Por Lorenzo Parra Ramírez

A cinco años del inicio de la tributación que deben hacer las empresas por las emisiones contaminantes que realizan, las firmas afectas a este impuesto -que tienen calderas o turbinas, que individualmente o en su conjunto sumen una potencia térmica igual o mayor a 50 megavatios- han pagado más de US$141 millones en la región.

De acuerdo a la información entregada por la Seremi de Medio Ambiente, en Biobío son 23 las empresas que en promedio han cancelado desde 2018 impuestos verdes en la zona, siendo el 2017 -el primer año de la norma- el período donde más firmas estuvieron afectas al tributo, ya que fueron 25. La ley establece que el pago anual del gravamen se hace respecto a las emisiones del año anterior.

El seremi de Medio Ambiente, Óscar Reicher, informó que entre 2018 y 2021 las fuentes fijas de la región han pagado más de US$141 millones de la divisa norteamericana, es decir, casi $100 mil millones chilenos. Estos montos se pagan en abril del año siguiente al cálculo de los contaminantes emitidos, los que corresponden a material particulado (MP), nitrógeno (Nox), dióxido de azufre (SO2) y dióxido de carbono (CO2).

"Los datos (pagos) para el año 2021 (respecto a las emisiones) aún no están disponibles desde el nivel central", sostuvo la autoridad regional de Medio Ambiente respecto a la retribución que se debe hacer este año.

De acuerdo a la información de la Superintendencia de Medio Ambiente, el año pasado sólo en CO2 las empresas afectas al impuesto verde emitieron 5.707.593 toneladas de este componente contaminante, que es un 15% más que la emisión del año pasado y casi similar al 2018 cuando se registraron 5.800.962 toneladas de dióxido de carbono, que son las más altas desde la entrada en vigencia de la ley. Hay que recordar que el impuesto verde fue creado como una herramienta que desincentivara a las empresas a usar combustibles fósiles, situación que de acuerdo al registro de la entidad fiscalizadora de Medio Ambiente no estaría ocurriendo.

El retorno

Si bien en la Región se ha recaudado una gran cantidad de recursos a través de los impuestos verdes, que incluso supera el Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) aprobado este año para el Biobío -este año se aprobaron más de $94 mil millones-, este dinero no queda en la zona y menos en los territorios que se ven afectados por las emisiones contaminantes.

"Le hemos pedido al Presidente Boric que hagan llegar estos recursos a los territorios que hemos sido afectados y depredados por parte de estas industrias que hoy aportan a través de los impuestos verdes y eso no ha ocurrido. La verdad que no se ha visto en la inversión pública, ni se ha visto compromiso por parte del Estado de poder recoger a los gobiernos locales con esta necesidad de poder obtener mayores cantidades de recursos", sostuvo el alcalde de Coronel, Boris Chamorro.

En la comuna coronelina actualmente son al menos seis las empresas que tributan anualmente por las emisiones contaminantes que generan.

Otro de los territorios que también tiene un importante número de empresas asociadas al pago del impuesto es la comuna de Cabrero, que también tiene al menos a unas seis firmas que pagan impuestos verdes.

"Entre 2018 y 2021, las industrias afectas a la ley de Impuesto Verde de fuentes fijas pagaron cifras millonarias al Estado, en forma centralizada. Esos recursos llegan al Fisco y no quedan en las regiones, y menos en las zonas que son afectadas", enfatizó el alcalde de Cabrero, Mario Gierke.

Desde la Delegación Presidencial Regional Biobío avalaron esta crítica de los jefes comunales, exponiendo que si bien es un tributo de carácter territorial, el país lo acumula en las arcas nacionales. Aunque no se refieren a cambios normativos que se puedan impulsar.

"De esta forma, la no distribución de la recaudación a nivel local implica que las comunidades afectadas por la contaminación atmosférica actúan como meros financistas de las arcas nacionales, aún cuando el ideal sería que los montos se redistribuyeran parcialmente en las comunas que están impactadas por dichos contaminantes", explicaron desde la entidad.

5 millones de toneladas de CO2 se emitieron el año 2021 solo entre las empresas afectas al impuesto verde.

La fase de planificación de la cirugía ortognática es la más sensible de desarrollar, ya que marca el resultado final de la intervención de un paciente. Así lo describió el cirujano maxilofacial, Jorge Figueroa, detallando -además- que este trabajo se realizaba con modelos de yeso y trazados con lápiz en radiografías que simulaban los movimientos en la cirugía y que implicaba invertir gran cantidad de horas con un margen de error mayor. Ahora, el Hospital Las Higueras de Talcahuano sumó la tecnología digital en tercera dimensión para esta tarea.

"Es un cambio desde una aproximación del cráneo del paciente a trabajar con el cráneo mismo del paciente y eso tiene mayor poder de predictibilidad en el tiempo, mayor nivel de exactitud y también nos entrega más información en el proceso quirúrgico mismo, o sea, un tema que es de planificación previo a la cirugía. Nos permite tener muchas herramientas, también, en el intraoperatorio" indicó.

El Hospital Las Higueras es pionero en la zona en la utilización de este sistema, que también es usado en pacientes con tumores, necesidades de grandes reconstrucciones maxilofaciales y trabajo en conjunto con la especialidad médica de cirugía cabeza y cuello.

"Si bien la planificación virtual no es tan nueva, sigue en auge y está creciendo. La forma en la que lo hacemos acá es como se hace en los mejores lugares del mundo y en los centros más importantes de Chile" añadió Figueroa.

Los beneficios que recibe el usuario con esta nueva tecnología es que permite una mayor precisión en el diagnóstico y predicción de los resultados, esto gracias a una representación más exacta tanto del volumen como de las superficies anatómicas, al mismo tiempo que una disminución en los tiempos de planificación e intervención quirúrgica.

Ginette Montalva, una de las usuarias beneficiadas valoró el poder acceder a esta prestación y destacó que "para mí esta operación es muy significativa, pues mi problema no tiene otra solución que la cirugía. La espera ha sido tediosa, he estado varios años en tratamiento de ortodoncia y sólo espero que todo salga bien", concluyó.

Una cirugía ortognática tiene una proceso de duración de entre 3 a 6 horas y está indicada a pacientes con anomalías dento-esqueletales con maloclusiones severas por mal posicionamiento de los huesos de la cara.

La cirugía ortognática

tiene una duración de entre 3 a 6 horas y su planificación en 3D beneficia a la exactitud del proceso.

Con más de 60 participantes pertenecientes a diferentes organizaciones del mundo público y privado se celebró el lanzamiento del programa Buenas Prácticas Laborales y que busca generar cambios dentro de las instituciones en materia de igualdad de género en el sector productivo.

Morinka Sáez, Encargada nacional del programa del SernamEG, destacó que "el objetivo principal del programa es promover el cambio cultural y la construcción de culturas laborales inclusivas libres de sesgo y estereotipos de género en las organizaciones, siendo el objetivo específico que las organizaciones probadas y públicas disminuyan sus niveles de desigualdad de género".

Por otro lado, también se invitó a quienes quieran formar parte del cambio cultural a realizar el proceso para contar con sellos de certificación en buenas prácticas laborales entregados por el programa de SernamEG.

Lissette Wackerling, directora regional de SernamEG Biobío, agradeció la participación de los asistentes y adelantó que "se comienza un trabajo más estructurado, con objetivos definidos a desarrollar en plazos establecidos, lo que va a permitir reforzar y sistematizar todo el trabajo previo y así todas las organizaciones puedan ir avanzando hacia norma 3262 que busca la certificación".

Quienes se quieran sumar pueden enviar un correo a kcelis@sernameg.gob.cl