La necesidad de impulsar el reciclaje
La Unesco ha declarado el 17 de mayo como el Día Mundial del Reciclaje, para recordar la estrategia de reducir, reutilizar y reciclar, con el fin de reorientar el comportamiento de los ciudadanos y ayudar a mejorar el medio ambiente.
Chile produce 17 millones de toneladas de desechos al año, y de éstas, 7,4 millones de toneladas se generan en los hogares. Según el Banco Mundial, Chile es el segundo país de América Latina que genera más basura, ya que en promedio, cada persona produce 1,1 kilo de residuos domiciliarios al día. Pero solamente el 10% de los desechos va a reciclaje, cifra ínfima respecto de un promedio de 60% que van a reutilización en las naciones desarrolladas.
Sin embargo, en los últimos años ha habido avances en la materia. En junio de 2017 entró en vigencia la Ley de Fomento al Reciclaje, que debería introducir un paulatino cambio cultural en las personas, para aprovechar muchos de los desechos y reintegrarlos al proceso de producción. La iniciativa obliga a los fabricantes de productos prioritarios, como neumáticos, aceites lubricantes, aparatos eléctricos y electrónicos, baterías, pilas, envases y embalajes a hacerse cargo de ellos una vez que terminan su vida útil. En vez de irse a los vertederos, estos productos "inservibles" deben volver a las industrias donde fueron fabricados para iniciar un nuevo ciclo, proceso que se desarrollará en forma gradual. El objetivo es aumentar a 30% la cantidad de residuos que se reconvierten en nuestro país.
Y en marzo de 2021 se publicó el decreto que establece las metas de recolección y valorización de la categoría "envases y embalajes" de la ley de reciclaje de productos. Se estableció que las empresas agrupadas en un sistema de gestión deberán instalar y operar establecimientos de recepción y almacenamiento de residuos de envases, a los que la ciudadanía pueda ir a dejarlos. Esas obligaciones serán exigidas de manera progresiva, llegando a estar en plena vigencia el año 2030.
El reciclaje se ha convertido en parte de la vida diaria de una parte de la población, cuando depositan los desechos en los puntos limpios que han determinado las municipalidades. Tal vez en nuestra zona los mayores avances se han logrado con el reciclaje de vidrios, latas de bebidas y cartones, que son recogidos a diario por recolectores en las calles y entregados a las empresas productoras. Estas personas cumplen una labor fundamental, pero no siempre se ha logrado comprender su importancia. Hay que considerar que ayudan a minimizar los residuos, desde el momento en que vidrios, papeles, cartones y plásticos pueden ser reutilizados; también se limita el crecimiento de los rellenos sanitarios que atentan contra el ambiente y se reduce el costo de producción industrial.
Algunos recicladores dicen que no obstante el trabajo de recolección de materiales que realizan, no hay empresas que compren algunos que contempla la ley de reciclaje, como embalajes, las cajas tetrapack, envases de plástico y plumavit, que se van a la basura porque no hay poder comprador. Mención aparte merece el tema de las bolsas plásticas. En Chile se usaban más de 7 millones de bolsas de polietileno cada día, y sólo un 23% de ellas se reciclaba. Por ello, durante los últimos años las autoridades iniciaron una campaña para limitar paulatinamente su entrega en los supermercados y multitiendas, hasta prohibirlas definitivamente desde febrero del año 2019. Pero la pandemia de coronavirus trajo además otro problema: las millones y millones de mascarillas que se desechan en las calles, tema que genera un nuevo desafío para el reciclaje.
No ha sido fácil, porque el reciclaje ha requerido un cambio cultural, pero lo importante es que se vayan dando pasos para aminorar la contaminación de la tierra, el mar y los ríos, algo que es frecuente ver a lo largo del país.
Pero la pandemia de covid 19 trajo además otro problema: las millones de mascarillas que se desechan en las calles, tema que ha generado un nuevo desafío para el reciclaje.