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Pamela Uriarte, directora ejecutiva de Fundación Cepas

"Me siento afortunada por estar en un lugar donde no siento que estoy trabajando"

La destacada gestora cultural, desde 2006 en el cargo, fue distinguida por Diario El Sur como una de las Mujeres Protagonistas del Biobío, en el ámbito cultural.
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Por Nicolás Martínez Ramírez

"Me pilló de sorpresa. De repente uno está en su espacio laboral, sumida en el trabajo, muy motivada con lo que hay que hacer y que se reconozca tu labor sorprende. Me lo tomé con mucha alegría y sorpresa".

Así destaca Pamela Uriarte (53) su reconocimiento como una de las siete "Mujeres protagonistas del Biobío", iniciativa impulsada por Diario El Sur en colaboración con la Corporación Cultural Aldea Rural. Todo en el marco de los 140 años del medio.

Y es que la también docente lleva casi 30 años siendo parte de Fundación Cepas, donde es directora ejecutiva desde 2006.

En sus inicios en la institución, trabajó en apoyo a escolares en el sector de Schwager. Luego, se desarrolló en un proyecto de apadrinamiento, donde buscaban personas que pudieran apoyar la labor que realizaba Cepas en las áreas de cultura y educación.

Una vez asumida la dirección ejecutiva, Uriarte se hizo cargo del área de educación, mientras que el histórico Benjamín Chau hizo lo propio en cultura.

"Ahora en abril, cumplimos 32 años y tenemos cuatro actividades preparadas para celebrarlo. Nuestro gran cumpleaños era previo a la pandemia, íbamos a hacer 30 actividades en 30 días por las tres décadas, pero todo quedó sin poder concretarse", recuerda.

Unión de largo tiempo

Ciertamente, la vida de Pamela está unida de forma profunda a la entidad cultural que representa. Una que es transversal a su vida profesional y personal.

"La fundación es mi vida. En mi casa me dicen que es mi hijo mayor, porque dedico 24/7 de mi tiempo a este proyecto. Incluso, en los periodos de estancamiento he estado ahí. Mis tiempos están dedicados en su mayoría a esta institución que adoro, me emociono al mencionarlo, porque es parte de mi vida", comenta.

Cuando partieron, señala, a veces traían papel higiénico al Pabellón 83, porque "no estaban los recursos. Si nos sobraba una mesa o si teníamos un amigo que hacía un taller de canto, igual. Ha sido un proyecto que me impacta mucho en lo personal", resume.

Madre de tres hijos, dos hombres y una mujer, también han sido impactados -de una u otra forma- por su labor. "Mi hijo mayor tiene 34 años, la fundación 32, así que los dos nacieron en este sistema cultural y de vida, donde tenían un hermano mayor que se llama Fundación Cepas", asegura.

-¿Cuánto cree que su trabajo ahí ha marcado la vida de ellos?

-Me lo han dicho, se sienten bien orgullosos de mí, como mamá y como profesional. Mi hijo menor está estudiando Artes Visuales, de cierta forma, porque dentro de nuestro hogar siempre está presente la música, los libros, una buena película. Mi hija del medio es psicóloga medioambientalista. Y el mayor, más ligado a los números, también tiene una conciencia social. Son tres lindos seres con harta conciencia de quiénes son y dónde nacieron.

Con un padre que trabajó por 30 años en la Empresa Nacional del Carbón (Enacar), como administrativo, la vida de Pamela Uriarte ha estado ligada siempre a la zona. Los recuerdos no se dejan esperar, varios ligados al Parque de Lota que siente era como su patio.

"Actualmente, vivo en Coronel, en el sector de Maule. Mi vida siempre ha estado ligada al carbón. Yo no llegué a trabajar desde otra comuna a una realidad desconocida. Es parte de mi vida y la de mis hijos también", destaca la también magíster en Educación.

Sentirse afortunada

Para Uriarte, uno de los valores de Cepas, está en sentirse en un lugar donde no siente su labor.

"Me levanto feliz todos los días, porque el aporte que se realiza no es solo local, sino que trasciende. Estamos atendiendo diariamente a 700 personas, niños y niñas. Eso repercute en muchos territorios y en mi hogar", apunta.

También asegura que dar estos espacios de reconocimiento a mujeres, como ella, ha sido difícil.

"Estamos en una sociedad machista, donde se visibiliza más el liderazgo de hombres. En estos momentos, donde estamos de a poco buscando la equidad, siento que El Sur abre estas posibilidades. Pero imagina, yo estoy desde 2006 y recién ahora se reconoce que hay una mujer liderando esta institución", puntualiza.

1993 llegó a trabajar a la fundación donde, al tiempo, fue nombrada como encargada del área de educación.

2006 fue nombrada como directora ejecutiva de Cepas, nacida en 1990 como Promoción de Acción Solidaria (PAS).

Integrantes del Taller de Tango Teatro de Los Ángeles

Adultos mayores se lucieron con montaje basado en el tango

Los nueve integrantes de la iniciativa estrenada hace unos días, destacaron lo gratificante que son estas experiencias para ellos.
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El aprendizaje adquirido durante las últimas 20 semanas tuvo sus frutos hace unos días con el estreno de "Loca ella, loco yo".

Este montaje realizado y estelarizado por los nueve integrantes del Taller de Tango Teatro, en Los Ángeles.

Y lo cierto es que los adultos mayores demostraron en el escenario sus dotes artísticas, luego de cuatro meses de preparación, finalizando con una emotiva presentación en vivo de la propuesta en el Teatro Municipal de la comuna.

"Loca ella, loco yo", con un título en directa referencia a "Balada para un loco", clásico compuesto por el músico argentino Astor Piazzolla, propone desde sus versos, que es también la premisa dramática de la actividad/taller; una puesta en escena que se trabajó durante este tiempo como parte de una constante que varió entre la virtualidad y lo presencial.

"Así se fue creando colectivamente una historia basada en la loca atmósfera del tango", comentaron desde el taller.

Música y pasión

La historia de Susana Gricel y José María Contursi, una de las parejas más emblemáticas del tango y que ha sido versionada por diversos músicos del estilo, fue el centro de atención de la propuesta recreada por los nueve alumnos del curso.

El encargado poético, Camilo Rubilar, junto a Eliana Lauro, directora teatral; fueron quienes encabezaron el taller, frente al cual se mostraron muy conformes por los resultados expuestos.

"Fue un periplo de varios meses que se complicaba de repente con la pandemia. Sin embargo, trabajar con adultos mayores, quienes se empoderaron y motivaron a la realización, independiente si era presencial o virtual; lograron que el resultado fuera muy emotivo. Dejaron claro que las ganas siempre estuvieron y la creatividad también", apuntaron ambos encargados.

Juvenal Castro, parte del curso fue realizado con aportes del Gobierno Regional, a través del programa "La Provincia del Biobío como polo de desarrollo cultural", no pudo simular el entusiasmo que le significó ser parte del mismo.

"Éste era un sueño que teníamos con mi pareja, realizar un musical de tango. Quizás por pandemia no pudimos hacer tantos ensayos presenciales como se pudo esperar, pero igualmente nos da la oportunidad de madurar más este montaje y continuar, ya que esperamos que esta no sea la única presentación", destacó.