de los hogares, ya que las estufas que utilizan el producto húmedo o verde, tienen una alta incidencia en la contaminación de la Región del Biobío.
Por ello, el Ministerio de Energía y la Agencia de Sostenibilidad Energética han invitado durante los últimos años a los productores y comerciantes de leña de la zona a postular a la convocatoria del sello calidad de leña. El reconocimiento tiene una vigencia de un año y es renovable, previa certificación de los requisitos. En enero de este año se convocó a las postulaciones para el período 2021-2022, de esta iniciativa que reconoce a comerciantes y a productores que adhieren a un estándar de calidad, es decir, que respetan la normativa tributaria y forestal, y cuyo proceso de producción les permite generar un producto seco y de dimensiones óptimas para el uso eficiente en calefactores.
Es importante que los comerciantes de leña se certifiquen, porque les permite respaldar la calidad de sus productos. Hace unas semanas, la seremi de Energía, Daniela Espinoza, visitó las comunas de Cabrero y Mulchén para entregar el sello de calidad a comerciantes y productores de la provincia del Biobío. Este reconocimiento permite que los beneficiados puedan acceder a instancias de difusión, para así diferenciar y destacar sus productos en el mercado, porque al obtener este sello se avala y certifica que la leña cumple con los requisitos necesarios para satisfacer la demanda de los compradores.
Este biocombustible es trascendental para la región y por eso se ha llamado también a los consumidores a comprar el producto en lugares certificados, con el fin de cuidar nuestro entorno y el presupuesto de las familias. En efecto, el sello destaca que los vendedores generan un producto diferenciado, dando cumplimiento a la legislación tributaria y forestal, y garantiza la venta de leña seca, con dimensiones adecuadas para los calefactores.
El consumo anual de leña en Chile es de doce millones de metros cúbicos sólidos. A pesar de que este combustible es una importante fuente de energía, de gran utilización desde Ñuble al sur, por años no ha sido considerada oficialmente como tal, así como lo es el gas, el petróleo o la electricidad, porque al no estar estandarizada, es difícil el cumplimiento de parámetros de calidad, de manera que la leña húmeda o verde se transforma en una gran generadora de contaminación. De ahí que los expertos han señalado que es urgente contar con una ley que aborde su regularización como combustible y su desempeño como recurso económico, con el fin de promover su uso sustentable. Esto implica reducir el deterioro de los bosques a partir de los cuales se producen y minimizar la emisión de material particulado que contamina la atmósfera.
Sin duda que esto es importante, sobre todo en el entendido que el mal uso de este combustible es la principal causa de la contaminación del aire que afecta a varias ciudades. De esta forma, se abordaría un aspecto clave, lo cual no necesariamente debería derivar en la prohibición de su utilización, sino más bien en un mejor control de todo el proceso. También hay que considerar que la mala operación de estufas y calefactores, la falta de limpieza de los tubos de expulsión de humo y el uso de madera verde, húmeda y no certificada, tienen como consecuencia la ocurrencia frecuente de incendios en invierno.
Por ello, son importantes los pasos que se están dando en certificar la calidad del producto en verano, cuando los consumidores preparan su abastecimiento. Los comerciantes postulan de forma voluntaria para obtener el sello, lo que les permite destacarse en el mercado gracias a las instancias de difusión y la utilización del sello en todo el material de venta, como sacos, boletas y el letrero de la empresa.
Esta iniciativa reconoce a comerciantes y a productores que adhieren a un estándar de calidad, es decir, que respetan la normativa tributaria y forestal, con un producto seco y de dimensiones óptimas.