Secciones

  • Portada
  • Opinión
  • Actualidad
  • Nacional
  • Economía y empresas
  • Tendencias
  • Deportes
  • Página del lector
Francisca Peró, directora ejecutiva, cuenta la manera

Teatro Biobío camina con el objetivo de poner a la región en los ojos del mundo

Coproducción de la ópera "Patagonia" con el Teatro del Lago dan cuenta de ello. Un hito lírico que buscan consolidar desde este año, y en el cual están desde 2019, con "Madama Butterfly" junto a Corcudec.
E-mail Compartir

Por Sebastián Grant Del Río

"Entendemos al Teatro Biobío (TBB) como un espacio cultural vivo inserto en una ciudad y una región y, en ese sentido, también queremos que haga un aporte al crecimiento turístico de la región y que sea una postal de Chile, tal como la Opera de Sydney lo es de Australia".

Las palabras de Francisca Peró, directora ejecutiva del TBB, cargo que ejerce oficialmente desde su inauguración, el 7 de marzo de 2018, dicen bastante, sobre todo en la forma de visualizar el espacio artístico con un sentido futuro.

Y es éste el que está por escribirse, con un pasado de recientes cuatro años, dos de los cuales ha estado "funcionando" bajo los efectos de la pandemia. O sea, entre lo remoto y presencial con aforo para 550 personas, para una Sala Principal que actualmente funciona al 50% de su capacidad.

Los avatares del destino que, sin duda, han golpeado a las audiencias seguidoras de las expresiones allí presentes -teatro, música, danza- tanto en su espacio principal como Sala de Cámara.

Una agenda que se está retomando, ya sea desde producciones en vistas (el musical sobre Cecilia), o más cerca, en referencia al concierto con La Julia Smith agendado para este jueves, a las 19.30 horas.

También con hitos, como la puesta en escena de la ópera "Patagonia", con dos aplaudidas funciones durante el mes de aniversario (25 y 26 de marzo).

Coproducción del Teatro Biobío y Teatro del Lago, en la reflexión del paso de los días -en Frutillar la ópera de Sebastián Errázuriz estuvo 18 y 19 de marzo-, para Francisca Peró "Patagonia" fue una experiencia, que va a marcar a los equipos de ambos espacios.

"Destacar la labor del nuestro, porque todos estuvieron involucrados en el proceso. El equipo técnico y de producción fue a montar a Frutillar con el equipo de Marcelo Lombardero, donde hubo una transferencia de conocimientos muy generosa por parte de los distintos actores involucrados. Este tipo de experiencias resultan fundamentales para el desarrollo y la profesionalización de nuestro sector", apunta.

- Algo que también se transmitió al público, siento.

- Se vio muy emocionado por esta propuesta contemporánea de Sebastián Errázuriz, una ópera que es, a la vez, muy teatral. Sebastián es un artista que tiene una mirada muy humana y, en este caso, su obra tiene una gran sensibilidad para repensar y revisitar nuestra historia y también para reivindicar la historia del pueblo aonikenk, resaltando su lenguaje.

Volver a la ópera

Para Francisca Peró aspectos como los mencionados ayudan a encontrar nuevos públicos. "Es uno de los desafíos que tiene la ópera en este momento, así que quedamos muy contentos en ese sentido", resume, destacando la belleza del montaje y la pertinencia tocar estos temas hoy en día.

- ¿Piensan volver a "Patagonia"?

- Uno de los objetivos para nosotros es presentar la ópera, que coproducimos con Teatro del Lago. El año pasado hubo bastante interés en este proyecto y esperamos que haya teatros españoles que la programen. Lograrlo sería muy significativo, porque sería una demostración de que el sur de Chile puede ser, además de un polo de creación y producción escénica colaborativa, un agente promotor de Chile desde el sur.

- Justamente, el lunes (mañana) partes a España...

- La internacionalización ha sido siempre un eje de trabajo para Teatro Biobío. Parte de nuestra estrategia es fortalecer redes que lo posicionen y las creaciones de nuestros artistas en el mundo. El TBB es parte de una organización -Ópera Latinoamérica (OLA)-, que reúne a más de 30 teatros iberoamericanos. Este viaje a España fue organizado por OLA (apoyado por ProChile) y es una misión que busca posicionar a los teatros chilenos en España. Tuvo una primera edición en octubre del año pasado, entonces ésta es una oportunidad para dar continuidad a las redes que comenzamos en 2021. También para presentar el talento creativo de la región.

-¿Cómo viene este 2022?

- Cada año tenemos programación de teatro, danza, música e intentamos tener ópera o recitales líricos, además de ser sede de otras actividades, como festivales audiovisuales. Estas disciplinas se presentan tanto de la Sala Principal como en la Sala de Cámara. Y ya pronto anunciaremos los resultados de la convocatoria regional que hicimos para la Sala de Cámara: permitirá a artistas, bandas y compañías de danza y teatro tener sus temporadas en el TBB.

- Viene el musical de Cecilia, ¿cómo va aquello?

- En mayo estrenamos el musical en honor a la cantante tomecina. Hace unos meses (diciembre-enero pasado) hicimos audiciones para el elenco, que contará con tres actrices de Biobío y tres de Santiago. Algo muy importante de esta producción es que el diseño escénico está liderado por Fernanda Videla (jefa del área técnica y producción del TBB), diseñadora teatral de una creatividad increíble. Además, estamos formando equipos para hacer acá los elementos escenográficos, porque nos parece relevante generar en Biobío un polo de desarrollo. Queremos que el Teatro no sea sólo un espacio para programar, sino un generador de contenido.

Comentario de literatura

Las deudas con G. Mistral a 133 años de su nacimiento

Nacida el 7 de abril de 1889, se autoexilio en México en 1922, donde tuvo el respaldo que no tuvo en su país.
E-mail Compartir

Por Nidia Smith Oñate

Al recordar a Gabriela, nos percatamos que lo extraordinario de su vida se manifestó de manera intempestiva, tímidamente y sin muchos indicios de lo que llegaría a ser.

Desde los valles transversales del Valle del Elqui nació un día 7 de abril de 1889, aconteció como una metáfora la vida de la pequeña Lucila, sin imaginar, tal vez, que sembraría desde su Monte Grande, Vicuña, el brote más poderoso de poesía y lucidez jamás conocido.

El mismo brote que la llevó por el mundo recibiendo el reconocimiento y máximos honores de la literatura mundial.

En el principio de su carrera en las letras se encontró con el rostro más hostil que le ofrecieron los intelectuales de su país: descalificaciones y difamaciones fueron la tónica de su juventud como poetisa.

Frecuentes fueron las publicaciones denostativas de sus pares escritores-poetas de entonces, como Vicente Huidobro, quien no alcazaba a aceptar en su gremio a una mujer regionalista, humilde, aguda, pero a la vez dulce.

Esta situación fue coronada en 1951 con la vergonzosa ocasión en que Chile la galardonó con el Premio Nacional de Literatura, ya habiendo sido investida como la más grande poetisa del mundo con el Premio Nobel de Literatura en 1945. Sin olvidar tampoco que sus libros fueron publicados primero en el extranjero que en su propio territorio.

Lo que chile le negó

Este año se conmemoran -también- los 100 años de su autoexilio. Uno voluntario e inesperado, que le permitió viajar hasta México en 1922, y desde allí, recibir el reconocimiento que no tuvo en su territorio, invitación a México que además se presentaba como una concreta alternativa de escape.

En tierras aztecas tuvo el respaldo que le permitió desarrollar su vocación de profesora e ideóloga educacional. En ese gesto tierno de dar a los otros la esperanza y conocimiento, de sembrar en los niños y niñas la confianza de un nuevo camino para recorrer.

Así como el nopal mexicano tiene sus espinas, Gabriela Mistral en el lúcido filo de su intelecto que le ayudó a navegar en los tormentosos mares de la política y diplomacia nacional, doblándole la mano a diferentes Gobiernos desde 1922 a 1950, que muchas veces se hicieron parte de la ingratitud chilena.

Así, durante aquellos años México le entregó a Gabriela Mistral lo que Chile le negó.

Es más, podemos afirmar que siguen siendo insuficientes los actuales esfuerzos por corregir esa ceguera egoísta y centralista que recibió la maestra.

Por ello, y finalmente, este nuevo cumpleaños tendrá también el recuerdo del centenario de su autoexilio, la conmemoramos y la abrazamos, pero también nos disculpamos.

Así como el nopal, vegetal característico del territorio mexicano, Mistral tenía también ese centro blando y líquido, sensible, social y pedagógico

Uno que -igualmente- tiene grandes aguijones que la protegen. Gabriela Mistral, fue entonces una lúcida profetiza del exilio.

En 1951 se le otorga tarde el Premio Nacional de Literatura, ya habiendo sido reconocida con el Nobel de Literatura.