Envejecimiento de la fuerza laboral
Chile envejece a tasas aceleradas, fenómeno que tiene repercusiones de salud, económicas y sociales que exigirán revisar la forma en la que hemos construido el país y cómo lo haremos en el futuro.
La fuerza laboral ha envejecido en la última década, llegando previo a la pandemia a registrar un 50% de trabajadores con edad igual o superior a los 41,2 años, cifra superior a las de países como Uruguay y Argentina, y muy lejos de Brasil, Bolivia o Colombia, que no superaban los 38 años promedio, de acuerdo con los resultados del estudio "¿Está Chile preparado para envejecer?", realizado por el Observatorio del Envejecimiento para un Chile con Futuro, que surge de la alianza entre la Pontificia U.Católica y la Compañía de Seguros Confuturo.
Se estima que la población mayor siga aumentando en el país, ya que para el 2050 se proyecta que las personas sobre 60 años serán el 32,1%, casi un tercio de los chilenos, lo que plantea una serie de desafíos que debe abordar la sociedad, que van desde los incentivos a la inserción laboral a cómo se construyen las ciudades, la calidad de la infraestructura urbana y la integración a otros espacios de la vida cotidiana.
El número de personas mayores de 65 años en 2019 llegó a 2.260.222, que se distribuye mayormente en las regiones Metropolitana, Valparaíso y Biobío. Nuestra Región del Biobío tenía 205.720 adultos mayores, que representan el 12,4% de la población, pero las proyecciones para el año 2035, indican que habrá 361.725, que representarán el 21,2% del total regional.
Hoy las expectativas de vida promedio en Chile llegan a 80,5 años, ocupando el primer lugar en el continente y se prevé que seguirá en aumento. En el ámbito laboral, el estudio destaca que, en base a datos de la Encuesta Nacional de Empleo, el 6,2% de un total de 9 millones de personas ocupadas eran adultos mayores de 60 años, quienes se desempeñan principalmente en el sector de comercio, agricultura e industria manufacturera. También este grupo etario es el que tiene la mayor tasa de ocupación informal, aunque estas cifras podrían haber variado con los efectos de la pandemia. El informe plantea que es necesario enfrentar el desafío y buscar mecanismos que permitan al mercado laboral acoger a los adultos mayores, para que la economía se adapte a los cambios demográficos, con el diseño de estrategias, actividades y políticas para el presente y el futuro.
Otro de los puntos que abordó el informe es el de las ciudades amigables, para el que se realizó un focus group previo al período de pandemia, en el que personas mayores compartieron sus opiniones respecto a las comunas donde viven y las dificultades a las que se enfrentan. Muchas de las ciudades son percibidas como poco amigables, pero los aspectos peor evaluados son la falta de adaptabilidad en el transporte público, la infraestructura de paraderos y el estado de pavimentos y veredas, lo que dificulta su día a día. Asimismo, destaca la necesidad de generar políticas que permitan mejorar las condiciones de infraestructura de las ciudades, pero no desde una lógica asistencialista del adulto mayor, sino considerándolos como sujetos de derecho.
En relación a la dimensión de salud, el estudio pone en evidencia el déficit de personal médico y con especialización en geriatría, señalando que, si bien ha habido un alza importante de geriatras en los últimos años, no es suficiente pensando en que para el año 2050 se necesita contar con 1.389 especialistas. Del mismo modo, se destacó que ese segmento se ha visto muy afectado por la crisis sanitaria, al sentirse aislado y con dificultades para continuar con su vida.
El cambio demográfico obliga a repensar las políticas públicas. Hay expertos que dicen que el país no está preparado para enfrentar este cambio en la pirámide etaria, si se observan indicadores como las pensiones o el acceso a la salud. La pandemia agudizó el problema y esto podría acentuarse conforme pasen los años y observemos un incremento de este segmento poblacional.
Se estima que la población mayor siga aumentando, ya que para el 2050 se proyecta que las personas sobre 60 años serán el 32,1%, casi un tercio de los chilenos, lo que plantea varios desafíos .